#28

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Llegamos al carrete del Martín con la Maca y el Jesús que andaba con su "amigo" que se llamaba Luis, igual no soy buena sacando tema con hueones que no funo, así que con cuea lo salude.

–Te veí toa rica, joteatelo. —Me susurro la Maca y se fue.

La miré feo y pasé, saludé al Martín y me contó que había terminado con la Valeria, quedé plop igual si llevaban más o menos 2 años y algo.

–Que fome. —Dije.

–¡Sí po! me contó que me cagó con un hueón x, no me dijo pero ahí me derrumbe y vo cachai po.

Maraca culiá.

–Mh sí, que fome, muy fome.

–Así es el amor, vale pico. Y no lo digo porque estoy curao, lo digo porque lo siento.

–Ya el hueón poético. —Me reí.

–Pa' que cachí no más po, igual tú no estay na' de mal. —Me tomó por la cintura.

–¿Qué hueá? —Lo empujé.

–Ya si no me metería contigo, tú sabís que hay codigos, pero es la verdad.

–Me parece, pa' la otra me pongo una alarma si me volvís a tocar.

En ese preciso momento apareció el Joaquín, andaba con una camisa y uno pantalones apretados ¡tenía el medio poto! o como diría la Maca ¡la media raja!

Ya Josefa saca estos pensamientos satánicos de tu mente, a vo te gusta él Pablo, no te pongai Valeria.

–Hola Jose. —Me dio un beso en la mejilla.

–Hola.

–Qué cortante.

–Eh, no sé, no creo.

–Ya los dejó cauros, tengo que ir a ver quién llega. —Nos hizo el signo de paz y se fue.

–Mh, tengo que ir dónde la Maca, cuídate. —Le dije al Joaquín.

–Te veís super linda.

–Gracias, nos vemos.

–Oye, ¿estay arrancando de mí? —Me tomó el brazo.

–No, tengo que ir dónde la Maca te dije.

–Estuviste caleta de rato hablando con el Martín y ahora que aparecí yo te vay.

–Ay ya Joaquín, sí, me estoy arrancando de ti.

–¿Por qué?

–Porque sí.

–Esa no es una respuesta wawa.

–No me digai así y esa es mi respuesta no más po.

–Ven.

–No.

–Entonces te llevo. —Me tomó en brazo.

–¡Sueltame Joaquín!

–Shh, nadie te escuchará aunque grites.

Me dio miedo esa hueá, me sentí en una película de terror.

–¿Qué hueá? ¿Me vay a violar?

–¡No seai tonta! vamos a un lugar más tranquilo.

–Ya pero sueltame, se caminar.

En volá le tenía más sapiao que la chucha el poto donde me tenía de cabeza, puta que era grande la hueá, eran como dos globos culiaos, estaba que se los reventaba.

–Ya, alaraca. —Me bajó.

–¿Pa qué querí estar acá?

–Me gusta escuchar tu voz, y allá no se podía.

–Ah, ya entonces me voy, si ya la escuchaste.

–Jose...

–¿Ah?

–¿Cuándo chucha me vay a dejar de gustar?

–No sé, quizás hoy, chao.

–Mira, sé que soy latero, pero puta tú no cachai todo lo que he llorado por ti, me arrepiento tanto, eres y fuiste la mejor polola.

–Y perdona que yo también sea latera, pero ya es tarde.

Me robó un beso.

Duró como 8 segundos y puta mente culia me invadió de pensamientos del Pablo.

–Si fuera tarde no me hubieras seguido el beso.

Me siento Valeria, y me siento pal pico por eso, no debí seguirle la hueá.

Confié en una maraca.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora