ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs.

199 37 4
                                    

.

  En Sisiphus, Layla y Albus se encuentran hablando con Caroline.

—Cuando termine mi sesión con los reyes de Arkham, si así lo desean, puedo ir a buscarla.

—¿Cuando termines con los reyes de Arkham dices? No, ahora mismo Caroline, Leo espera —exige Layla tronando demandante los dedos.

—Cierra la boca mujer —la toma del brazo con brusquedad—, no le hables así, ¡depende de ella que Leo tenga una buena educación! —le infiere Albus molesto.

—¡No me interesa! —se zafa con brusquedad— Es su deber, ¡para eso nos sirve! —exclama Layla, y Caroline frunce el ceño, luego sonríe diciendo:

—Es una mandataria exuberante Lady Layla, he encontrado a la Essai perfecta para vuestro hijo.

—Caroline, lo lamento de corazón —murmura Albus con una mano en alto y el rostro tenso.

—No se preocupe, su majestad tiene toda la razón al impacientarse. Ahora, si me disculpan, me tengo que retirar, vuelvo pronto con la tutora para vuestro hijo Leo —responde ella con una reverencia, baja por la escaleras del trono y camina, frunce el ceño sonriendo y desaparece.

Minutos más tarde, en el reino Arkham, en el trono se encuentra sentado el rey, que es un hombre de cabello negro, tez blanca y ojos negros, vestido con una especie de túnica negra con detalles dorados, y un collar con una cruz. En sus piernas, está sentada su reina, una mujer con el cabello largo, lacio y negro, un velo ligero sobre sus ojos, lleva puesto un vestido negro, largo y sencillo, con espalda abierta.

Ella recuesta su cabeza por el hombro del rey, y éste le besa ligeramente la mano, luego susurra:—¿Quieres hablar de la Essai?

No es necesario —contesta la reina con los ojos cerrados.

—Creí que no querías una tutora para Alone —alega el rey acariciando el cabello de la reina con cariño mientras sus dedos se entretienen con los suaves mechones.

—Las personas cambian de opinión todo el tiempo Hilarius —susurra la reina sonriendo leve.

—¿En serio? ¿debo preocuparme por ello? —inquiere él en tono serio. La reina lo observa confundida y dice:

—No... ¿por qué te preocuparías por ello?

—Si dices que cambias todo el tiempo de opinión, Sasha puedo llegar a creer que en cualquier momento puedes "cambiar de opinión" sobre tu amor por mí —dice Hilarius sonriendo.

—No. Eso es un hecho, no una opinión y no lo puedo cambiar por más que lo desee —contesta Sasha ofreciendo esa sonrisa que seguía enterneciendo a Hilarius profundamente. Ella posa ambas manos seguras pero suaves en la mandíbula de su esposo, lo observa fijo y lo besa con ternura.

Vaya, qué momento más tierno mis reyes.

Sasha e Hilarius voltean y se encuentran a Caroline aplaudiendo con ligereza mientras sonríe, mostrando dos hileras de blanquecina dentadura.

—Caroline, bienvenida —dice Sasha obsevándola.

—Gracias su majestad —contesta Caroline con una reverencia.

—Vayamos al grano Caroline, ¿apareció la Essai para Alone? —dice Hilarius. Caroline sonríe y asiente diciendo:

—Sí, Hilarius... apareció alguien perfecta para Alone.

—Excelente —responde él sonriendo leve.

—Por cierto sus majestades, ¿cómo está el pequeño Alone?

Ángelus©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora