Me desperté en el hospital. A mi lado estaba mi hermano Cameron, un chico de 20 años, moreno y con ojos mieles que miraba por la ventana angustiado. La claridad del día entraba por la ventana y llegaba a mis ojos los cuales pestañeaban poco a poco. Le miré mientras las lágrimas caían por su rostro.
-¿Qué te pasa?-dije en un suspiró. Él se volvió de inmediato hacia mi y sonrió.
-¿Meg?-asentí. ¿Qué había pasado? Una enfermera apareció por la puerta.-Está despierta...¡Meg está despierta!
Su voz retumbó en mi cabeza e hice una mueca de dolor. Me sentía débil y...Hecha una mierda. La enfermera corrió a mi lado.
-¿Señorita Swan?-asentí.-¿Qué tal se encuentra?-suspiré.
-No muy bien.-ella asintió, le dijo algo a Cam y se fue.
-No te preocupes, te vas a poner bien.-dijo mi hermano con una sonrisa y lágrimas en la cara.
Me habían encontrado en un edificio incendiado en ruinas. Había un chico a mi lado rubio y ojos marrones oscuros muerto que reconocí de inmediato. Las lágrimas resbalaron por mi cara mientras mis manos se convertían en puños. Ahogué un grito al recordar todo. Matt, mi mejor amigo, Carter y yo habíamos ido a dar una vuelta. Hacía frío y llovía por lo que decidimos entrar en un edificio que parecía inhóspito.
A mi me gustaba Matt desde hacía bastante pero no me había atrevido a decírselo, a quien sí se lo comenté fue a Carter, mi ex-novio y ahora amigo. Nos dejó a solas para que pudiera decírselo y, de repente, el edificio estalló en llamas. Matt y yo nos quedamos encerrados en una sala que se derrumbaba poco a poco. Recuerdo los muebles callendose encima nuestro y proporcionándonos quemaduras que, en ese momento, no parecían importantes pero que ahora significaban la muerte de él, Matt, mi mejor amigo y el chico del que estoy perdidamente enamorada.
-Te encontraron junto a él con quemaduras de segundo grado. Pensaron que estabas muerta hasta que notaron que respirabas, débilmente pero lo hacías. Llevas seis meses en coma.
-¿Y el instituto? Ya se ha acabado ¿no?-él asintió.
-Vas a ir a otro. Y vas a repetir curso.-suspiré, no me gustaba eso de tener malas calificaciones y repetir curso, nunca había traido un suspenso a casa y lo de repetir curso no me hacía ninguna gracia.
-¿Han encontrado a otro chico?-pregunté al darme cuenta de que no habían nombrado a Carter. Mi hermano negó con la cabeza. Marqué el númerode Carter con el móvil de mi hermano pero solo se escuchaba el contestador.-¿Seguro?-volvió a asentir confuso.
-¿Por?
-Carter, estaba con nosotros...Bueno, nos dejó a solas en ese momento pero él había venido con nosotros.-cerré los ojos, buscar a Carter era el menor de mis problemas en ese mismo instante.
Pocos días depués me dieron el alta y, nada más salir del hospital, fui a casa de mi desaparecido amigo pero nadie sabía nada. Estuve en todos los lugares que frecuentaba aunque no conseguí nada, solo llegar tarde a casa y preocupar a mis padres.
Todo era muy extraño, justo cuando Carter se fue la casa explotó en llamas y nadie sabía todavía en motivo. Es verdad que Carter seguía queriéndome y que había llegado a hacer locuras a otros chicos para que no se acercasen a mí pero ¿sería capaz de matar a Matt poníendome a mí también en peligro? No, imposible, Carter solo amenacaría en todo caso y eso fue un incendio no una amenaza, creo.
Preparé mis cosas para el día siguiente ya que me había perdido las vacaciones de verano y me tocaba volver al instituto. Estaba cansada pero a la vez no quería dormir hasta dar con mi amigo. Tranquilízate Meg, solo estás exagerando, él no sería capaz de matar a nadie por ti. Y con ese pensamiento acabé durmiéndome.
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Si la vida nos dejase
Teen FictionLa tos se apoderó de mí y me mareé. Lo veía todo borroso; sentía que el aire era escaso. Me tumbé al lado de mi amigo mirando cómo las llamas seguían quemandolo todo. Miré a Matt con lágrimas en los ojos, tosí débilmente, si no me sacaban de allí r...