Confié en una maraca.

#14

—¿Qué onda? Es verdad. —dije enojá.

—Ay, Josefa todos saben que haces esto por venganza hacia mi hija. —dijo la mamá de la Valeria.

—¿De que habla señora? Yo no tengo porque vengarme. —dije enojá.

—Ay Ana, tú hija si que es una rota. —dijo con cara de asco la mamá de la Valeria hacia mi mamá.

—Si mi hija es rota, ¿Qué queda pa' la tuya? —dijo mi mami chora.

Mami 1, Vieja culia 0.

La hueona miró con cara de asco y la directora nos expulsó por dos días a mi y a la Valeria sin razón alguna, colegio culiao.

Pa' que más les voy a decir de mi castigo po, durará cien años.

—Vayan a sus clases. —dijo la directora culia.

Salí enojá y ni siquiera me despedí de mi mamá.

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—Joaco, ¿Hablemos?

—No, no tenemos nada de que hablar, me quedo todo más que claro en la mañana.

—Por fa, es pa' aclarar las cosas, necesito que me escuches.

—¡No Jose!

—No grites hueón, todos nos miran.

—Que miren, ni ahí. —se puso los audífonos.

—Escúchame, te espero a las cinco en la plaza. —le saqué el audífono.

Se encogió de hombros y me fui.