Padres

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Salimos del cuarto juntos mientras hablábamos hasta que llegamos a la cocina en la cual se encontraba mi hermano que nada más vernos sonrió. Kendall me cogió de la mano y, aunque me resistí, acabé accediendo ya que se suponía que éramos novios, o por lo menos delante de mi hermano.

-Buenos días parejita.-dijo levantándose.-Yo ya he terminado de desayunar.-me miró.-Me voy a trabajar. Tus padres se han ido a no sé dónde Kendall.

-Vale, gracias.-mi hermano se fue y yo separé nuestras manos. Preparé mi café y puse la televisión. Kendall se sentó delante de mí.

-Quita, no veo la tele.-le dije.

-Nop. Viene tu hermano.-puse los ojos en blanco. Era verdad, unas pisadas se acercaban cada vez más.

-Que plasta es...

-Puedo hacer que no moleste.

-Pues hazlo.-me cogió de la cintura y me besó. Escuché como las pisadas se paraban y retrocedían poco a poco hasta desaparecer. Nada más separarnos mi mano golpeó su mejilla.

-Cabrón, no vas a cambiar.-negó.

-Nunca.-el sonido del microondas nos despistó. Cogí mi vaso de leche y desayuné mientras las noticias se veían en la televisión. Cam se despidió y, poco después, alguien llamó a la puerta. Corrí a abrirla y, nada más ver quien era abrí los ojos de sorpresa.

-¿Qué haces aquí?-pregunté.

-Yo también me alegro de verte Meg...

-Dani...-le dejé pasar.

-¿Estás saliendo con Kendall?-dijo sentándose en el sofá. Negué.

-No, nunca, es mi enemigo.-unas manos me taparon los ojos y sonreí.-¡Para ya plasta!-dije quitándome las manos de los ojos y dándome la vuelta.

-Tu gritas por las noches y yo soy el plasta.-levantó las manos como rindiéndose.-Okay okay...

-Kendall, estoy hablando con Dani.

-¿Y, un novio no puede saberlo todo de su novia?

-¡No somos novios! Tengo que darle la noticia a Cam aunque está muy contento contigo. Joder, la has armado buena Kendall.

-Me dirás que no te ha gustado lo que he armado ¿no?

-Pues no tonto.-le di un golpe flojo y me senté al lado de Dani.-No le hagas caso, es un asqueroso.

-El asqueroso que te gusta.-le miré fulminante.

-¿Qué has dicho?

-Que sé que te gusto.-me levanté y cerré mis puños con fuerza.

-¿Cómo me va a gustar un asqueroso como tú?-le empujé.

-Uy, que se nos pone chulita.

-Por lo menos yo tengo dignidad.

-Por lo menos yo tengo padres.-abrí los ojos, eso había sido un golpe bajo. Los ojos se me inundaron en lágrimas mientras él reía.

-Yo...-no sabía qué decir y estaba muy débil gracias a su golpe bajo.-¡Imbécil!-grité corriendo a mi habitación.

Narra Daniel

Vi como Megan corría a su cuarto con lágrimas en los ojos y me enfurecí. Cogí a Kendall del cuello de la camiseta y lo empotré contra la pared.

-¿Has visto lo que has hecho?-asintió con una sonrisa.-¿Y te parece bien?

-Todo lo que hago está bien Dani, tendrías que aprender de mí.

-No gracias, no quiero ser alguien al que todos usan y nadie quiere.-su sonrisa desapareció.

-¿Cómo te atreves?-subí las cejas.

-¿Cómo te atreves hacer llorar a Meg?-le solté y corrí hasta el cuarto de mi amiga. Escuché sus sollozos. Llamé con algo de miedo.

-No quiero ver a nadie.-gritó

-Meg, soy yo, Dani.-se sonó los mocos y abrió la puerta. Luego, se tumbó en la cama y siguió llorando. Cerré la puerta con cerrojo y me acerqué. Me abrazó.

-Kendall es tonto.

-Ya lo sé.-toqué su sedoso pelo rubio intentando que se tranquilizara y lo conseguí. Sus ojos estaban rojos y su cara húmeda.

-Lo siento por el numerito.-se miró las manos.

-No tienes de qué disculparte.-sonreí. Tengo que aclarar algo, me gustaba Meg, era...Una chica increíblemente graciosa, buena, amable...Era Megan Swan, ¿qué más se podía pedir? Cada vez que la veía se me revolvía el estómago y no sabía qué decir. Levanté su rostro y besé su mejilla, por ahora eso era lo único que podía hacerla.

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Si la vida nos dejaseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora