Capítulo dos - Dos encuentros

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Los brazos de un chico a quien no conocía me rodearon. No comprendía la razón de aquella acción. Continuaba anudada contra su pecho. 

¿Me confundió con alguien?

Sus brazos me abandonaron. Lo mire de forma más detenida, su rostro era perfecto, tan bien cuidado. Era alto, de piel clara, ojos rasgados, su cabello era castaño oscuro, el sol lo hacía ver aún más hermoso. ¿Era coreano? ¿O chino? ¿japonés?, definitivamente es asiático. 

Recuerdo que decían que los asiáticos son feos, ¿estarían ciegas? Tal vez no lo conocieron a él. Pienso.

Una voz, me volvió a la realidad

-Esto cuenta como labor humanitaria ¿cierto? – Dijo el bello joven, acomodándose su cabello. Rayos se lo veía tan bien. Eso ya lo había dicho, parecía salido de alguna novela.

-¡Bravo oppa! ¡Eres el mejor! – gritaban las chicas, estas empezaron a rodearlo. Él se veía bastante presumido, tal vez egocentrista.

-Siempre hay que hacer el bien sin mirar a quien. – Me miró con cara de asco. Yo lo miraba extrañada. En fin, él era del tipo: chico lindo y creído, nada es perfecto en la vida pensé. Empecé a alejarme del tumulto de personas.

-Discuuulpa – Gritó el joven - ¡Hey tú!

Regrese a verlo. - ¿Si? – Me había detenido a escasos pasos del él.

-Sabías que existen los modales. Se te cayó el "gracias". – hizo comillas con sus manos. Las chicas empezaron a reírse, mofándose de mí.

-Seguro en su país no tienen idea de la educación. Mírenla, parece que fuese a alguna feria. - Continuaron riendo. Al inicio no entendí lo que pasó, sin embargo poco después deduje la situación: "él me había salvado la vida", al menos eso el joven creía. No pronuncié ni media palabra.

-¿En-tien-des nues-tro i-dio-ma? – Dijo una joven de cabellera negra, era muy bonita, supongo que era su novia, pues se colgó de su brazo.

Los comentarios y risas del grupo me empezaron a fastidiar, además no tengo humor de soportar o lidiar con personas así. Era una experta en sarcasmos, peleas, comparado con mi madrasta y hermanastra esto no era nada. Era hora de callarlos.

-Ohh lo lamento ¿Hay clases de modales aquí?... Soy nueva por aquí – Para el tiempo ya está a dos pasos, próximos a él.

-¿Disculpa? – Exclamó el joven.

- Pero no lo vuelvas a hacer. Me agrada cuando alguien me piden disculpas. – Lo admito, parecía una niña chiquita, más bien era algo inmadura para pelear.

- ¿Ahh? – Seguía desconcertado. Quedó en silencio, pero en poco se recuperó.

– Señoritas tienen razón, las extranjeras son maleducadas, pedir educación es demasiado, estos días. – Ahora reía sarcásticamente.

Suspire profundamente. – Gracias- Ya me estaba hartando esto, decidí no agregar nada. Di la vuelta y comencé a caminar hacia la pileta.

-Jajajajaja. Estalló en risa, supongo que sintió que ganó. Sin embargo me di la vuelta nuevamente y me acerque hacia él. Lo admito, ese fue el detonante.

- ¡Mira chico bonito! – 4 cosas que necesitas saber – Su sonrisa seguía pintada en el rostro.

-número 1... sobre el auto: color rojo, venía a una velocidad de 10 kilómetros por hora, la placa era #$%@*, no había copiloto. Demasiado lento para atropellar a alguien, sin darse el tiempo para frenar.

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