Confié en una maraca.

#44

–En dos días te vamos a dar de alta. —Dijo la enfermera.

–¿Pueden venir a verme?

–Sugiero que muy pocas personas, necesito que descanses.

–Ya, dale.

La enfermera se fue y entró mi mamá.

–¿Cómo te sentís?

–Mejor, me duele un poco la cabeza.

–Te vinieron a ver ...

–¿Quién?

Mi mamá salió al pasillo y entró él Pablo.

¡¿ÉL PABLO?!

–Josefa ...

–¿Qué hacís acá?

–Te vine a ver... —Miró a mi mamá.

–Ya, yo voy a buscar algo a la cafetería vengo altiro. —Tiró una sonrisa.

–¿Por qué ahora?

–Supe que estabas mal, te traje ésto. —Me pasó una canasta con dulces y un peluche.

–No qué estabai enoj...

–No, fue una pelea estúpida. —Me interrumpió.

–Hablé con la Maca y me contó todo.

–¿Todo?

–Sí, todo lo que te ha hecho esa mina.

–Ah, bacán que le hayai creído po.

Hubo un silencio incómodo.

–Quiero que me perdonís ... —Me tomó la mano.

–¿Para qué? Si estay más que feliz.

–¿Lo decí por mi estado?

–No sé...

–Si es por eso, lo puse porque me regalaron una perrita. Te quería contar pero pensé que no me querías ni ver...

–Pensé que tú no me querías ver a mí.

–No te voy a mentir, al principio pensé en eso pero después no pude. Te quiero mucho Josefa.

Entró mi mamá llorando.

–¿Qué pasó? —Dije asustada.

–Él ... —Sollozó.

–¿Él quién? —Me empecé a asustar más.

–¡Él Jesús hija! —Su llanto volvió a estallar.

–¡¿Qué le pasó?! —Dije con la voz quebrada.

–Murió. Lo lamento muchísimo. —Me abrazó llorando.

–No puede morir. —Estallé en llanto y él Pablo nos daba la mano.

–Dime que es broma mamá por favor. —Me aferré a su cuello.

–No sobrevivió, estaba muy grave. El choque le dio de frente. —Me abrazó.

–¡Es mi culpa mamá! —Lloré y lloré muchísimo.

–¡No hijita, no es tu culpa! ¡Tranquilita! —Me tomó la mano.

–¡Sí lo es! ¡Si no le hubiera bajado  el volumen estaría vivo ahora mamá! —Grité con rabia.