Capítulo 68

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Henry llevó a Noa a la casa de sus padres, se aseguró de no hablar del tema. Contó la historia a la familia de un viaje de improvisto de Eunmin por parte de su compañía. Para Taeyon inventó la misma excusa, cosa que no le hizo mucha gracia.

No importa no lo que hagas Eunmin, con todo y mocosa será mío.

Afortunadamente no hubo la necesidad de dar más detalles del tema, salvo el comentario abierto del señor Park: esperemos que Eunmin no se le olvide que tiene una niña.

Al salir Henry de la sala, sintió un gran alivio, aunque su estilo no era engañar era necesario y más que nada, él estaba decido a que un padre y una hija pudiesen ser felices, luego intentaría corregir a su madre y hermana, dolía, pero era necesario.

-Gracias Noa por jugar conmigo.- Habló una vez que estuvieron solos.- Ahora esperemos que Eunmin y Donghae descubran el secreto de la llaves.

-Mi mami es muy lista y la encontrará rápido. A veces tío Donghae se ve algo despistado, pero lo quiero mucho.

Henry tuvo que ingeniárselas para que la niña dejara de pensar que su madre quedó encerrada en el departamento, tuvo que inventar que todos jugaban a los agentes secretos, y que ellos eran un par de escapistas, y que era una misión secreta de la cual no se debía decir ni media palabra, Noa por supuesto accedió.

-¿Y si ellos logran salir tío Henry?

-Significa que solucionamos el caso.- Dijo juguetonamente. Aunque tuviese miedo de lo que fuera a suceder.- Significa que ganamos... creo.

Narra Eunmin

Un nuevo día llegó, no pude pegar un ojo casi en toda la noche y madrugada entre mis preocupaciones e intentos de convencer a Henry por dejarme salir, pero nada, Henry intentaba en que cuando Donghae sepa todo debíamos llamarle, caso contrario jamás abriría, y en caso de seguir él lo diría. Si dormí dos horas estoy exagerando.

Entre la espada y la pared.

Serví dos tazas de café en la mesa junto a unas tostadas y jugo de naranja, en el proceso rompí una par de tazas de lo nerviosa que estaba. Rezaba porque no recuerde nada.

Despertó.

Aún adormilado y despeinado me miró sin decir palabra alguna. Lo miraba seria, esperando una respuesta, o alguna expresión.

-Lo siento.- Dijo finalmente. Extendí la taza de café y el jugo de naranja. Mientras él se desperezaba.

-¿Jugo o café? – Escogió jugo. Tomé el celular y empecé a marcar a Henry, necesitaba salir de esa incómoda situación.- Por favor dile a Henry que hablamos y que estamos bien.

Donghae aun bostezando y tomó el celular, se lo llevó al oído, revisó la llamada y la cortó. Dejándome atónita.

-No.- Puso su mirada de gato.

-Di por favor y te puedes ir.- No parecía interesarle el tema.- Sucede que estamos encerrados y la única forma de salir de aquí es diciendo que estamos bien.- Bebió su jugo mirándome seriamente, terminó el contenido y de nuevo respondió en seco.

-¡Oh ya veo!, es el clásico los encierro para ver qué pasa, ya lo usaron cuando fuimos de paseo... ¿Estamos bien Eunmin?, ¿debo mentir? – Noté un tono de reclamo en sus palabras. Confiaba en que olvidara todo, seguía con la esperanza.- ¿Cómo de que deberíamos hablar?

-Eso no es importante, tienes una mujer a quien...

-Y tú tienes una hermosa hija, un buen trabajo, y supongo que un buen pretendiente. Buena vida supongo, te lo mereces Eunmin... ¿algo más que deba saber?

Quererte yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora