Natsu:
-L-Lucy- también la miré sorprendido y al instante en que reaccioné la ayude a ponerse de pie –Lo siento, tampoco te vi.
-Has estado pensando en muchas cosas ¿no es así?- me dijo con una sonrisa algo triste.
-A decir verdad, he pensado tanto que mi cerebro se cansa- dije golpeando un poco mi cabeza riendo y ella soltó una risita conmigo.
-Pues entonces debe de ser demasiado grave ¿Qué incluye?- me preguntó con inocencia.
-A la chica que amo- respondí mirándola algo serio a los ojos y ella se quedó quieta. –Lucy, por favor te ruego que me digas que pasa.
-Natsu... Yo... no creo que...
-Solo quiero ayudarte- respondí elevando mi tono de voz y baje la cabeza –Quiero tenerte conmigo de nuevo, no lo resisto... Quiero estar contigo, sonreír contigo, simplemente quiero que nuestro destino se junte y se haga realidad... Solo quiero estar contigo- confesé.
Lucy:
¿Esto era una confesión? ¿Esto es lo que es una verdadera confesión? Sincera, pacifica, seria...
No podía poner en orden mis sentimientos en ese momento, pero sabía perfectamente que no todo era felicidad, aún me atentaban los falsos recuerdos incrustados en mi mente, aún me preocupaba demasiado mi seguridad y las palabras que diría para salvar mi futuro. Sin embargo eso pareció mínimo por un momento; todo se detuvo y de nuevo solo estábamos él y yo.
Tomé su mejilla dirigiendo su mirada con la mía, lo vi a los ojos, esos seductores ojos jade con un toque de rojo y amarillo, convirtiéndolo en un color tan curioso, tan único. Me acerqué a su rostro, por un momento aquellas alucinaciones se fueron de mi mente y solo pensaba en sus labios, me acercaba y me acercaba al igual que él; una vez más cerramos nuestros ojos a centímetros de cercanía; sentía su respiración agitada flotar hacia mis labios y viceversa. Por un mínimo segundo sentí una sensación única, inexplicable. Sentía como si una onda de calor me invadiera hasta lo más profundo del corazón, calidez era lo que sentía por primera vez desde que me secuestró Lisanna.
-¡Lucy!- escuché que me llamaban y al instante nos separamos, sentía mi cara hirviendo en un sonrojo muy profundo.
-¿Q-Qué pasó Levy?- pregunté cubriendo mi cama con mi mano un poco.
-Clove... Ha escapado- dijo agitada. Ambos sobresaltamos.
-¿Qué dijiste Levy?- preguntó Natsu asombrado y con una cara preocupada.
-Max fue a darle de comer, y ya no estaba... Nadie sabe cómo, pero logró escaparse- contestó preocupada.
-No... No puede ser... Hay que ocultar a los niños- dije preocupada.
-Eso están haciendo Gajeel, Mira y Jellal, los demás estamos al pendiente para encontrarlo.- me senté ahí en el piso, aunque en cierta parte sentía como parte de mi mundo se derrumbaba. Aunque Natsu y Levy me sostenían sentía como si la gravedad me empujara hasta el núcleo del planeta.
-Nashi... Ella estaba con Yuki practicando en el parque- dije alarmada, sentía como si me faltara el aire.
-Mira esta allá, Lucy, no te preocupes todo estará bien.- sonó una pequeña lacrima en su bolso y ella atendió.
-Lucy ¿Estas bien?- me preguntó Natsu tomando mi mano, la cual aparté enseguida presa de los recuerdos. Tomé mis rodillas negando con la cabeza.
-Nada está bien, no lo está- dije en un sollozo. Después de eso sentí su cálido abrazo, por instinto me apartaba, pero él no me dejaba y al poco tiempo me recosté con él.
-Macao y Wakaba están pegando panfletos en la ciudad, Natsu, lleva a Lu-chan a tu casa por favor- pidió Levy.
-¿A la mía?- preguntó confuso. -¿Por qué?
-La mente de Lu-chan ya es más susceptible a las alucinaciones que puedan crear, así que la estarán buscando por lo tanto su casa ya no es un lugar muy seguro.- contestó.
-Está bien... ¿Te parece Lucy?- me preguntó y yo asentí –Bien, me avisas si algo pasa.- dijo antes de marcharse cargándome al estilo princesa.
-N-Natsu... Puedo caminar- dije apenada.
-Lo sé- me dijo con simpleza. –No quiero que te esfuerces mucho.
-Pero no es ningún esfuerzo.
-Entonces estoy logrando mi objetivo.
-Creí que pesaba mucho para ti.
-Pues entonces, bajaste de peso Luce.- me dijo con una risa.
Lo admito, no quería que me bajara, me sentía tan cómoda que me quedé dormida en sus brazos por un momento. "Luce" hace mucho que no me llamaba así, desde... antes de que se fuera a entrenar. Mi corazón se llenó de melancolía, pero era más alegría que nada, sentía por un momento que todo volvería a ser como antes; sentí por un breve momento que todo esto sería solamente un sueño muy extraño y que, al levantarme estaría en mi cama con los rayos de sol como siempre alumbrando mi habitación. Un chico peli rosado con un gato azul parlante estarían molestando de nuevo, invadiendo mi departamento.
Por un breve momento, sentí que todo era normal, al menos a nuestro particular estilo.
Natsu:
Sentí su respiración en mi pecho, se había quedad dormida. Sonreí al verla dormir, hace mucho que no la veía tan tranquila, y aun así se sigue viendo hermosa. Seguí el trayecto con tranquilidad, no quería despertarla, y al llegar la recosté en mi cama, que en realidad era una manta colgante.
Al recostarla miré mi habitación, todo un desastre, salí y miré toda la casa; igual. Pasé un buen rato buscando algo con que recoger y limpiar y después comencé a ordenar todo, es lo menos que podía hacer por todas las veces que Lucy me dejaba entrar a su casa, incluso la vez en que entró sin que nos diéramos cuenta y ella ordenó toda nuestra casa. Desde ese día he estado cuidando de que todo siga así, pero no he tenido éxito en ello, supongo que porque no me había esforzado lo suficiente.
Al terminar de limpiar miré mi muro de recuerdos, reía por lo idiota que era antes, quiero decir, ahora soy un idiota, pero antes me sobrepasaba. Sonreía ante la idea de que era tan idiota que no comprendía porque desde que la conocí siempre fue una chica muy especial para mí. Aún recuerdo ese día perfectamente, y pienso que jamás lo olvidaré.
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Fairy Tail: Confusión Temporal
Fiksi PenggemarNatsu se fue, todo el gremio está deprimido, aunque se siguen haciendo fuertes. Era otro día melancólico, cuando a Lucy le aparece una sorpresa .... Será que esto cambiara mucho la historia?... Los personajes son de Hiro Mashima, esto sólo fui u...