Confié en una maraca.

#31

Primero quedé en shock pensando que se le iba a salir lo del beso y después reaccioné.

–¿Celos de qué hueón?, dejanos tranquilos.

–Tú sabí perfectamente que te gusto yo. —Dijo el Joaquín desafiando con su ceja.

–Estay equivocado. —Le tomé la mano al Pablo para irnos.

–¿Segura?

–Sí.

Trate de ignorar todo tipo de movimiento o palabra del Joaquín, quería puro irme de ese carrete.

–Voy a lavarme la cara, esperame. —Dijo el Pablo.

–Bueno. —le di un beso.

Me di la vuelta y fui donde él Jesús.

–Josefa. —Me tomó el brazo él Joaquín.

–¡Joaquín déjame tranquila por la cresta!

–No te preocupís, no diré na' si es eso lo que te preocupa, pero sólo con una condición.

–¿Cuál? —Lo miré extrañada.

–Veamonos mañana a las 5 en la plaza.

La pensé igual, no quería problemas con mi futuro pololo, pero tampoco no me quedaba otra.

–Ya, pero no me weí más por fa.

–Eso es todo. —Me soltó.

• • •

Llegué terrible tarde a mi casa, y mi mamá no estaba, pero si estaba la Martina con ese viejo que la vi una vez en el mall, viejo culiao, ¿Qué hace acá?

Demás culiaron toda la noche estos hueones, me da asco sólo pensarlo. Subí a mi pieza y cerré la puerta fuerte pa que la hueona avispara y cachara que ya había llegado.

Pasaron como dos minutos y sentí la puerta principal cerrarse, y la Marti... llegó a mi pieza toa' chascona y me dijo ¿Que hací acá? preocupá, obviamente.

No te preocupís por mí, si caché que estabai ocupa, ¿Quién era? ¿Él papá?

–Eso no te importa a ti pendeja, de ahí hablamos.

Se fue pa' su pieza y yo saqué mi teléfono, quería hablar un ratito con el Pablo si es que estaba en línea lo llamaba.

Y sí po, estaba en línea demás llegó recién.

Llamé.

–¿Hola? ¿Don Pablo?

–No, número equivocado.

KHÉ, me fui a la chucha.

–Chuta, perdón, pensé qu...

–¡Jose soy yo! ¡Pava!

–¡Tonto! me la creí we.

–Ya se puso fome la wawa.

–Erís pesao, no te llamo más —Dije con tono enojao.

–¡Qué sencible mi Jose! ¡Te quiero mucho!

–Yo igual feo, y perdón por lo de denante, no sé que onda el Joaquín, estaba un poco curao.

–Sí caché, por eso no le respondí nada, no quiero más problemas, quiero que solo seamos felices tú y yo, sin nadie más que nos moleste mi princesa.

–¿De verdad? —Sentí que mi corazón latía entero rápido, ¿Josefa proceso enamoramiento?

–De verdad, no te mentiría jamás bebé.

–Más lindo. ¿Cuando nos vamos a ver?

–Podría ser hoy.

–No hoy no puedo —Dije.

¡Me encantaría estar con él, pero el culiao del Joaquín me tiene amenazá!

–¿Por qué mi wawa?

–Por asuntos... con la Marti.

–Ah pucha, ya será po, ¿Mañana?

-–Bueno, mañana, a las 4 en el mall.

–Nos vemos entonces bonita.

–Nos vemos, feito.

Corté.