NO a todas las guapas

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Y él tenía razón, no sabía casi nada. Levantó la mano y se dio la vuelta mientras comenzó a andar.

-Adiós Megan.

-¡Hasta nunca imbécil!-le grité y, acto seguido, entré de nuevo en la enorme casa llena de multitud de gente.

Aquellas palabras me habían herido, si él odiaba a Kendall y viceversa ¿cómo podría decir que él sabía más de mi amigo que yo? Visualicé a Kendall y me acerqué con una sonrisa. Dani mentía, Kendall me quería a mí y sabía muchas cosas de él, lo que pasa es que me tiene envidia y...Cuando conseguí ver del todo la escena me tapé la boca. No, es imposible, no puede estar pasando. Kendall había arrinconado a mi gran amiga Alba y se estaban... ¿Besando? Más que besarse parecía que se estaban comiendo el uno al otro. Salí corriendo de allí, me paré en una mesa, cogí una botella entera de cerveza de un litro, me senté en un sillón desde el cual se podía ver a todos los que bailaban y empecé a dar largos tragos a la botella. Veía cómo el líquido disminuía hasta que solo quedó menos de la mitad y me subí a una mesa. Las canciones empezaban a ser repetidas y la gente se estaba cansando de aquello.

-¡Parad esa mierda, ¿no veis que siempre es lo mismo?!-grité captando la atención de todo el mundo. La gente empezaba a volver a entrar al salón con algo más de alegría.-Tengo una idea, ¿y si jugamos a prueba o verdad?

-¡Sí!-gritaron algunos a coro.

-No os oigo.-dije animándoles.

-¡Que si coño!-gritó uno. Nos pusimos en círculo unos pocos porque los demás no querían y empezamos a hacer rodar la botella. A mí no me había tocado todavía con nadie y lo agradecía ya que todos iban más borrachos que yo.

-¡Kendall!-gritó.-Y...¡Alba!-acabó diciendo. Ellos se besaron y yo hice una mueca de asco.

-Si parece que os estáis comiendo, que mal besáis.-solté sin pensarlo.

-¿Y cómo se besa Meg?-dijo desafiante Kendall. Sonreímos.

-Aunque esté medio borracha no voy a caer en tu trampa Kendall.-levanté una ceja.

-Eres inteligente hasta con un kilo de alcohol.

-Directamente soy inteligente, a diferencia de ti.

-¡Oh!-exclamaron todos.

Se volvió a acercar a mi amiga para besarla pero yo les interrumpí.

-Creo que solo se puede besar una vez tortolitos.-dije molesta. Ellos se incorporaron, Alba con los ojos en blanco y Kendall me miró sonriente.

-Bien, sigamos.-la botella giró y señaló a Kendall.-Estás de racha amigo.-volvió a girar la botella y esta vez me señaló a mi.-Hombre Meg. Los enemigos besándose, esto no me lo pierdo.

-No, yo no pienso besarle.-cogí la botella de cerveza pero esta estaba vacía.-Mierda...-miré a Kendall que sonreía de una manera un tanto pícara y divertida.-Ni te me acerques piojoso.-dije alejándome. Todos rieron por mi comportamiento pero yo tenía miedo. ¿Por qué? Pues porque el chico que me gustaba era mi enemigo y tenía que besarle algo que me daba mucho corte.

Me levanté, lancé un beso a todos y me despedí. Era de noche, hombre, claro que era de noche, si eran las cuatro de la mañana, pero yo estaba feliz y asustada, feliz por el alcohol y asustada por los motivos anteriores. Corrí como pude por la acera para salir de allí y llegar a casa cuanto antes.

-Meg.-dijo alguien detrás de mí haciendo que corriese más deprisa.- ¡No, espera!

Ni sabía quién era ni por qué había salido corriendo pero daba igual, no quería hablar con nadie. Corría más rápido que antes y se me estaba yendo la borrachera pero me tropecé con un bache que había en la acera y me caí.

-Joder...-escuché cómo unos pasos se acercaban en mi dirección y vi que me había hecho una herida en la rodilla que sangraba. Una sombra de una persona me tapó la poca luz que había.

-¿Qué quieres? Déjame por favor, no te he hecho nada.-dije asustada con lágrimas en los ojos. La persona rió y se agachó. No me atreví a mirar y me tapé el rostro con las manos. Chupó mi herida y entonces le vi, Kendall.

-¡Quita coño!-dije dándole una bofetada. Él se relamió los labios y luego se acercó a mi cara. Su sonrisa alumbraba mi rostro.

-¿Te he dicho que te pones muy mona cuando te asustas?

-Eres malo ¿eh?-se encogió de hombros.

-Y tu hermosa.-sonreí.

-No me vengas con gilipolleces, eso se lo dices a todas.

-A todas las guapas y por ahora eres la única.-nuestras frentes chocaron. Miré sus labios, él miró los míos y luego mis ojos.

-Te quiero Meg.-susurró.


Holaaa, ¡ya casi somos 600! Gracias de verdad, gracias por soltar unas risitas o simplemente sonreir, gracias por leer y por dejar un simple voto, gracias por estar ahí y gracias por todo y a todos. Espero que dentro de poco nos volvamos a ver pequeños guapos y guapas, hasta el próximo sábado ;3

Si la vida nos dejaseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora