ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ɴᴜᴇᴠᴇ.

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  El gato de pelaje negro con manchas de color blanco se acurruca en las piernas cubiertas por unos jeans negros mientras ronronea, ya que encuentra placentero ser rascado por una mano, que tiene sortijas y una pulsera de cuero negro. El lugar está decorado con dos estatuas blancas, el tapizado es negro y los pisos de madera caoba brillante.

La otra mano, sostiene un libro de tapa roja brillante, el ambiente es frío y solitario, una chimenea brilla en un costado, pero el calor no llega a todo el cuarto, en especial en donde se encuentra la presencia, sentada en un sillón negro, detrás de este hay un ventanal, que deja entrar la luz plata de la brillante luna. Una última página es pasada y luego con un movimiento, el libro es cerrado. El gato es depositado en el suelo mientras que el mismo se estira y abre su hocico bostezando, la mano le dedica una última caricia en la barbilla antes de alejarse de él.

Alone deja el libro de vuelta en su lugar. Trae puesto una camiseta negra, más natural y cómodo que de costumbre, ya que es de noche, pero en Arkham no hay mucha diferencia, a nadie le importa si nunca ven la luz. Él se voltea y camina hacia la ventana; un cuervo choca contra el vidrio y él se detiene ceñudo, poniéndose alerta, ya que fué de sorpresa.

Retoma el caminar sin aflojar su entrecejo y observa a través de la ventana, no encontrando nada; sólo un ambiente frío y la silente noche. Él aprieta su sien y la puerta de su estudio es abierta con rapidez, así que levanta la mirada, manteniendo erguida la espalda. Un soldado ingresa y se arrodilla de inmediato.

-¿Neherenia no ha llegado aún? -pregunta Alone observando a través de la ventana con los brazos cruzados.

-Aún no hay noticias señor.

Él camina hacia el soldado mientras coge una chaqueta negra. El hombre baja la mirada con miedo, pero al ver las piernas de su rey salir por la puerta, suelta el aire que se atoró en su garganta. Alone camina en el pasillo serio, como de costumbre, con esa mirada que podría hacer temblar a cualquiera.

Él cruza con dos filas de soldados ubicados en lados contrarios del pasillo. Cuando pasa frente a cada soldado, éste se arrodilla, haciendo que una serie de sonidos metálicos contra el suelo, adorne toda la llegada de Alone hasta la puerta. Él baja las escaleras de mármol blanco y cruza a través de los pórticos, un hombre de edad le sale al paso diciendo en tono suave:

-Su majestad imperial, ¿no puede conciliar el sueño?

Alone no responde, solo baja las últimas escaleras observando a su alrededor mientras que sus hombres le prestan atención. Luce lo ve a lo lejos y frunce el ceño, molesta ya que él estaba encerrado en su estudio y eso le alegró, pues él nunca se daba tiempo para relajarse. Pero ahora está fuera de nuevo, y los soldados se les tirarán encima con noticias de todos los aspectos.

¿Alone nunca podría descansar? Al parecer no.

Un caballo entra como loco a través de las rejas principales, varios soldados vocean que lo detengan, pero el caballo se detiene frente Alone demasiado tarde. Todos corren con armas pero al notar que uno de los corcheros del castillo cae del caballo, golpeado de pies a cabeza y con las ropas rotas y sucias, se detienen al rededor mientras que Luce corre lo más rápido que puede hasta el lugar, seguida de varios hombres.

Alone voltea al hombre mientras este tose y lo observa asustado, luego dice desesperado:

-Se-Señor... Tienen a la señorita Neherenia... -Él frunce el ceño mientras el corchero entierra sus uñas en los brazos de él del susto que vivió, pero a él no parece dolerle- la van a matar si... No va allá...

Alone se endereza y levanta la mirada a sus soldados ceñudo, ellos retroceden mientras que él silba con fuerza, luego empieza a correr, cruzando con Luce quién se detiene y lo sigue con la vista, gritando desesperada:

Ángelus©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora