#15

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Esperé al Joaquin como 20 minutos en la plaza, y no llegaba.

Me estaba empezando a urgir caleta, estaba obviamente enojado, pero no tendría porque enojarse si el hueón me cagó po.

Ah hueón, esperaré cinco minutos y si no llega me voy.

Tenía que andar con reloj como ahueoná porque aún no tenía mi celular.

Me puse a mirar a mis alrededores pa' cachar si venía, pero no.

Evidentemente no iba a llegar y puta prefiero irme a quedar como pobre hueona plantada.

Tomé mi mochila y me fui pateando las piedras.

{● ● ●}

—Martina, pasame la azúcar.

—¿Por?

—Favor, estay grande ya pa' eso.

—Mamona, toma. —me paso la azúcar.

—¿Por qué la mamá no está? — pregunté.

—No cacho, parece que llega mañana.

—¿QUÉ? ¿Por qué? —dije alterá.

—Por el trabajo po Josefa, tú sabí que ella no tiene la culpa.

—¿SABÍS LO QUE SIGNIFICA ESO?

—No podís hacer carrete, la vieja de al lado nos está sapeando todo, la mamá le dijo que cualquier ruido le avisara.

—Puta la hueá. —revolví mi café.

—¿Y por qué llegaste tarde hoy?

—Ah, porque esperé al Joaco en la plaza y nunca llegó.

—¿Estay arrastrandote por ese maricón?

—No, sólo que él quería que habláramos y no pudimos en el colegio.

—¡Ni se te ocurra volver con ese hijo de puta mujeriego!

—Ya Martina, no es pa' tanto.

—¿Cómo que no?, te cagó con tu mejor amiga hueón, aterriza.

—Ya córtala, me voy a acostar.

Levanté mi plato y subí a la pieza de mi mamá pa sacar mi teléfono.

Lo busqué más que la chucha pero no estaba hueón, asumí que se lo llevó y me fui a dormir.

Confié en una maraca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora