Capítulo 55

114 12 0
                                    

Narra Eunmin

No quería escuchar más palabras de Donghae, no quería perdonarlo. Ayer lo anduve buscando, hasta que esa tipa me habló de bien que pasó en los brazos de Donghae. No la conocía en realidad, pero siempre supe que estaba en el club de fans de Donghae, ella era una de las que me fruncían el rostro aquel día en el partido. Llegué a imaginar que esto tenía que ver con Taeyon, algún invento de ella, pero no, el famoso morado no era invento, mucho menos semejante confesión. Y encima tenía el problema de mi madrastra, presionándome.

Finalmente lo decidí, debía marcharme cuanto antes con Heechul, esto era demasiado para mí. Donghae me pidió una y otra vez oportunidades, y con mucho se las di, esto fue el detonante, no importase cuanto lo quisiera, debía terminar.

Muy temprano salí a trotar, este era el último día en la casa de los Lee y no quería pasarlos con ellos, por la tarde seguro mis cosas ya estarían en mi momentáneo hogar, sólo pasaría a despedirme del señor Lee, aunque no creo que sea muy necesario. Esta mañana Taeyon me dijo que ya le habían contado sobre mi futura pobreza, eso explicaba porque el repentino trato, en cuanto lo supo me trataba con cierta cercanía.

Troté con todas mis fuerzas, y tan pronto escuché un grito, imaginé que era Donghae y corrí aún más rápido como si se pudiese, hasta que tropecé y me desmoroné; torcí mi tobillo derecho, tenía mis codos, manos y rodillas raspadas.

-¡Eunmin!... ¿Acaso participaras en alguna maratón? – Me tobillo dolía, aunque tenía otro órgano que me hería 5 veces más.

-Estoy bien.- Heechul me levantó en sus brazos.- Llévame lejos de aquí Heechul, ya no quiero estar aquí. Vamos a Canadá... empezaré a postularme para becas.

-no dudo que lo logres.- Heechul me cargó en su espalda.- ¿Estás segura que eso es lo que quieres?

-Sí. Ya no hay nada que me ate aquí.

-Vamos Eunmin, piénsalo. Le estas regalando todo a tu madrastra, ni siquiera sabes si ella va a cumplir con sus palabras.

-No lo entiendes Heechul, una vez que empiezan no se detendrán hasta terminar, también estoy harta de mi situación con Donghae, lo que me dijo Hye Mi era cierto, se acostaron, y el muy desgraciado dijo que no había podido terminar.

-No te arrepentirás por esto. Amas a Donghae, ¿piensas destruirte?

-Estoy acostumbrada a este tipo de cosas.- Mentí, la verdad estaba acostumbrada a separarme de las personas, pero jamás me alejé de alguien que he amado, nunca antes me había enamorado y la idea de alejarme de Donghae me aterraba.

-¡Eunmin! – Escuché la voz de Donghae. De inmediato fruncí el rostro, llevaba una bufanda. Vino hacia nosotros y al verme herida supongo que se preocupó.- ¿Estás bien Eunmin? ¿Qué le hiciste?

-Hace frío Heechul, ¿tal vez tienes una bufanda que me prestes? – Era un día bastante soleado, todo lo que decía lo hacía por sarcasmo puro.

-Eunmin déjame ayudarte.

-¡No me toques!, tal vez Hye Mi te deje terminar hoy... Heechul llévame de aquí.- Heechul caminó conmigo en sus espaldas.

-Voy a curarla, y en cuanto termine podrán hablar, tiene un tobillo herido y es mejor tratarla pronto. ¿Trajiste el auto? – Donghae negó.- Pues tomaremos un taxi.

-El no viene con nosotros.- ninguno obedeció. Todos subimos al taxi y pronto estuvimos en la clínica curando mi tobillo. Tenía banditas por todas partes.

Propuse quedarme en casa de Heechul para descansar, sabía que Donghae jamás entraría, pues juró que nunca pondría un pie dentro luego del incidente de Lyn. Estaba en lo correcto no ingresó, al menos eso pensaba hasta que pronto estuvo de regreso, al parecer fue a recoger el auto, se atrevió a ingresar y sacarme en brazos ante la mirada de los padres de Heechul.

Quererte yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora