36. Refugio II.

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-ELYZA-

Los había matado. En cuanto escuchamos los disparos, las tres miramos en dirección a Alicia. Estiré la mano y la ayudé a bajar el arma. Estaba temblando. Cayó al suelo tras varios segundos observando los cadáveres de esos hombres. -¿Ali? ¿Ali? ¿Estás bien?- me tiré al suelo junto a ella. Tenía la mirada perdida. "¿Que hago?", no sabía que hacer.

Cogi su cara entre mis manos y la besé. Pocos segundos después noté que me devolvía el beso. "Vale" -¿Que ha pasado Alicia?- le pregunté completamente seria al separar nuestras bocas. Lindsay y Marie eran meras espectadoras. Alicia negó. -No lo sé... Yo... Tenían malas intenciones, Ely- me miró con una cara de cachorrito abandonado. Rompió a llorar.

-Joder, los he matado... Joder- no paraba de decir mientras sus lágrimas caían y gemía. La abracé, lo más fuerte que pude, queriéndola unir a mi para poder compartir su dolor entre las dos. Para que no llevara sola esa carga. Tras varios minutos y mi camiseta empapada, se tranquilizó. Retiré su rostro de mi pecho y coloqué varios mechones de pelo tras sus pequeñas y adorables orejas.

-Todas hemos matado cariño- miré a las chicas, ambas alzaron las manos -Pero no habían hecho nada Lex- volvió a bajar la cabeza, queriendo llorar -Lo hiciste para protegernos. No se sabe seguro lo que esos hombres querían hacernos, pero creo que estaba bastante claro amor...- levanté su barbilla para obligar a que me mirara. Las chicas se pusieron de cuclillas a nuestro lado -Gracias Clark- Linds y Marie le dedicaron una sonrisa.

-Venga vamos, tenemos vehículo- le sonreí mientras me levantaba y le tendía la mano para que ella hiciera lo mismo. Con delicadeza la tomo y quedamos la una frente a la otra. -Te quiero- le susurré mirándole directamente a los ojos. La morena me sonrió y pensé que me iba a derretir. Verla así de despeinada, con los ojos llorosos y rojos y con esa sonrisa... Incluso así, estaba preciosa.

Nos montamos en el camión. Sabía perfectamente lo que había hecho Alicia. Las cuatro lo sabíamos. Pero desde que todo esto empezó habíamos estado obligadas a tomar decisiones duras, y esta última semana había sido, con diferencia, la peor de todas. Marie decidió ponerse en contacto con ese "estadio", error. Lindsay la apoyó, fue decisión suya. Yo decidí irme con ella, dejar a mi madre atrás a pesar de haberla recuperado y llevarme a Alicia conmigo. Fue egoísta, lo sé. Pero no concebía la vida sin ella a mi lado. 

Me sentía una hija horrorosa al cambiar a mi madre por mis amigas, pero había tantos cabos sueltos... Ella había rehecho su vida en esa torre. Había conocido a Henry y yo no quería ser una carga, ninguna de nosotras lo queríamos. Me hubiera gustado que Alicia interactuara más con mi madre, pero la esperanza aún no estaba perdida.

-¿Destino?- pregunté a Lindsay que iba conduciendo. -Torre de negocios ma'am- sonreí para mis adentros. -Espero que no te importe- dijo Marie -No creo que seamos bien recibidas, pero sé que te gustaría saber como está...-levanté la vista y asentí. No pude evitar que mis ojos se empañaran. Sentí caricias en mi espalda. Levanté mi cabeza y la miré -Van a estar bien rubia- me dedicó una de sus increíbles sonrisas, se la devolví pero con mucha más melancolía. 

Los imbéciles habían dejado el depósito lleno para nuestra suerte, pudimos llegar a la ciudad sin problema. Cuando llegamos a la torre nuestras respiraciones se pararon. 

El suelo estaba plagado de cadáveres, fueran caminantes o de la gente que habitaba en la torre. Un sentimiento de angustia se instaló en mi pecho, agarré fuerte la mano de Alicia mientras avanzábamos. Quedaban algunos caminantes andando por la zona. Había coches repartidos rodeando la torre, pero nadie vivo en ellos. Las puertas y laterales estaban llenos de agujeros de bala y golpes. Mirábamos por las ventanas. 

Ahogué un grito. Las lágrimas no aguantaron más en mis ojos y comenzaron a desbordarse. -¿Que hemos hecho?- dije con la voz totalmente cortada. Me costaba respirar. -Necesito salir- dije intentando abrirme paso hacia la puerta, Alicia me lo impedía -Espera hasta que nos deje en la puerta- me dijo Alicia calmada, pero yo no estaba calmada, no podía, tenía que ver si mi madre seguía con vida. 

Apocalipsis. Soulmate. #Lexark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora