Fairy Tail: Confusión Temporal

SR. Cap #25: "Ahora nosotros"

Natsu:

He perdido la cuenta del tiempo que llevan fuera, estoy comenzando a perder la cabeza, me parece que han sido siglos los que han pasado. Desde chico nunca entendía como muchos de los adultos que veía podían perder la cabeza por una mujer, siempre me parecieron raras.

Pero ahora sé lo que se siente, y verdaderamente no se lo desearía ni a mi peor enemigo. He comenzado a soñarla, ella está atrapada en un cristal creyendo que es libre en un mundo en el que no lo es, quiero alcanzarla, pero ella no me ve. Quiero romper ese cristal, para que ella me vea y me escuche, pero no funciona. Nada funciona...

Me he pasado noches enteras en desvelo intentando tener una idea de que hacer para recuperarla. Pero no hay nada ¿Por qué tenía que ser tan estúpido? la extraño demasiado, sufro sin ella. La quiero conmigo ya.

-Natsu, lo tenemos.- me dijo Gray tocándome el hombro.- Hay una manera de recuperar a Lucy, acompáñame.

Sin duda me levante y lo seguí hasta la sala del viejo.

-Natsu... ¿Qué...- me miro exaltado el maestro

-Yo le dije que viniera- respondió Gray

-¿Por qué?- pregunto Erza

-Porque él tiene derecho a participar en este plan, ¿recuerdan? Estamos hablando de Lucy por el amor a Dios.

-Gray...-lo miré sorprendido.

-Está bien, entonces hay que arreglar algunas cosas sobre el plan.- dijo el maestro.

-La idea en general es que unos vayan en distracción a los guardias principales, otros en distracción de Clove y otros en el rescate de Lucy, Mira y Lisanna- dijo Laxus.

-Tenemos que cooperar todos y también hay que dejar a personas aquí cuidando a los niños- dijo Erza pensativa.

-Analicemos las posibilidades, yo digo que si de distraer se trata no llevemos a muchos del gremio- dijo Erza.

-Lo que hay que hacer es una lista, entre los que se quedarán aquí, los que pelearán contra los guardias, los que pelearan con Clove y los que sacarán a las chicas- dijo Juvia escribiendo las divisiones en distintas hojas de papel.

-Bien, entonces comencemos.- dijo Mavis entrando por la puerta sorprendiendo a todos y asentimos.

Fue así como nos pasamos más de 16 horas dentro de la oficina del viejo planeando minuciosamente cada paso desde salida hasta entrada de como pelearíamos, cuidaríamos y rescataríamos en general. Opiniones iban y venían, planes viajaban entre bocas hasta quedar de acuerdo en uno y fue así como comenzamos la división de los cuarteles. No puse mucha atención a quienes iban a estar peleando contra los guardias, solo se bien que Wendy y Gajeel pelearan contra Clove mientras que Laxus y yo rescatamos a Lucy, Mira y Lisanna. Será difícil, quizá demasiado. Pero por alguna razón ya no importaba en lo absoluto lo que pensara con tal de salvar a Lucy.

Fueron en total 18 horas de planeación y estrategias y seis horas para explicar con el mismo detalle a los demás, fue un día verdaderamente agotador, jamás había pensado con tanta seriedad antes, Ni siquiera...

-Papá, vámonos que mañana tienes que madrugar- dijo Nashi jalándome de la camisa tallándose un ojo y yo me reí.

-¿Quién lo diría? Una hija diciéndole a su padre que duerma.

-Extraño a mamá, y sé que tú también- dijo señalándome en modo de acusación y yo la miré.

-¿A si? ¿Cómo lo sabe la pequeña detective?

-Tu fuego sabe triste- me dijo con una carita de lo más tierna. Yo solo pude verla y la cargue.

-Bueno, es verdad, extraño mucho a tu mamá... Es por eso que mañana daré todo de mí para poder traerla de vuelta con nosotros- dije con una sonrisa y ella me devolvió la suya.

Cuando llegamos a casa la recosté en la cama junto a mí, ella se quedó dormida casi al instante; yo solo podía pensar en Lucy y en ella. Son mi familia, o más bien dicho, algún día se convertirán en mi familia biológica, tengo que traerla de vuelta. No solo por el hecho de que en verdad ansió el tenerla conmigo, si no por el pequeño angelito que se recuesta a mi lado, esta niña...

Es una felicidad demasiado extraña. Es como si se combinara felicidad, nostalgia y satisfacción y un millar de sentimientos en un pequeño cuerpo de rostro aperlado y cabello rosado. Al pensar en Nashi pienso inmediatamente en el fututo, pienso en que pasará ahora, me pregunto si esto cambia de alguna manera lo que se tenía previsto para todos nosotros, y de vez en cuando me voy divagando y termino con el pensamiento de que Freire a cualquiera que intente ser el novio de mi pequeña Nashi. Aunque claro, eso es demasiado apresurado.

Llega la mañana, Nashi sigue dormida y yo no sé cuándo me quedé dormido. No quiero despertarla, solo alisto mis cosas y al terminar la cargo para llevarla al gremio en donde se supone que ya esperan todos para irnos en nuestros cuarteles asignados.

-Papi...- dice en un susurro somnoliento acompañado de un bostezo

-Princesa, ya me voy por mami- dije acariciando su cabeza revolviendo un poco su cabello.

-Sí, da lo mejor de ti papi, sé que seremos muy felices cuando vuelvas con ella- dijo con una sonrisa. Lentamente me retiré la bufanda y se la puse en el cuello a ella.

-Sí, es una promesa Nashi- dije seguro y le di un beso en la frente antes de despedirme de ella e irme con el resto del grupo, solo faltaba Laxus.

-Papá, tienes que prometer que traerás a mamá de vuelta- a lo lejos vi a una Senakuma intentando no llorar.

-Claro que la traeré Sena, ¿Quién crees que es tu padre?- dijo Laxus con aire de superioridad.

-Pues tío Elfman dice que antes te apodaban Pikachu- contesto Sena con una cara muy seria y Laxus suspiro.

-E-Escucha Sena, ¿Te conté alguna vez de como fue que estos tontos del gremio me enseñaron a apreciar?

-En realidad no.

-Está bien, prometo contarte cuando vuelva lo prometo.

-Tienes que hacer algo más que una promesa- dijo con un puchero.

-No puedo pequeña, es lo mejor que tengo.

-¿A qué te refieres?

-Las promesas son muy importantes, pero Sena, eres una Dreyar, no importa la promesa que hagas, las promesas son nuestras vidas, son lo más valioso que un Dreyar puede tener.- Ella enmudeció- por eso hija, es que lo máximo que puedo hacer es prometerte que traeré a tu madre, porque es más que una promesa. Te aseguro que estará de vuelta- dijo y la abrazó, después llegó con nosotros y nos fuimos del gremio despidiéndonos.