Confusión

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-Era él...-sollocé.

-¿Quién es él?

-Carter...Mi exnovio. Mi mejor amigo y él se pelearon porque Carter me pilló besándole detrás de los baños y luego...-sollocé.-Luego me golpeó a mí. Le dejé. Desde ese momento golpeaba a cualquier chico que tan siquiera me mirase.-él me tocaba la cabeza suavemente para tranquilizarme.-No puedo seguir así Kendall...

-¿Así como?

-Desde aquel incidente no paro de tener pesadillas sobre ellos.

-No te preocupes, yo estoy aquí para lo que necesites.-le abracé más fuerte.

-¿Te importa dormir conmigo?-negó y se tumbó a mi lado. Veía su rostro a pocos centímetros de mí. Sus ojos verdes miraban mis labios y su pelo moreno estaba descolocado, como siempre. Pasé mis dedos por su cabello y él se acercó un poco más. Yo hice lo mismo. Sus ojos, sus labios, su pelo...Todo era perfecto en él. Quedamos a pocos centímetros. Nuestros alientos se mezclaban. No, esto está mal. Me di la vuelta, él pasó un brazo por mi cadera y me atrajo hacia sí, después, depositó un beso en mi cabello y me deseó las buenas noches.

Narra Kendall

Cuando me desperté y la vi frente a mi sonreí, parecía un ángel. Su melena alborotada, sus parpados cerrados, sus labios...Esta chica es especial, hace que algo en mi cambie y no sé qué es pero me gusta. Me quité la camiseta y bajé un poco la suya para asustarla. Me incorporé en la cama poco a poco y puse su cabeza en mi pecho desnudo. Pareció darse cuenta pero no la importaba, o eso creo porque si no, no tengo ni idea de por qué se acurrucó y me abrazó. Poco después se despertó. Me miró asustada.

-¿Qué hemos hecho?

Narra Megan

Estaba sin camiseta y...¿En el pecho de Kendall? Le pregunté de inmediato por lo sucedido y asustada.

-Lo más bonito que un chico como yo y una mujercita como tu pueden hacer desnudos en una cama.-sonrió y yo abrí los ojos.- ¡Que es coña!-gritó. Me incorporé y pude ver mi camiseta que estaba algo bajada. Le golpeé suavemente en el hombro mientras se reía lo que causó que sonriese.

-¡Madre mía!-dije en cuanto me fijé en sus abdominales. Sin pensármelo dos veces los toqué.

-Te gustan ¿eh?-se acercó y me besó en la mejilla haciendo que me sonrojase.

-Tonto...-sonreí. 

Si la vida nos dejaseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora