Si la vida nos dejase

Tú no

El fuego estaba en todos lados.

-¡Matt!-grité cuando vi que mi compañero estaba tumbado en el suelo. Me tiré a su lado y empecé a golpearle con las lágrimas en los ojos para que despertase. Me atrajo hacia sí y me besó.

-Te quiero.-susurró con una sonrisa.

Rocé mis labios, en los cuales habían estado anteriormente los de él, con las yemas de mis dedos. Le miré, estaba tumbado en el ardiente fuego de la sala con los ojos cerrados. Las lágrimas no pararon de salir y le abracé.

-Yo también te quiero.-susurré agotada.

La tos se apoderó de mí y me mareé. Lo veía todo borroso y sentía que el aire era escaso en mis pulmones. Me tumbé al lado de mi amigo ahora muerto mirando cómo las llamas seguían quemando todo. Miré a Matt con lágrimas en los ojos, tosía​ débilmente, si no me sacaban de allí rápido moriría, como él.

Mis ojos se cerraron poco a poco y pronto lo vi todo oscuro.