Capítulo 19 - Sorprendente.

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Pasamos un rato mirándonos, ella había dicho que se tenía que ir pero no parecía tener muchas ganas...

-Vas a llegar tarde.- susurré rompiendo el momento.

-Sí, es verdad, bueno será mejor que me vaya...- abrí la puerta y ella empezó a alejarse despacio, pero sin soltar mi mano. Iba soltando dedo por dedo, yo no podía evitar que una sonrisa se dibujara en mi cara ante la situación, ella tampoco lo podía evitar porque también sonreía.

-Adiós.-me dijo, ya había soltado mi mano y se dirigía a su puerta mientras me miraba, yo me apoyé en el marco de mi puerta y la observé mientras andaba los pocos metros.

-Adiós, hasta luego.- ella sonrió y mientras cerraba la puerta detrás suya ella no dejaba de mirarme con su sonrisa. Una vez y su puerta se cerró me entré para mi casa, me reí de la situación que acabábamos de vivir en el pasillo, seguramente ahora ella llegaría tarde a las entrevistas... Me puse a recoger la cocina, no quería pensar mucho en todo lo que acababa de pasar, pero inevitablemente tenía una sonrisa dibujada en mi cara. Llevé el botiquín a su sitio, regresé a la cocina y vi en el suelo la gasa con la que Malú había estado curándome el labio, no pude evitar sonreír... No sabía lo que nos había llevado a ese beso, pero lo que sí sabía es que nunca antes había sentido nada parecido en un beso, era una sensación indescriptible... Como si en ese momento no existiera nada más que no fuera su boca... Tampoco tenía ni idea de que había significado, tenía clarísimo quien era ella, y quien era yo. Lo único que tenía claro era que daría lo que fuera por volver a perderme en su boca... Pero por otra parte no quería perder la amistad que habíamos construido... Joder esto era un puto lío... Subí al estudio e intenté ponerme a trabajar, mis compañeros me seguían mandando los proyectos para que los supervisara e hiciera correcciones, al principio me costó bastante concentrarme porque unos labios y una sonrisa se apoderaban continuamente de mi mente. Asombrosamente pude terminar el trabajo con bastante rapidez a pesar de mi falta de concentración, después de eso bajé a donde se encontraba la caja que me había traído Elena, la verdad no sabía que es lo que podría haber dentro... Dentro había algo de ropa que me dejé allí, la play, los juegos, y todas las fotos que teníamos juntos, no me podía creer que no se hubiese quedado ninguna, al fin y al cabo habíamos estado 8 años juntos, quizá no era un recuerdo tan malo... Pero eso me demostraba que no le importaba nada de esto, que para ella esto no había sido importante... Me había tenido engañado por mucho tiempo... Saqué las cosas de la caja, coloqué los álbumes donde tenía los que había traído de mi piso y subí a colocar la ropa. Vi mi móvil y una idea pasó por mi mente, lo cogí y le escribí un whatsapp a Malú.

"¿Qué tal con las entrevistas? Seguramente hayas llegado tarde... Mmm... Lo siento..." Le llené la pantalla con el emoticono del angelito y se lo envíe.
En ese momento llegó Christian, bajé para hablar con él.

-Chris! ¿Qué tal están tus padres?- le pregunté alegre, él al verme me miró raro mientras se acercaba.

-Mis padres perfectamente, ¿a ti que mierda te ha pasado?- miré para otro lado, recordé los golpes que había compartido con Carlos, seguramente mi labio, el cual notaba bastante hinchado, sería un desastre.

-Nada, ¿qué me va a pasar?- soltó un bufido obviamente exasperado por mi respuesta.

-Diego no me engañas, ¿me vas a decir qué es lo que ha pasado para que tengas el labio así de hinchado?- pensé en contarle alguna trola, pero me interrumpió antes de que pudiese pensar algo.-No me mientas, sé cuando lo haces.- nunca se me había dado bien mentir, siempre me pillaban...

-Ha venido Elena...- suspiré mientras me pasaba una mano por el pelo, él me miró incrédulo unos segundos y luego poniendo una sonrisa pícara levantó las cejas sugestivamente.

La luz de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora