Capítulo 10 - La compra.

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Me despedí y fui hasta mi coche, cuando ya estaba por arrancarlo, veo que viene corriendo, pensé que se le había olvidado algo...

-Diego, no puedes conducir!-joder, era verdad... Me salí del coche resignado y la miré.

-Entonces como lo hacemos?-me miró pensativa mientras se colocaba el pelo hacia atrás porque el viento se lo estaba revolviendo.

-Vamos juntos a los dos lados.- asentí y le abrí la puerta de donde yo acaba de salir para que subiese, ella me miró y negó con la cabeza, puse la mejor cara de pena que sabía mientras reía.

-Malú recuerda que tengo que guardar reposo, no seas mala y me hagas andar sólo para cambiar de coche...- ella se empezó a reír y se subió, cerré la puerta y fui al asiento del copiloto. Nos dirigimos hasta el supermercado, yo mientras ella conducía iba buscando algo que escuchar en la radio del coche, de pronto sonó 'Losing my Religion' de REM era una de mis canciones favoritas, así que subí el volumen de la radio, ella me miró sorprendida mientras volvía a prestar atención a la carretera.

-Esta es una de mis canciones preferidas.-intervino mientras la canción seguía sonando por los altavoces.

-Una de las mías también.- me miró sonriente y seguimos nuestro trayecto, cuando llegamos al parking y estacionamos el coche.

-Malú te reconocen normalmente haciendo la compra?- había venido pensándolo todo el camino, no quería causarle más molestias de las que ya estaba causando, que eran bastantes. Me miró y no entendió muy bien mi pregunta, así que le aclaré -Digo que si te ven comprando conmigo, ya sabes puede ser malo para ti, puedo ir yo solo y te prometo que no cargo con nada.- se quedó pensando, ella no había pensado en esa posibilidad de que la reconocieran conmigo y como se sabe la prensa no tardaría en inventar algo... Ella me miró y asintió yo le sonreí y le guiñé un ojo mientras me desabrochaba el cinturón de seguridad.

-No tardo mucho.- me agarró de la chaqueta manteniéndome en mi sitio y me miró amenazante.

-Ni se te ocurra coger peso! Si lo haces lo voy a saber!- daba miedito, yo le sonreí y me salí del coche, pero ella antes de que yo cerrara mi puerta me dijo:

-Gracias por haber pensado en eso, yo no me había acordado.- le sonreí y le guiñé de nuevo el ojo.

Hice la compra con rapidez, las cosas que pesaban nos las cargué yo, se lo pedía a algún reponedor o a alguien que pasase, no me gustaba pero de todas formas no podía cogerlo... Pagué y baje empujando el carrito ahora lleno de bolsas al parking, en cuanto me vio Malú salió del coche.

-Métete dentro esto ya me toca a mí.-se había puesto unas gafas de sol para que no la reconociesen a simple vista, hice lo que me ordenó sin rechistar. Ella se dio bastante prisa en guardarlo todo e ir a dejar el carrito, me hizo gracia ver como daba largas zancadas mientras andaba.
Salimos del súper con toda la compra hecha.

-Malú de verdad muchas gracias por ayudarme, ya sé que acordamos no darnos las gracias pero no tenías por qué venir a hacer la compra suponiendo eso un riesgo para ti, por los periodistas y todo eso... Ni tenías porque ocuparte de que me ponga la crema, ni hacer de mi chófer, ni tampoco invitarme a desayunar.- mientras iba enumerando todas las cosas que había hecho ella por mí, no pude evitar sonreír, ella me miró cuando paramos en un semáforo, sonreía de manera tierna.

-Diego lo hago porque aparte de que no me cuesta nada, me caes bien, aunque seas un vecino cabezota...-sonreí ella también me caía bien, era muy cómodo hablar con ella, no se lo tenía creído ni nada por el estilo, para ser una de las mejores voces de España, aunque yo no era muy fan suyo se sabía que ella era una de las mejores, si no la mejor, voz de España.

-Vale, lo haces porque quieres... Pero te debo un desayuno.-le dije, ella sonrió mientras continuaba conduciendo y asintió. Llegamos a casa, bajamos del coche y yo me dirigí hasta el maletero para bajar la compra, ella rápidamente al verme me quitó todas las expectativas que pudiese tener.

-No vas a bajar nada y lo sabes, ve abriendo la puerta.-rodé los ojos, cuando se ponía en modo "jefa" era muy mandona, yo sabía que lo hacía por mí pero podía ayudar aunque cogiera sólo una bolsa, joder tenía todavía un brazo que si podía usar!

-Malú puedo coger las que menos pesen, todavía puedo usar un brazo.- dije mientras lo movía de manera tonta de un lado a otro, ella divertida negó con la cabeza.

-Diego vamos que en la calle hace frío, y si te constipas tendrás tos, lo que te va a producir un fuerte dolor... Usa ese brazo y abre la puerta.-me rendí, llevaba razón hacia más frío que cuando salimos de casa, se había escondido el sol detrás de unas nubes y se notaba el frío... Fui a abrir la puerta, primero la del portal y luego fui a abrir la de mi casa, la cual deje abierta para sostener la del portal. Ella en tres viajes ya había puesto todo en el portal, mientras ella pasaba algunas bolsas a la casa yo iba empujando la caja de detergente con el pie, cuando volvía a por bolsas me hacia el loco, cuando se iba seguía empujando la caja, se quedó mirándome mientras se reía. Era una sensación extraña, pero me encantaba verla reír... Quizás sería que había pasado bastante tiempo con ella en estás últimas 48 horas, pero me agradaba bastante ella en general.

-Eres muy cabezota! Como se rompa la caja la vas a liar...- me quitó la caja de los pies y la paso, fui detrás de ella y pasamos los dos a la cocina, vale era la primera vez que entraba en mi cocina y la verdad me gustó bastante, era bonita y moderna como a mi me gustaba. Miré las bolsas de la compra y fui a sacar las cosas, sabía que Malú me iba a regañar, pero no iba a dejarla que colocase toda la compra ella sola... No me regañó, se ve que me iba conociendo y me entendió, se lo agradecí con una sonrisa la cual ella me devolvió.

-Si quieres te puedo llevar a que arregles lo de la mudanza.- me dijo cuando habíamos terminado de colocar la compra, la miré y negué con la cabeza, lo arreglaría por teléfono, no quería seguir molestándola, ella seguramente tenía cosas más importantes que hacer que ocuparse de mis problemas... Y además es que lo poco que me quería traer lo tenía todo en cajas, en caso de que me acordara de algo más iría cuando me recuperase a por ello. Así fue lo arreglé todo y me dijeron que lo iban a llevar sobre las 4:30 de la tarde, miré el reloj eran las 12:00 de la mañana todavía, yo la verdad no tenía mucho que hacer pero quizás Malú si y por estar aquí conmigo no podría hacerlo...

-Malú si tienes algo que hacer, tranquila que no me muevo de aquí.- ella me miró, había estado con su móvil mientras yo arreglaba todo lo de la mudanza.

-Me acaban de decir que tengo que ir a los estudios para mirar unas cositas...- es verdad, estaba a punto de sacar nuevo disco cuando yo estaba en México ella había ido a grabarlo...

-Ve tranquila de verdad, y muchas gracias por ayudarme con todo.-me sonrió mientras recogía su bolso y su chaqueta.

-Vale, te espero para comer, sé que no puedes cocinar con la mano izquierda... Eres bastante torpe!- la miré sorprendido, me había dicho torpe... No pude evitar contagiarme de su risa.

-Gracias por lo que me toca... Vale acepto tu oferta... Pero no porque no pueda cocinar ehh!- me miró divertida, y se acercó a mí, me dio dos besos mientras se despedía, y ese pequeño contacto de piel me hizo cerrar los ojos... No entendía que me estaba pasando, estaba claro que toda esta situación con Elena y la cercanía con la que Malú me trataba me tenían algo confundido. Sin decir nada más me regaló una última sonrisa y se fue.

La luz de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora