Capítulo 21 - Mi amigo.

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Me separé de sus labios lentamente, apoyando mi frente en la suya suspiré audiblemente.

-Joder... Esperas a alguien?- ella resopló frustrada, algo que me hizo mucha gracia, mientras negaba con la cabeza.

-No, hoy sólo había quedado contigo y con Christian para comer... Se habrán confundido.- me agarró del cuello de la camisa y tiró hacia ella, comenzó a besar mi cuello, en ese momento volvió a sonar el timbre...
-Joder...- se quejó de nuevo, yo simplemente me reí mientras me levantaba de encima.

-Tranquila, voy a ver quién es.- me abroché del todo la camisa y caminé hacia la puerta mientras ordenaba mi ropa, al llegar miré por la mirilla, en ese momento mi mejor amigo se había ganado todo mi odio... Era él quien había llamado, obviamente no le iba a abrir la puerta, lo vi entrarse de nuevo a mi casa y fui hacia el salón, al llegar Malú se estaba entrando de nuevo su jersey.

-¿Quién era?- preguntó mientras trataba también de ordenar su pelo.

-Christian, pero no le he abierto.- ella sonriente negó con la cabeza, yo me acerqué a ella y volví a besar suavemente su cuello.

-Y tú y yo por donde íbamos?- ella soltó una risita mientras se apartaba ligeramente de mi boca.

-Diego no empieces... Tu amigo nos está esperando...- solté un bufido en su cuello que la hizo reír, levanté la cabeza rindiéndome, ella llevaba razón, habíamos quedado.

-¿Prefieres conocer al estúpido de mi amigo, que nos ha interrumpido, antes que seguir aquí conmigo?- fingí indignación en mis palabras lo mejor que pude, me miraba sonriente y mientras ponía cara de estar pensando, volví a hablar mientras me cruzaba de brazos-¿En serio te lo tienes que pensar?- ella me miró divertida mientras me cogía la mano con suavidad.

-A ver Diego, tu amigo nos está esperando para comer, ayer quedamos con él, y no está bien que lo dejemos plantado. A mi me gustaría continuar con esto pero tendrá que esperar para otro momento.- había veces que odiaba su parte responsable y esta vez era una de ellas.

-Pero si tú quieres, yo lo llamo y lo cancelo.- ella negó con la cabeza y dejó un beso en mi mejilla poniéndose de puntillas, no pude evitar la sonrisa tonta que se dibujó en mi cara.

-Diego, por muy tentadora que sea tu oferta no la voy a aceptar.- suspiré dando esta batalla por perdida.

-Aguafiestas...- ella rió por mi comentario mientras iba a por su móvil.

-Mal amigo.- salimos de su casa entre risas, cuando llegamos a mi casa, antes de abrir la puerta me giré de nuevo a ella.

-¿De verdad no quieres?- ella divertida con mi actitud infantil negó con la cabeza.

-Vamos deja de hacer idiota y abre la puerta, que tengo hambre.- sonreí pícaramente mientras me acercaba a su oreja.

-Yo también tengo hambre, pero de ti.- susurré y vi como su mirada cambió, se volvió más intensa mientras me separaba de ella, pero negando ligeramente con la cabeza pareció volver a la normalidad.

-No me vas a hacer cambiar de idea, así que abre ya la puerta.- resoplé mientras reía, me divertía demasiado esta situación.

-Cabezota...- ella mientras yo abría la puerta me contestó en voz baja.

-Pervertido.- la miré y ante la cara que puse ella empezó a reírse.

Pasamos a mi casa los dos riendo, y nos dirigimos a la cocina, sitio al que Christian no solía pasar si no estaba la comida preparada, como había pensado ahí no estaba así que le pregunté a Malú

La luz de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora