Malú POV
Me preocupé por los mensajes de Diego, no quise agobiarle tampoco, entendí que necesitase su espacio y su tiempo. En el último mensaje que me mandó me avisaba que estaba en su casa ya, así que me imaginé que se habría quedado dormido.
Mis primas me ayudaron a recoger un poco la sala de estar antes de marcharse, les ofrecí quedarse a dormir, pero se quedaban en casa de mi madre que estaba cerca. Fue una noche fantástica, bailamos, reímos y cantamos todos juntos. Las fiestas en mi familia siempre solían durar hasta altas horas de la mañana, miré el reloj del móvil y marcaba las 5:20 de la madrugada, Diego llegó sobre las 3:30, me apetecía verlo pero seguro que estaba dormido.
Me despedí de mis primas que se dirigieron hacía el coche en el que habían venido, vi el de Diego aparcado y suspiré.
Me contó que en estas fechas lo pasaba mal, que echaba de menos a su familia, era normal acentuar la falta de tu familia en fechas en la que todo el mundo se junta con familiares. Quería estar con él, hacerle entender que no estaba solo... Que nos tenia a todos los que le queríamos, había estado hablando estos días de atrás con su amigo Christian para asegurarme que no pasaba esta noche solo, Chris lo quería como si fuese su hermano y eso me había dejado más tranquila en un principio. Pero su repentino cambio de humor me había dejado algo preocupada.
Decidí no darle más vueltas al asunto y subí a mi habitación a lavarme los dientes y meterme en la cama, mientras estaba poniéndome el pijama en mi habitación escuché mi móvil sonar en el baño, mierda... Me imaginé quien era y porqué me llamaba, corrí rápido y en cuanto vi su nombre en la pantalla volví a correr escaleras abajo.-Ábreme la puerta.- no le di oportunidad de hablar, ya estaba en su puerta, tardo un par de minutos en venir a abrir, se me hicieron eternos... Al ver su cara al abrir la puerta un enorme nudo se instauró en mi garganta, su expresión de profunda tristeza me rompía el corazón. No dejó que hablase y ya lo tenía abrazado a mi, encorvó su espalda para esconder su cabeza en mi cuello, lo vulnerable que lo sentí en ese momento me rompía por dentro. Acaricié suavemente su espalda, tratando de calmarlo un poco, podía sentir su corazón latiendo rápido en el silencio de la noche, avancé unos pasos con él abrazado aún para poder cerrar la puerta tras de mi.
-Tranquilo Diego, estoy aquí... No estás solo...- al decir la última frase sentí que rompía en un amargo llanto, no lograba entender que sucedía pero traté nuevamente de consolarlo. Tras unos minutos así abrazados su llanto se fue calmado y su agarre sobre mi cuerpo se fue aflojando, se reincorporó lentamente y me miró, sus ojos rojos por las lagrimas derramadas, su expresión triste...
-Gracias...- su voz fue apenas un susurro, negué con la cabeza mientras acariciaba su brazo tratando de reconfortarle.
-¿Quieres hablar?- pregunté de manera cautelosa, sabía que le podía ayudar desahogarse, agarró mi mano sin hablar y nos encaminó hacia su habitación, al llegar la cama estaba revuelta. Se sentó sobre ella y yo lo hice a su lado. Suspiró pesadamente y me miró con disculpa.
-Estaba pasándolo bien en la fiesta con Chris, pero de repente hemos visto a Elena...- lo vi coger aire para continuar hablando y el miedo se apoderó de mi cuerpo, ¿estaba así por Elena? Quizás se había dado cuenta de que seguía sintiendo algo por ella, un nudo en mi garganta no me permitía sacar palabra, así que continué escuchando su relato.- ha venido a hablar con nosotros como si continuásemos siendo amigos, he tratado de ignorarla y seguir con la fiesta... Ha aprovechado que Christian se ha ido con unos amigos que lo estaban llamando y ha venido a hablar conmigo, me ha ofrecido pasarlo bien esta noche los dos...- ya no podía retener las lágrimas que caían por mi cara, no quería pensar mal de Diego pero el miedo se estaba apoderando de mi cuerpo... No quería juzgarlo antes de tiempo, preferí dejarlo terminar aunque me rompiese el corazón todos los pensamientos que se estaban formando en mi mente. Me miró de repente y vi como su expresión cambió radicalmente al darse cuenta de por dónde podrían ir mis pensamientos, mis lagrimas bañaban mi cara y él cuidadosamente las limpió, este gesto me hizo llorar más.
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La luz de su sonrisa
FanfictionNOVELA TOTALMENTE FICTICIA sobre Diego y Malú. Diego, un arquitecto de 30 años con un pasado no muy fácil que digamos, que conocerá a Malú en extrañas circunstancias... Iremos descubriendo de su mano como el destino va jugando con los hilos, movién...