Capítulo 6 - Cambiando.

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Me llegó un whatsapp miré y era de Malú.

"Ya he guardado tu número, si necesitas algo llámame, buenas noches que descanses"

Sonreí seguía insistiendo con lo de que la llamará, entonces lo hice la llamé y esperé a que respondiese.

-Diego necesitas algo? Estás bien?-dijo rápidamente, yo sonreí instantáneamente al escuchar su voz.

-Tranquila estoy bien, lo único que necesito es que confíes en que te voy a llamar si necesito algo.- Se empezó a reír, su risa era contagiosa, pero hice mi mayor esfuerzo por no reírme o me iba a arrepentir.

-Vale ahora tengo la prueba de que me llamarás, pero me habías asustado!-sonreí por su preocupación excesiva, no hacía ni diez minutos que se había marchado de mi casa, no había dado tiempo a que nada pasase.

-De acuerdo sólo te llamaré cuando te necesite, lo prometo- siguió riéndose.

-No hombre, tampoco eso, puedes llamar cuando quiera... Es sólo que no me esperaba que me ibas a llamar.- sonreí por su apresurada explicación, me parecía tan graciosa cuando trataba de explicarse y se pensaba que los demás no la entendían.

-Ya puedes estar tranquila, hasta mañana que descanses.- me despedí mientras una sonrisa tonta se dibujaba en mi cara.

-Hasta mañana que descanses-se despidió y colgó.

Me quedé mirando el móvil mientras sonreía, definitivamente el yet lag me estaba dejando medio tonto o ya tonto del todo... Le puse un whatsapp a Elena y otro a Christian, el único que respondió fue Christian que me asaltó a preguntas.

"¿Que tal por Madrid? ¿Has ido ya a la entrevista? ¿Que tal te ha ido?"

Muchas preguntas en un momento, decidí meterme en la cama y responder ya tumbado, porque creo que la conversación con mi amigo iba para largo. Nada más entrar en la cama un suave y dulce olor chocó contra mis sentidos, olía a su perfume, desde el primer momento me había llamado la atención su olor, era muy dulce, pero nada empalagoso. Decidí dejar de pensar en olores y responder a mi amigo.

"Por Madrid bien, lo echaba de menos la verdad. Esta tarde ha sido la entrevista, me ha ido bastante bien y creo que se quedarán con mi proyecto."

Puso muchos emoticonos de palmas como aplaudiéndome, no pude evitar sonreír.

"Lo sabía, eres el mejor arquitecto que conozco"

Me reí, porque sólo conocía un arquitecto y era yo... Aunque al momento de hacerlo me arrepentí, un pinchazo me hizo acordarme de Christian y su estúpido humor absurdo.

"No me hagas reír que me duele..."

"Desde cuando reír es doloroso?"

No sabía sí contarle lo que me había sucedido esta noche, pero era mi mejor amigo, aunque sé que en un principio se preocuparía creo que le sentaría peor que no se lo contase.
Le conté de mi percance mientras ayudaba a la chica, (obviamente sin decir que la chica era Malú, no iba a revelar su identidad sin antes preguntarle, quizás no le parecería bien.) le conté que resultaba que era mi nueva vecina y que había sido muy amable y agradable conmigo.

"Dieguito el héroe de las chicas indefensas"

Era muy tonto, pero aun así le quería. Me había demostrado de verdad lo que era un amigo, en muchísimos momentos había tenido su apoyo antes que el de nadie. Me sentía orgulloso de tener un amigo como él, es bueno saber cuando se cuenta con una gran persona al lado y yo era muy consciente de ello.

"Vamos Christian tu hubieses hecho lo mismo."

"Sí... Pero estas bien de verdad?"

"Si de verdad estoy bien, solo tengo que guardar reposo... Oye has visto a Elena, no he sido capaz de localizarla..."

"No, pero si la veo le digo lo que te ha pasado?"

La verdad dudaba mucho que le importase ahora mismo algo que no fuera su trabajo... Era impresionante como la "fama" la había cambiado, y tampoco es que hubiese conseguido un gran reconocimiento, pero se le estaba subiendo muy pronto... Trabajaba duro por lo que quería y eso era de admirar, pero sus pies ya volaban muy lejos del suelo.

"Lo que quieras, bueno compañero que me voy, que aquí son las 2:15 a.m., y me voy a dormir."

Se me había pasado el tiempo volando hablando con Christian...

"Yo se lo digo a ver si así por lo menos se digna a contestarte el teléfono, de verdad no entiendo como se ha vuelto así, esperemos que cambie en este tiempo que tú no estás, quizá echándote de menos se dé cuenta de lo que tiene"

Llevaba razón había cambiado mucho en cuestión de meses, yo cada vez la sentía más lejana... Y todo eso había afectado a nuestra relación muchísimo, quizás ella no era consciente pero lo nuestro no es que estuviese ahora mismo a tres metros sobre el cielo... Más bien se encontraba al ras del suelo y descendiendo... Me jodía admitirlo pero era así.

"Ojalá amigo, pero de no ser así, las cosas van a cambiar, ahora tengo más claro que voy a luchar por lo que deseo, no voy a dejar que me vuelva a chantajear, creo que desde que nos fuimos a México, yo no me he sentido estar "en casa" ya sabes la sensación esa de estar bien y feliz en un lugar. Ahora en una casa completamente desconocida para mí y yo solo y sin nada, sí me siento "en casa". Cuando vuelva a México vamos a hablar largo y tendido, se lo voy a decir todo, no puede seguir así al final la que va a acabar mal va a ser ella..."

Me sinceré con él, era el único que sabía toda mi vida prácticamente... Sabía que Elena en México no contaba con grandes amigos que confiasen en ella, ella más bien tenía una larga lista de conocidos que seguramente ninguno se acordaría de ella... Pasaba totalmente de hacer amistades de verdad, básicamente se limitaba a ser falsa con sus nuevos conocidos para sacar algo a cambio... Yo solo esperaba que esta situación cambiase de una vez. No estaba cómodo.

"Yo os quiero mucho a los dos, pero ella ahora es diferente, ojalá se dé cuenta para cuando regreses... Buenas noches amigo, imagino que debes estar agotado"

Me despedí y dejé el móvil, ahora mismo no tenía sueño, tampoco tenía otra cosa que hacer así que intente dormir, no sin antes pensar en mi situación con Elena, no era una situación cómoda para ninguno de los dos, y para mí para estar feliz en pareja los dos tendrían que estar bien, yo no estaba a gusto, ella había cambiado... No queriendo pensar más e influenciado por los medicamentos que me había tomado, me dormí.

La luz de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora