Capítulo 27 - Dificultades.

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Llegó la hora de merendar, Sergio merendó sin ningún problema, pero Lucía no estaba muy por la labor... Todo lo que le daba me lo escupía a la cara, creo que había más potito en mí que en su barriga... Sonó mi móvil, el cual lo tenía Sergio en su poder...

-Dame el móvil Sergio.- Se alejó de mi y descolgó mientras me miraba sonriente.

-Hola.-su voz sonó risueña mientras hablaba por teléfono...

-Sergio tráeme el móvil.- le pedí mientras seguía intentando que Lucía merendase... La niña volvió a escupirme...-No, pero no sigas escupiendo...- era imposible, muy frustrante... A Lucía parecía divertirle la situación porque estaba riéndose... Suspiré pesadamente mientras volví a limpiar su boca. Sergio me trajo el móvil, para esa altura ya habrían colgado... Pero aún así me lo puse en la oreja, reconocí rápidamente la risa del otro lado de la línea, y sonreí, como un verdadero idiota, desde que se había ido había estado pensando en ella, en que era lo que había pasado para que se fuese...

-Te escupen la merienda?- reí y seguí dándole de merendar a Lucía.

-Tenemos el potito repartido entre su barriga y mi cara.- rió, un silencio se formó, ninguno de los dos sabía que decir...

-Y tú que haces?- pregunté de forma casual finalmente, un suspiro se escuchó al otro lado...

-Ehh... Te llamaba, porque voy a sacar al zoo de paseo, por si te querías venir y así sacas a los niños y no te vuelves loco...- sonreí, se había ido hacia apenas dos horas y ya tenía ganas de volver a verla...

-Me encantaría, pero hay un pequeño problemita... Espera un momento Malú...- volví a limpiar lo que Lucía estaba lanzando a mi cara... Su estrategia consistía en hacer pedorretas cuando le daba alguna cucharada. -Malú?-pregunté para asegurarme que siguiese al otro lado de la línea.

-Sí, sigo aquí, dime cual es el pequeño problemita.- continúe dándole el potito a Lucía mientras le contaba lo que había en mi cabeza.

-A ver, que yo puedo hacer que no te conozco, Lucía... Creo que también puede, pero Sergio... No sé si me entiendes...- sabía que era algo cautelosa con su vida privada no quería que por cualquier situación se viese expuesta, su respuesta no tardó en llegar...

-Mmm... A mi eso no me parece un problema... Es más creo que el único problema que hay es que no eres capaz de que Lucía deje de lanzarte el potito a la cara...- reí, en parte era verdad...

-En parte llevas razón... Pero a lo que yo me refería es a que si te importa que te vean con Sergio, que se puede ir contigo como se puede venir conmigo, es algo impredecible...- una pequeña risita se oyó...

-Si nos ven juntos, diré que sólo somos buenos amigos...- reímos los dos por su broma...

-Ja ja ja, que graciosita estás... Pero me has convencido, iremos... Bueno si soy capaz de terminar de darle la merienda a la pequeña monstruo que no hace nada más que escupirme!- el bebé regordete se estaba metiendo un puño en la boca, empezó a reír otra vez, y entre risas me ofreció su ayuda.

-Si quieres puedo ir a ayudarte...- sonreí agradecido.

-Meee encantariiiiia, es más creo que me harías el hombre más feliz del mundo...- había alargado las palabras como ella acostumbraba hacer, lo cual le ocasionó risa... Todavía me preguntaba que sería lo que la habría hecho irse...

-Ya voy...!- sonreí de nuevo mientras cogía otra toallita limpia puesto que la que tenía estaba demasiado pringada.

-De acuerdo, pero no tardes mucho...-

-Voy a ver si no pillo atasco...- reí por su broma, por su sentido del humor, y es que era sumamente fácil reír con ella... Colgamos y terminé de darle el potito a Lucía, mientras sacaba las cosas para cambiarle el pañal a Lucía y la ropa, llamaron al timbre...

La luz de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora