ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅᴏᴄᴇ.

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[...]

  Luego de unas horas, las tres se encuentran en una habitación cerrada, todas sentadas en sillas a un costado, en bata y algo ansiosas, mientras que Caroline, está encendiendo una velas sobre una mesa alta con un espejo. Ella observa a las tres por éste, luego se observa su reflejo, una criatura diferente, con el cabello negro cual pluma de un cuervo, los ojos del mismo color, y venas azules que parecen telarañas en su nívea piel. Ella sonríe, y voltea diciendo:

— Bien, comenzemos.

— ¿Qué nos vas a hacer Carol? —pregunta Fler algo nerviosa, con una tensa sonrisa. Ella sonríe y simplemente responde:

Caeci.

— ¿Qué? —dicen las tres a coro.

— No es nada malo. Es una marca en alguna parte de su cuerpo, para que en los siguientes años, no envejezcan, para no quitarle ningún año de vida a ustedes. Cuando terminen, les retiraré la marca que las mantendrá jóvenes y así, podrán empezar una nueva vida. —las demás asienten acatando la idea— No dolerá... al menos no demasiado. Pero sí deben permanecer quietas en las siguientes horas, de preferencia, mañana pueden empezar a caminar y moverse con normalidad.

— Agh, ¿por qué tanta lata? —Se queja Fler resoplando los mechones de su cabello.

— Porque el Caeci es una marca peligrosa, se revela en contra del tiempo y su muerte, si no se acata todas las normas, puede ser fatal para ustedes. —las tres se paralizan y observan a la bruja, ella sonríe de oreja a oreja— Pero, si obedecen sin quejas, estarán bien, hice esto muchas veces, sólo les va a dar fiebre y ligeros entumecimientos en la zona marcada, en un momento, no se podrán mover porque el hechizo tomará posesión de su cuerpo, evitando que éste envejezca, y ya saben el resto, no deben moverse y bla, bla, blah. —contesta girando la mano y las demás se observan entre sí preocupadas.

Caroline se sienta en medio de la habitación, respira profundo y susurra:

Mianhei... —su tatuaje empieza a cambiar de forma— Daragma...

— ¿Qué hace? —susurra Pandora hacia Fler. Ella se encoje de hombros y ambas la observan, el cabello de Caroline comienza a oscurecerse.

Las tres quedan asombradas ante lo que sucede. Caroline baja la mano, tocando con su palma la superficie del suelo, su tatuaje tiñe esa área de negro, saliendo de la mano de su mano, un líquido negro que dibuja garabatos. Pandora se toca la cabeza y frunce el ceño, Fler la observa y le susurra:

— ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

— No lo sé, la cabeza me está matando... —contesta ella suave.

— Neherenia, es tu turno, ven. —ordena Caroline y todas la observan. La mencionada se para y camina ágil, se arrodilla frente Caroline y la observa atenta. Con la mano que tiene libre, toma el brazo de Neherenia y lo gira, exponiendo sus venas.

Neherenia observa sin pestañear, lo que Caroline hace, mientras que ella, baja la mano de ésta hasta que toque el suelo con el líquido negro. La piel de su brazo lo absorve y Caroline mete sus uñas, Neherenia frunce el ceño del dolor, y los ojos de la otra se vuelven negros. Ella mete más sus uñas, mientras unos susurros se escuchan en la habitación, acompañado de una suave brisa, que causan escalofríos en Fler y Pandora.

Caroline empieza a susurrar rápidamente muchas palabras mientras el líquido va desapareciendo. Fler levanta la vista al igual que Pandora y ambas se toman de las manos, las llamas de las velas aumentan de tamaño y Neherenia cierra los ojos, mientras que el líquido —ya desaparecido— del suelo, reaparece en un tatuaje, sobre las venas de Neherenia, que son unos garabatos incomprensibles. La misma abre los ojos, los de Caroline vuelven a la normalidad, mientras retira las uñas y sonríe, luego dice:

Ángelus©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora