Capítulo 56 - Trato 2/3

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Narra Eumin

Hoy es el cumpleaños de Donghae, y como lo prometí seré su novia por este día.

Muchos tal vez me critiquen mis acciones, es egoísta y cobarde por donde sea que lo mires, en primera jamás debí involucrarme con nadie a sabiendas de mi situación, y en segunda estoy segura de que esto lo herirá profundamente.

Poco me importa mi dolor ahora.

-Todo este día estarás a mi disposición Eummin. ¿Quieres continuar con esto?

-Si.- Donghae ha venido a verme muy temprano a casa. Mi madrastra y Taeyon odiaron la idea, corrí con suerte convenciéndolas, o como ellas dirían, eso era un regalo de lástima. Otro molesto con mis decisiones fue mi padre, dijo que además de ser una hija problemática, debía ser una mala influencia al llevarme a Henry a Canadá.

-Muy bien. Te demostraré cuán bueno puedo ser contigo, tanto que cuando termines me rogaras volver.- Sonrío en mi interior, el cabeza hueca aún mantiene su ego.

-Después de esto ódiame tanto como puedas Donghae... Que te quede claro que esto es un favor que estoy haciendo, digamos que no habían cosas que hacer por hoy.- Debo ser dura, debe odiarme.

A pesar de lo molesto que pueda lucir Donghae con mis palabras continúa siendo amable, lo que es peor para mí.

Llegamos a la tienda de ropa para comprar su esmoquin, hoy en la noche su padre le ha preparado una celebración. Supe por Taeyon que incluso piensan oficializar su noviazgo, noviazgo que por cierto Donghae juró que rompería en caso de que accediera a quedarme con él.

Jamás me ha parecido agradable comprar ropa, debes sufrir porque si te combina el color, porque si la talla es la correcta, por el precio y encima si es socialmente aceptable, buenos esos son esencialmente mis traumas.

Pero esta no es la ocasión.

Disfruto verlo cambiar de esmoquin, con cada uno se ve único, cada vez más atractivo, tal vez sea la magia de estar enamorado. Cada pieza se ajusta perfectamente a su complexión física.

-Creo que finalmente será este.- La señorita lo observa encantada, ni siquiera disimula que le gusta. Donghae me sonríe presumiendo su sexapil.

-Entonces nos v...- Iba a sugerirle marcharnos pero soy interrumpida, Donghae agarra mi mano y la hala, levantándome de la comodidad de mi asiento.

-Ayúdala a ella. Confío en tus gustos.- Coquetea con la vendedora. Ella no pone una muy linda cara al verme. Me mira de pies a cabeza horrorizada.- Quiero que opaque a todas.

-¿O-pacar? ¿Ella? – Dice la empleada, y con justa razón.

-Tengo mi propia ropa, ¿Sabías?

-Y es por eso que continúas vistiéndote de esa forma. Ya estas grande Eunmin para seguir actuando como una niñita de 15 años.- Miren quien habla de actuar según su edad. Aunque reconozco que la idea de un buzo celeste, las vans y el pantalón acampanado verde definitivamente ya hubieran asesinado al inventor de la moda. Quería desagradar a Donghae y si supiera como pienso vestirme para la noche, de seguro me mata.

-Pensé que tendríamos algo parecido a una cita, no te pedí un asesor de modas.- Donghae ignora mi comentario.

La empleada da un par de vueltas por la tienda, incluso otra vendedora se le ha unido. Ambas me miran horripiladas por mi apariencia.

-¿Con agua de que te bañas? – Pregunta la empleada.- Algunas simplemente nadan en suerte.

-¿Yo?... a veces ni me baño. Ya sabes, la suerte del que no se baña.

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