Capítulo 22 - Los sueños.

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Mi compañera de cena se estaba retrasando bastante, me puse a ver la tele mientras venía. Al rato sonó mi timbre, abrí la puerta y la vi a ella entrando en su casa, fui rápidamente a coger la cena y la seguí. Era raro que no hablase, también se la veía bastante seria así que le dejé su tiempo mientras dejaba la cena en la cocina.

-¿Qué tal la tarde?- traté de usar un tono animado para mejorar un poco el ambiente.

-Estoy reventa'...- su voz sonaba bastante exhausta, acaricié ligeramente su hombro mientras ella cerraba los ojos respirando profundamente.

-Bueno tienes suerte de que hoy no te toca cocinar...- tras mi comentario una sonrisa se dibujó en su cara y volvió a centrar su atención en mi.

-Siento haber llegado tan tarde, y gracias por la cena.- negué con la cabeza y mientras masajeaba ligeramente sus hombros aliviando un poco de tensión dejé un beso en lo alto de su cabeza.

-Déjate de gracias y ve a ponerte cómoda en lo que yo pongo la mesa.- ella sonriente asintió y se fue, debía estar bastante cansada para no pelear la decisión. Puse la mesa bastante lento, debido a que no sabía donde guardaba las cosas. Cuando terminé, Malú todavía no había bajado, me senté en el salón a esperar, nada más sentarme vinieron sus tres perritas, mientras jugaba con ellas escuché su risa de fondo y sonreí ligeramente.

-¿Cenamos?- ella se acercó al sofá observándome a medida que avanzaba.

-¿A quién estas invitando, a ellas o a mí?- sonreí y la miré, estaba guapísima, con el pelo húmedo, ropa ancha y sin nada de maquillaje. No le hacía falta nada para brillar.

-A ti supongo, eres la única que sabe usar cubiertos.- me miró haciéndose la ofendida a la vez que me daba un ligero golpe en el brazo.

-Gracias por el cumplido ehh.- sonreí y me levanté, mientras le pasaba un brazo por los hombros y me encaminaba hacia la cocina.

-Era broma, además también eres la más guapa...- me miró con una sonrisilla tímida por mi cumplido.

-Mira ya vas a poder salir a la calle sin collar... Te estás aprendiendo a comportar...- tras su propio comentario ella se empezó a reír ligeramente, yo me quedé atónito, nos sentamos a cenar y ella todavía se estaba riendo a ratos de su propio comentario, cosa que me resultó demasiado adorable. Me alegraba que hubiese cambiado su estado de ánimo, entonces se me ocurrió seguirle el juego.

-La única que me ha puesto collar has sido tú.- dije mientras movía ligeramente la cadena que ella me había regalado, su risa paró y ahora por su cara supe que no sabía que contestarme.

-Eh... Sí no?- cortamos el silencio incómodo los dos a la vez mientras nos reíamos y seguimos cenando, entres bromas y risas, me alegraba de que ahora estuviese de mejor humor que cuando llegó.

-Estáte quieta, que recojo yo.- habíamos terminado ya de cenar y me ofrecí para recoger la mesa, ella negó con la cabeza.

-No, ya bastante has hecho, me toca a mí.- esperaba esa respuesta pero se le notaba en la cara que estaba cansada, había luchado durante la cena por no dormirse.

-Malú, estás cansada, tranquila que lo recojo yo, no me va a pasar nada, y a ti tampoco si me dejas hacerlo.- se la veía indecisa. -Venga ve buscando algo para ver en la tele.- ella asintió, la conseguí convencer y recogí la mesa.

Cuando llegué al salón, me estaba esperando sentada, me senté a su lado y ella recostó su cabeza en mi hombro, yo le pase el brazo por los hombros para que se apoyase en mi pecho, se la veía bastante cansada. No quería tampoco hacer que se quedase despierta si realmente le apetecía dormir.

La luz de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora