-Solo dices tonterías Kendall.-me había puesto nerviosa.
-No, yo lo digo de verdad. Me gusta que me eches la bronca, que sonrías con mis absurdas bromas, que me beses como lo haces...-me sonrojé y le abracé.
-Creo que tendríamos que volver a casa, necesitas descansar.-se separó y me miró a los ojos. Intentó decir algo pero se calló y asintió. Caminamos despacio e incómodos a casa. ¿Por qué me había dicho eso?
-La cara de tu hermano al decirle que éramos novios ha sido muy graciosa.-nos miramos, él a mí con una sonrisa. Asentí y reímos.-Al principio parecía algo pirado pero luego estaba como...Loco. Ni que nunca hubieses tenido un novio.-me miró curiosos.- ¿O no?
-Es que a mi hermano nunca le han gustado mis novios. Decía que eran "Muy rebeldes y problemáticos".-imité su voz grave causando una risa de los dos.-Debe ser que tú le has caído bien y eso que eres igualito a los otros mientras que el "chico bueno", en este caso Dani, le ha caído mal. ¡Éste me quiere volver loca!-grité causando que una viejecita saliese a callarnos. Reímos en cuanto se volvió a meter en la casa. Le miré sonriendo.
-Todavía no había conocido esta cara tuya Ken.-me miró.
-No me llames así...-dijo intentando imitar mi voz. Reímos.
-Vale...Llámame Meg...
-¡Toma!-su mano se convirtió en un puño que golpeó el aire. Me mordí el labio inferior, que mono...Hey, para el carro, Kendall no es mono, es tu mayor enemigo ¿recuerdas?
-Tampoco hace falta que te pongas así.
Llegamos a casa y subimos a las habitaciones.
-Bueno...-dije incómoda, las despedidas entre dos no son lo mío.
-Buenas noches princesa.-me dijo dándome un beso y un guiño en el aire que hizo que me sonrojase y sonriese. Era un viernes y estaba tumbada en la cama recordando una frase que un asqueroso me había dicho pero que me hacía feliz y no conseguía sacarme la sonrisa de la cara. Y así fue como me quedé dormida.
----Flashbak----
Sus suaves manos rozaban mi rostro por la mañana.
-Buenos días princesa.-sonreí.
-Buenos días amor.-dije besándole.
-Siempre he creído que tus besos son los mejores del mundo.-me mordí el labio inferior. La luz del sol entraba por la ventana haciendo que la habitación tuviese algunos
Reflejos dorados mientras en la cama estábamos él y yo riéndonos por tonterías. Bajamos para desayunar y, como siempre, nos encontramos con su madre.
-Buenos días Meg.-me dijo. Yo la saludé y sonreí.-Carter...
-Hola mamá...-miré como su madre bajaba la cabeza con lástima y di un codazo a mi novio. ¿Qué?
-¿Tu qué crees?-suspiró y sonrió falsamente.
-Buenos días mamá, ¿qué tal amaneciste?-la abrazó y ella sonrió.
-Gracias hijo...
Desayunamos y nos vestimos para ir al instituto. Como siempre, Carter hizo que me pusiese lo más sexy posible porque "necesitas marcar tu cuerpo" era lo que me decía siempre. Todo pasó muy deprisa: los saludos, las clases, las charlas de los profesores... De repente me encontraba sentada en las gradas mirando cómo jugaba Carter al fútbol con una sonrisa.
-¡Hey!-dijo Matt sentándose a mi lado.- ¿Qué haces?-miró a mi novio y asintió.-Vale, ya sé lo que haces. ¿Puedes dejar de mirar a tu "tío bueno" durante unos minutos?- remarcó las comillas con los dedos. Asentí sonriendo.
-¡Meg!-gritó Carter cuando me levanté.- ¿A dónde vas?
-Me voy con Matt un momento.-se acercó corriendo.-Ahora vuelvo.
-Pero me darás el beso de despedida ¿no?-sonreí.
-Eres un pesado con tantos besos.-me calló con un beso largo y muy apasionado. Me encantaba que me besase así era tan...Especial. Sonreí. Matt se rascaba la nuca incómodo y tosió.
-Esto... ¿Nos vamos?-dijo incómodo. Asentí.
Poco después estábamos detrás de los baños solos. Yo me apoyé en la pared y él puso los brazos dejándome sin salida.
-Lo siento.-susurró. Se acercó y me besó. No sé por qué continué el beso y me gusto. Bueno, miento, sí que sé por qué continué el beso. Sabía desde hace tiempo que a
Carter no le amaba, le quería pero no como novio. Le iba a dejar pero no sabía cuándo. De quien si me había enamorado era de Matt. Algo calló al suelo y paramos.
-Carter no es lo que piensas...
-Hijo de put...-se tiró encima de él y empezó a golpearle. Matt se defendió bastante bien pero cuando Carter está furioso puede matar a quien sea.
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Grité de dolor y abrí los ojos. Kendall estaba a mi lado calmándome. Las lágrimas inundaron mi rostro y no pude evitar abrazar a Kendall.
-¿Qué te pasa Meg?-preguntó relajado.
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Si la vida nos dejase
Teen FictionLa tos se apoderó de mí y me mareé. Lo veía todo borroso; sentía que el aire era escaso. Me tumbé al lado de mi amigo mirando cómo las llamas seguían quemandolo todo. Miré a Matt con lágrimas en los ojos, tosí débilmente, si no me sacaban de allí r...