Confié en una maraca.

#22

Llegué a mi casa, sintiéndome no se porque chucha... pero sintiéndome pelá.

No había hablado nada hoy con mi futuro pololi, y eso me preocupaba.

Así que lo llamé yo, si cabras. Ustedes igual deben tomar la iniciativa.

Sonó y sonó la huea de la llamada, pero me mandó al buzón de voz diez veces. Tampoco quería parecer enferma desesperá, así que diez llamadas estaban piola.

Me acosté pensando en qué hueá le podría haber pasado, me dejó plantá y además sonaba super raro ese día, quizás que hueá pasó, soy super pasá a rollos en estos temas.

Pensando y pensando me quedé raja, caí en los brazos del único hombre que podría sostenerme mientras dormía, Morfeo.

Ya escuchaba los "Sale pa' allá" de la Maca. Maca culiá, me tiene en el sendo olvido. Voy a ir a verla en la semana pa' puro copuchear y hueás así.

{• • •}

—Hija necesito tu ayuda.

Llegó mi mamá en calzones a mi pieza a las 09:00 a.m.

—¿Qué volá? —dije asustá.

—¿Donde está el signo de pregunta en mi teléfono? —dijo achinando los ojos.

¿Me están webeando?

—Mamá, te he enseñado tres veces ya.

—La edad po' Josefa, se me olvida. Ya enséñame.

Le entrecerré mis bellos ojos color caca y le enseñé de nuevo a mi hermosa veterana.

—Gracias Josefita, te voy a hacer un rico desayuno.

Gracias pulento, escuchaste mis plegarias, te amo.

—¿Huevo?

—Ya no mirís a huevo, los huevos.

NO MIREN A HUEVO LOS HUEVOS, BA DUM TS.

—Sí me gustan oh.

—Ya, menos mal. Cuando me enseñís a mandar llamaditas por wsp te haré algo más elaborado.

Mi mamá se refería a los audios de wsp, con sus "llamaditas" de wsp.

Se fue y yo traté de seguir durmiendo aunque fueran unos 10 minutos más.

Mi mamá no cacha que me levanto todos los días a las 7 de la mañana, y los únicos días que me puedo levantar tarde me despierta pa' puras hueás.

Cerré los ojos e intenté dormir.

Pasaron 5 minutos y pasó ésto..

—¡JOSEFA A TOMAR DESAYUNO!

Puta bida.

—¡VOY!

Me puse mis pantuflas, y salí de mi pieza con una cara de poto y una flojera de mierda.

—Toma. —me pasó los huevos.

—Gracias maire, ¿y la Marti?

—Salió temprano a hacer unos trámites.

"TRÁMITES"

—Ah, que lata...

—Ya te va a tocar a ti, mis niñas crecen tan rápido.

—Que hiriente mamá.

—Ay Josefa si tu porte está bien.

Puse una cara de negro de los signos y me mandé una cucharada de huevo.

Sonó el teléfono de la casa.

Mi mamá como siempre contestó.

—¿Hola?, ¿Josefa? —me miró. —Ok.

—Es un niño llamado Pablo. —alzó la ceja y me miró feo.

Corrí al teléfono.

—¿Hola?

—Josefa, te necesito.

—¿Qué pasó? —me asusté.

—Es una larga historia, tenemos que vernos lo antes posible.

—Ya oh, a las cuatro.

—Bueno, nos vemos.

Cortó.

Él hueón frío, ¿Qué onda?