Corrimos detrás de ella pero pensaba que estábamos jugando y ella también corría. La maldije y grité, la amenacé y supliqué, pero no obtuvimos resultado. Hasta que la ignoramos, ella se sentó en su cojín y soltó la foto. La cogí de inmediato esperanzada y se la enseñé a Kendall. Pude ver como su cara se transformaba de alegría a horror.
-Creo que tenemos un problema.-dijo dando la vuelta a la foto. La foto estaba arrugada y las pringosas babas de mi perro esparcidas por todos lados. Algunos toques de color de la cara de Carter habían desaparecido.
-Mierda...-dije tapándome la boca con una mano.- ¿Y ahora qué hacemos?-se quedó pensativo durante un rato.
-¿Irnos de fiesta, emborracharnos y liarnos?-abrí los ojos.
-¡Guarro!-dije dándole golpes en el hombro mientras reíamos.
-Pero soy el guarro que te quiere.-me sonrojé.
-¿Podemos volver a lo que íbamos?-señalé la foto. Asintió y volvimos a pensar en qué podría estar pasando.
Tras varias horas pensando sin resultado decidimos tomarnos un descanso. Él se tumbó en el sofá y yo me fui a mi cuarto. Instintivamente empecé a cantar, tal vez de felicidad.
-Porque cuando un hombre ama a una mujer, lo sabe desde el momento en que la ve, y no importa si algo falla o de la mano de quien vaya, si se ríe o si se calla...-canté la promesa de Melendi, un cantante que me encantaba.
Puse una lista de reproducción y me tumbé en la cama. Cantaba en voz baja cada una de las canciones y cerré los ojos para relajarme.
Noté que un gran peso caía a la cama y alguien me abrazaba. Abrí los ojos sonriendo.
-¿Kendall?
-Sí.-susurró a pocos centímetros de mi cara.-De verdad que me encanta cómo cantas.-sonreí.
-¿Qué haces aquí?
-¿Ahora no puedo ver a mi novia?
-Pues no, es un momento íntimo.-dije sarcástica.
-A la mierda los momentos íntimos.-me besó. Escuché unos pasos que venían de la puerta. Cam.
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Si la vida nos dejase
Teen FictionLa tos se apoderó de mí y me mareé. Lo veía todo borroso; sentía que el aire era escaso. Me tumbé al lado de mi amigo mirando cómo las llamas seguían quemandolo todo. Miré a Matt con lágrimas en los ojos, tosí débilmente, si no me sacaban de allí r...