9. Lluvia

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-ELYZA-

Desperté en medio de la noche. Estaba sudada. La imagen en el mercado se repetía una y otra vez. Alicia tenía razón, había hecho una tontería. Llevé mis manos a la cara y la froté. Retiré las sábanas y me levanté lentamente de la cama, intentando no despertar a Alicia, estaba hecha una bola. Me acerqué a ella y la tapé con mi parte de manta. Se movió un poco.

Salí de puntillas a la sala, cerrando la puerta de la habitación tras de mi. Salí a la terraza, pero no estuve mucho tiempo, estaba lloviendo. Corrí dentro del salón y saqué algunos recipientes que teníamos para aprovechar el agua de la lluvia; cubos y palanganas. Una vez la saqué, me quedé mirando como las gotas de agua impactaban en el suelo. Una tras otra, una tras otra. Al final, terminaron empapando todo por completo. Por suerte los sillones estaban debajo de un toldo que impedía que se mojaran, por lo que no tendríamos que preocuparnos por ellos.

Cociné unos huevos rotos, de unos sobres en polvo que habíamos encontrado en unos coches días antes. Me serví un plato, me senté en la mesa y empecé a comer parte de ellos, la otra sería para Alicia. La que se estaba demorando en despertar. Cuando terminé, dejé el plato en el fregadero, junto con los de la noche anterior, hoy si tendríamos agua para limpiarlos. Sonreí ante ese pensamiento, teníamos agua.

Volví al cuarto, abrí las puertas y ahí estaba ella. Durmiendo. Me apoyé en el marco de la puerta y estuve observándola. La luz, se colaba por las cortinas, dejando entrever su silueta entre las sábanas. Su torso se movía hacia arriba y hacia abajo rítmicamente. Su cara era angelical. No era la primera vez que la observaba mientras dormía, tampoco sería la última.

Con pisadas suaves y lentas, sin hacer a penas ruido, me metí en la cama. No sabía si debía acercarme a ella y besarla, quería hacerlo. Quería despertarla a besos. ¿Tenía algo que perder? No.

Me acerqué poco a poco a ella. Besé su nuca, se retorció entre las sábanas, aún sin despertarse. Me pegué a ella, mi pecho estaba sobre su espalda. Soplé un poco por detrás de su oreja, vi como sus labios intentaban dibujar una sonrisa. -Sé que estás despierta- susurré. Ahora si era una sonrisa. Se dio la vuelta. Quedamos frente a frente. -Tienes el desayuno hecho- le dije manteniendo un poco las distancias, controlándome a mi misma, ella bostezó -¿Sobre que hora es?- preguntó. Miré mi reloj, me lo regaló mi padre por mi cumpleaños, tres meses antes de que pasara esto, era suyo. -Aquí pone que las 15:23. Asé que creo que va siendo hora de levantarse, Señorita Clark- le tendí mi mano, yo estaba arrodillada en el colchón. Se volvió a tapar con las sábanas, esta vez por encima de la cabeza, no pude evitar reírme.

-Está lloviendo...- susurré -Nos tendremos que quedar aquí, tenemos de todo así que salir sería jugar con fuego... En una piscina de gasolina- razoné en voz alta. Alicia se destapó la cabeza rápidamente, y con los ojos como platos me miró - A veces, me das miedo- se comenzó a reír. Yo lo hice también.

De un momento a otro salió de la cama. Se estiró. Yo la contemplaba admirada. -¿Pasa algo?- preguntó ella. Retiré mi mirada inmediatamente, noté como me sonrojaba, negué -¿Que va a pasar?- dije rápida. -Pues voy a comer...- dijo en un bostezo. Ella salió de la habitación. Yo abrí las cortinas y las ventanas. Para ventilar la estancia. Retiré la ropa de la cama. No podríamos lavar las sábanas así que lo menos que podía hacer era que estuvieran lo más limpias posibles.

Volví a la sala. Alicia estaba sentada en la mesa, de espaldas a la puerta de la habitación. Su pelo estaba en un moño mal hecho. Incluso imperfecta, estaba perfecta. Cerré las puertas tras de mí y pasé por delante de ella. Fui al sofá que estaba delante de una gran televisión de plasma, inservible claro. -Me tumbé en el chaise-long -¿A ti que tipo de películas te gustaban?- pregunté desde el sofá. Oí como Alicia dejaba el tenedor sobre el plato y se levantaba. -Supongo que las comedias románticas- dijo por fin. Giré mi cabeza. Dejó el plato en la cocina, junto al resto y vino hacia el sofá. -¿Y a ti?- preguntó mientras se sentaba a mi lado, me quedé pensativa -Siempre me ha gustado la comedia y el suspense... ¡Ah! Y las de terror... Apasionantes- Alicia me miró extraña - Por qué no me sorprende...- rió, yo hice lo mismo. -Elyza...-susurró Alicia, la miré -Me alegro de haberte encontrado- sonreí. Ella tomó mi mano. La acarició. Sonreí mirando como entrelazábamos nuestros dedos.

Soltó mi mano y se tumbó en el sofá, apoyando su cabeza en mi abdomen. Comencé a jugar con su moño. Nos quedamos un rato en silencio. -¿Fumas?- Alicia rompió el silencio. -Fumaba, me quedé rápido sin cigarrillos con esta mierda...- susurré -¿Lo hechas de menos?- asentí. Seguía jugando con su moño. Alicia se dio la vuelta, quedándose boca abajo en el sofá, apoyándose en los codos. Me miraba. -Yo también...- susurró bajando la mirada. -¿Tu fumabas?- pregunté extrañada -No tienes pinta...- me incorporé cruzando mis piernas como un indio. -¿Que clase de apariencia se tiene que tener para fumar?- dijo riéndose, yo también comencé a reirme -No sé, de chica dura... No das ese perfil- Alicia seguía riéndose. Me miró -Entonces es que no me conoces bien- dijo en un tono... Demasiado sensual para mi y mis sentimientos.

Me sonrojé. -Tengo una sorpresa- se levantó del sofá y buscó en su mochila que estaba en una de las sillas que componían la mesa del comedor. Cuando se giró mantuvo algo que cogió tras su espalda. -¿Que es?- estaba emocionada. -Toma- extendió la mano -No puede ser...- me levanté y la abracé -¿¡Dónde los has conseguido!?- carraspeó -Si te lo digo... ¿Prometes no enfadarte?- la miré extrañada -¿Por que iba a enfadarme?- me separé un poco de ella, con mi mano derecha en su cadera -Por no haberte dicho que los había cogido...- me eché a reir- Ali, cariño...- le había llamado cariño -Emm, no pasa nada- sonreí -Gracia- me acerqué y le dí un beso en la mejilla. Cerró los ojos, noté como hacía presión para notar la caricia.

Suspiré lo más inaudible mente posible. Nos separamos. La miré, seguía con los ojos cerrados. Quería que ella diera el primer paso, yo no iba a hacerlo por el hecho de que quería saber si ella realmente estaba lista. -¿Tienes fuego?- abrió los ojos rápidamente. -Si, un segundo- dejó su paquete de tabaco en el sofá, yo comencé a abrir el mío. Me volví a sentar en el sofá, las gotas caían violentamente contra el cristal de la ventana. -Ya esta...- dijo Alicia sentándose a mi lado, me tendió el mechero y puso un cenicero entre nosotras. Encendí mi cigarro, y di la primera bocanada de humo -Dios...- se escapó de mi boca una especie de gemido, Alicia me miró y se rió, yo sonreí avergonzada, no quería que sonara como tal.

-¿Bien?- preguntó ella expulsando el humo lentamente -Se queda corto...- cerré los ojos para disfrutar del momento -Esto es genial...- dije en voz muy baja. Noté como Alicia se levantaba del sofá, pero no abrí los ojos. Sentí un golpe en mi rodilla. Abrí los ojos. Alicia estaba delante mío, sus piernas estaban entre las mías. Conectamos nuestras miradas. -Siempre he querido hacer algo...- dijo en un tono suave. Apoyó sus manos en mis hombros y se sentó encima mío, con las piernas a cada lado de mi cuerpo.

-¿Que vas a...?- Alicia puso un dedo sobre mis labios antes de terminar de formular la pregunta. Lo apartó lentamente. Dió una calada al cigarro y sin expulsar el humo. Y puso la mano en la que no tenía el cigarro en mi mejilla. Se inclinó sobre mi, puso su pulgar en mi barbilla obligándome a abrir la boca. Puso sus labios a pocos centímetros de los míos y dejó salir el aire. Yo lo aspiré según salía. Nos mirábamos fijamente a los ojos mientras el humo se colaba en mi boca. Cuando expulsó el humo se levantó lentamente y se sentó a mi lado. Estaba en shock.

-¿Que tal?- preguntó alzando una ceja y sonriéndome, solo pude asentir. -¿Tienes el mechero por ahí?- alcancé a decir. Me lo tendió y encendí mi cigarro. Pasamos en silencio los siguientes minutos. Disfrutando del placer que nos proporcionaba. Miré mi reloj. 18:42. Suspiré. La di la última calada a mi cigarro y lo apagué en el cenicero. Alicia hizo lo mismo. -Para ti ¿Que es el amor?- preguntó de repente. Me cogió totalmente por sorpresa.

No sabía que contestar, jamás me había planteado la respuesta a este tipo de pregunta. La miré. -No se...- susurré- El amor siempre ha estado presente en mi vida- cogí aire- nunca me faltó por parte de mi familia, siempre fuí apoyada en cualquier decisión, no tenía queja alguna... Pero cuando me quedé sola lo heché de menos -una lágrima amenazaba con salir- Alguien con quien hablar, discutir, a quien abrazar, mostrar mi cariño... A quien tapar por las noches-Alicia me miraba atentamente, sonrió tímida- A quien cocinar, a quien regañar o dar las gracias por tonterias que para mi son importantes... Despertar al lado de esa persona, acariciarla, hablar de cualquier cosa y a la vez de nada-Alicia puso su mano sobre mi rodilla. Entrelacé sus dedos con los míos y nos miramos. -¿Para ti?- pregunté encendiéndome otro cigarro, le ofrecí uno y lo cogió, agradeciéndome con una sonrisa -Pues prácticamente lo que has dicho...-sonrió sin timidez, cerrando los ojos y forzando los dientes. Como una niña pequeña -Eres preciosa- salió de mi boca.

Apocalipsis. Soulmate. #Lexark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora