Se acercó a mí con el bote de crema, la miré y negué con la cabeza... No me iba a poner eso ni loco...
-De verdad no hace falta, yo sólo puedo...- mentí, no creo que pudiese ponérmela aunque tampoco lo iba a intentar... Me miró sin creer ni una palabra de lo que había dicho.
-Claro por eso te has secado el pelo cuando te he devuelto la toalla.-mierda, era lista, la miré con la cara de cuando te pillan haciendo alguna trastada, ella sonrió ante mi expresión y se acercó.
-Ya no cuela que te diga que siempre lo dejo que se seque al aire ¿verdad?- me miró y negó con la cabeza mientras sonreía, había vuelto a ganar... Mierda...
Mientras me intentaba quitar la camiseta, ella solo me miraba divertida mientras mantenía el bote de crema en sus manos.
-Si quieres te ayudo y terminamos antes.- me dijo de manera risueña, suspiré y me di por vencido, no podía creerme que no fuese capaz ni de sacarme la camiseta...
-Por favor- me ayudó a quitármela y la dejó encima de la cama, mientras abría la caja de la crema yo cogí la toalla de mis piernas y me la puse en la boca mordiéndola. Ella al verme me miró con cara divertida mientras negaba con la cabeza divertida.
-Vamos deja de hacer el tonto y túmbate.- me tumbé y dejé la toalla cerca por sí acaso... Se puso la crema en las manos y con mucho cuidado fue acercando las manos a mi cuerpo, su cara de extrema concentración era muy graciosa, cuando puso la primera mano en mí, sentí un pequeño pinchazo, me miró para asegurarse, le asentí y comenzó a mover la mano en suaves círculos, dolía bastante pero se podía soportar la verdad, cuando puso las dos manos para dar bien el masaje ya si dolía más, alargué mi mano para coger la toalla, ella soltó una risilla mientras seguía concentrada.
-Vamos que no lo estoy haciendo tan mal.- era verdad seguramente yo solo me hubiese hecho más daño, además sus manos desprendían una calidez asombrosa.
-No te voy a decir lo contrario porque todavía estas poniéndome la crema, pero se te da mejor cantar...- le dije de broma, ella sonrió parece que lo había entendido.
-Eres valiente eh, me dices cosas de esas cuando todavía tengo las manos sobre ti- dijo mientras sonreía, de pronto quitó las manos, sentí frío, ya había acabado, me quitó la toalla para limpiarse y me reincorporé con su ayuda.
-Ya está, tampoco ha sido para tanto ehh!- y me guiñó un ojo, le sonreí y me volví a intentar ponerme la camiseta. Cuando terminé de ponerme la camiseta la vi que me miraba divertida.
-Diego es en serio si necesitas ayuda dímelo, no muerdo.-la miré y asentí.
-Te pediré ayuda en cosas que sean más importantes, debo de ser capaz de ponerme una camiseta.-le dije mientras le sonreía para que entendiera, no me gustaba sentirme inútil ni tener que pedir ayuda.
-De acuerdo, yo me voy a ir yendo ya, que tú necesitas descansar, pero si necesitas algo de verdad búscame.-la miré agradecido.
-Muchas gracias por todo Malú, si necesito algo te llamo, lo prometo.-dije poniendo una mano en alto y la otra en mi pecho-palabra de Scout- le dije mientras sonreía, ella al verme se empezó a reír, me gustaba hacerla reír, era entretenido.
-Seguro que ni eres Scout ni nada, pero te creeré.- vale no, yo no había sido nunca Scout, pero no mentía, odiaba mentir y que me mintiesen.
-Vale que no soy Scout pero te llamaré, tranquila. Y vete a dormir que debes estar cansada, son ya las...- me miré la muñeca, vale no llevaba reloj, ni tenía el móvil a mano...- que hora es?- me miró divertida.
-Va si quieres echarme busca otra excusa que la puedas finalizar por lo menos.-su tono de broma me hizo sonreír, divertida fue hacia mi abrigo que lo había llevado ella en su brazo desde que se lo puse. Metió la mano en el bolsillo y sacó mi móvil, me lo dio, le di pero estaba apagado, ella volvió a reírse de mí. Tampoco es que estuviera siendo mi día redondo que digamos...
