Confié en una maraca.

#52

Se acabó el fin de semana, lavantate floja de mierda.

¡Que te levantes, es lunes!

¡Ya po Josefa culiá!

Mi conciencia me decía levantate pero mi cuerpo decía "ni cagando"

—¡Josefa levantate al tiro o te tiro un vaso con agua! —gritó mi mamá.

Chetumare, a ésta sí le tengo miedo.

No la pensé dos veces y me levanté.

—Directo al baño a lavarse las presas. —dijo mi mamá.

—¡Ya oh! —me dirigí con paja hacia el baño.

Hoy tenía que llevar unos materiales culiaos al colegio pero no sé cuales eran y mis compañeros hablan puras hueás, o mandan memes en el grupo del curso en vez de hablar las hueas que si importan.

Tampoco digamos que tengo muchos amigos para que me ayuden. La Maca va en otro colegio y él Jesús era el único que me apañaba a todas y en los trabajos.

¡Pico con la huea!

Queda poco para fin de año y si me saco un rojo ni ahí.

¡Tu nem!

Cállate conciencia culiá.

{• • •}

—¿Qué hacís acá?

—Te vine a ver como los viejos tiempos. —me dio un beso en la frente.

—¿No tenís clases?

—¡Eso es lo único que te importa! —frunció el ceño.

—Dale color oh, después como pagaremos los gastos de nuestra futura mansión al estilo Mago Valdivia.

—Y yo soy él que le da color. —se rió.

—Sabí que faltan diez minutos para que toquen, ¿verdad?

—¡Que erís mata pasiones Josefa por la chucha!

Me reí.

—¡Y te reí más encima!

—Dame un besito.

—Que me lleve al infinito.

—Mirarte a los ojitos.

—Despacito, despacito... —le di un beso.

—¡Nos salió el medio coro conchetumare! Ya, estoy dao' pa ser Chino y tú Nacho.

Fruncí el ceño.

—Gil culiao.

—Te amo preciosa. —me apretó las mejillas.

—Andate pa' tu colegio vo.

—Ohhh, nunca más vengo si. —se acomodó la mochila.

—¡Si es broma!

—¡No, chao no más Josefa!

Se fue y me tiró un pollo.

Ah no, esa huea no pasó.

—¡Ven pa' acá! —le tomé el brazo.

—Puta que te amo cabra culiá. —me dio un beso largo, de esos que me gustan a mí.

—Yo igual, pero en volá de verdad ya va a tocar. —hice puchero.

—Si vine de pasá, necesitaba verte.

—Culiao tierno, me enamorai.

—Uy, se puso roja.

—Tú no más me hacís ponerme así.

—Anda a clases polluela.

—Dame mi beso de despedida.

—No, chao no más.

—Oh que webeai Pablo por la cresta. —le di un beso.

—Ya me voy oh, te vengo a buscar a la salida, si para que me esperís.

—Dale, te amo.

—Te amo más, portate bien, no andís peleando con tus compañeros....

—¡Chao!

—Y comete tod...

—¡Chao dije!

—Chao pesá culia. —me dio un kiss.

Y entré al colegio, que paja.

Me tocaba artes y no había traído los materiales po.

¡Pulento traeme un ángel pa' que me ayude!

Ojalá mis plegarias se hicieran realidad.

—¿Josefa?

—Soy yo.

—No, si sé que es usted pero le estoy hablando hace media hora y no me responde.

Que es exagerá, entramos hace cinco minutos no más.

—Perdón, ¿qué pasó?

—¿Sus materiales?

—No los traje.

—¿Por qué no? —frunció el ceño.

—Nadie me avisó. —me encogí de hombros.

—Es su deber anotar los materiales no de los demás. La voy a anotar.

—Bueno. —me eché en la mesa.

Una anotación más, una anotación menos da lo mismo.

Quería salir luego para ver al Pablo, aunque lo viera seguido cuando no estabamos juntos lo echaba caleta de menos.

—Oye... —me dijo la Romi.

La Romina es una mina piola del curso, no tiene muchos amigos pero no anda en problemas o hueás.

—¿Dime?

—Si querís yo te presto materiales.

—¿La dura?

—Sí, es que ya terminé y me sobraron caleta de hueás.

—Ya po, bacán. —le sonreí.

—Toma, acá tenís tempera, hojas de block y el pincel. —me los pasó.

—¡Te pasaste Romi, gracias!

—Tranqui. ¿Oye tú no erís la ex del Joaquín?

Otra vez mencionan a éste gil culiao.

—Sí, ¿por qué?

—Ahh... Es que últimamente ha ido mucho a mi casa.

—¿A tu casa?

—Sí, es que creo que está en algo con mi hermana. Quería saber si es buen mino pa' ella.

¡Si supierai conchetumare!