-Dónde tienes el cargador?- la miré, debía estar en la maleta, en el mismo bolsillo que mis... Joder eso era vergonzoso, noté como un calor cubría mis mejillas.
-Me lo he dejado... En el piso... No importa mañana por la mañana voy y lo recojo.-me miró, estaba dudosa, se veía en su cara.
-De verdad o es que no quieres que busque en tu maleta?-se me daba fatal mentir, sólo le sonreí y parece que me entendió.
-Bueno si necesitas llamar o algo, sólo tienes que decírmelo. Y ya me voy y dejo de molestar que tú tienes que descansar.- me dijo mientras ella recogía su abrigo y colocaba el mío en un sillón que había en la habitación. Me levanté de la cama y me acerqué para acompañarla, ella me vio y negó con la cabeza.
-No vas a bajar para luego volver a subir, tranquilo que no me voy a perder.- yo la miré mientras fruncía el ceño, era verdad tendría que bajar y subir con lo que me había costado subir la primera vez.
-Bueno de acuerdo no bajo, pero te acompaño hasta la puerta.- le dije, ella empezó a reírse mientras caminábamos los cuatro pasos que nos separaban de la puerta, al llegar a esta, se puso de puntillas y me dio dos besos, yo se los devolví.
-Gracias-me volvió a decir antes de intentar salir por la puerta, la agarré del brazo, y la regresé a mi lado.
-Espera un momento, vamos a hacer un trato, yo te llamo si necesito tu ayuda, pero tú debes de dejar de darme las gracias.- me miró con el ceño fruncido, ella no lo entendía.-Te explico, yo te ayudé pero no pensaba que estaba ayudando a mi nueva vecina, y si ahora cada vez que me cruce a mi nueva vecina va a estar dándome las gracias...-dije mientras le sonreía.
-Pero Diego lo que has hecho no lo hace cualquiera, te lo tengo que agradecer, gracias a ti no me ha pasado nada malo. Y aunque no quieras siempre te estaré agradecida.- dijo seria, yo la entendía pero no quería que se pasase todo el rato dándome las gracias. Además que no había nada que agradecer, cualquier persona en mi lugar hubiese hecho lo mismo...
-Yo también tengo que agradecer que me hayas ayudado, prestado unas sábanas y algunas cosas vasos, platos... Y que me hayas puesto la crema.-me miró y me cortó rápidamente.
-No me lo tienes que agradecer lo he hecho porque he querido.-le sonreí, ella no entendía porque sonreía.
-A ver Malú yo también te he ayudado porque he querido, es la misma situación, tú quieres que yo esté dándote las gracias todo el rato por las sábanas y por ayudarme?- me miro y parece que lo entendió.
-Bueno Diego esta vez ganas tú, pero avísame si necesitas ayuda. Como sé que tienes el cargador en la maleta pero que no querías que yo lo buscase, te voy a dejar mi número, así evitas moverte y no te dolerá.- dijo sonriente, era lista me había pillado. Me pasó un papel con su número de teléfono y me dijo, que pusiese el móvil a cargar y le diera un toque para ella también tener mi número, no quería coger un número que no conociese, puesto que podría ser cualquiera y más si tienes una "familia" (todavía me acuerdo de cuando usó esa palabra en la radio) de fans tan grande. Le dije que así lo haría y ella se fue. Busqué el cargador, estaba en el bolsillo de la ropa interior, no sé porque tenía la manía de guardarlo ahí. Puse el móvil a cargar y le hice una llamada perdida, guardé el número con el nombre de "Vecina "la jefa", había pensado que así si alguien coge mi móvil no sabrá que mi "Vecina "la jefa"era Malú y protegería su privacidad. Miré si tenía llamadas de Elena, ni una, ni un mensaje...
Me llegó un whatsapp, miré de quien era y era de Malú...
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La luz de su sonrisa
FanfictionNOVELA TOTALMENTE FICTICIA sobre Diego y Malú. Diego, un arquitecto de 30 años con un pasado no muy fácil que digamos, que conocerá a Malú en extrañas circunstancias... Iremos descubriendo de su mano como el destino va jugando con los hilos, movién...