14. Espera.

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-ELYZA-

Salí por la terraza. No quería estar con Alicia, me sentía incómoda. Había tenido parejas, amigos con los que simplemente me lo pasaba bien, solo tuve una relación estable... No estaba acostumbra a escuchar 'Te quiero', no lo estaba. ¿La quería yo a ella o simplemente le tenía cariño? 

Me subí al coche y puse rumbo de nuevo al almacén. La tabla a penas ocupaba sitio en la parte trasera, y aún necesitábamos más herramientas para reforzar la puerta. Aparqué en el mismo sitio en el que lo había hecho antes, rodeada de los caminantes. Quité la cadena de la puerta y me adentré en el almacén. Como ya sabía dónde estaba las herramientas y lo que necesitaba fui directa, encontrándome con un carrito por medio. Lo cogí y comencé a llenarlo de todo tipo de cosas que podría sernos util; tornillos, clavos, martillos, una pala, llaves inglesas, fusibles para el coche... -Bien...- encontré una batería de automóvil en el fondo de una de las baldas. Alargé la mano para cogerla.

-¡Mierda!- un caminante, por el otro lado del pasillo, cogió mi brazo con fuerza. Tiraba de mi, la fuerza que tenía no era normal, debía ser fresco, tampoco se le veían muchas magulladuras en la cara, como los que habíamos visto anteriormente. -¡Joder!- no podía zafarme de el. Para mi desgracia la chaqueta se me enganchó en una esquina de la balda metálica. Puse un pie en la balda y me impulsé para desengancharme de la balda y del caminante. Di un tirón con todas mis fuerzas, sentí un dolor en mi antebrazo. Caí de espaldas en el suelo. Me llevé la mano izquierda a mi brazo derecho, estaba lleno de sangre. 

-ALICIA-

No sabía que le pasaba a Elyza, tampoco me atrevía a preguntarle. No le había hecho nada malo, ayer estábamos genial. Sentí por un momento que todo iba a salir bien, que nuestra relación sería buena, pero para nada me esperaba esta reacción. Había cuidado de mi, me había vendado el pie. Se preocupaba por mi, eso lo veía. ¿Pero que nos había pasado en unas simples horas? Entonces caí. Le había dicho que la quería. Bueno, que creía que la quería. ¿Sería eso lo que le estaba torturando? ¿Pero por qué? 

Estaba sentada en el sofá, con la botella de whiskey al lado. Eché mano al bolsillo de mi chaqueta, saqué el paquete de tabaco y me encendí un cigarro. Le quité el tapón a la botella y la acerqué a mis labios. Le di un largo trago. No quería pensar en nada. No quería sentir nada, ni física ni emocionalmente. 

Tras varios tragos, a penas notaba el dolor del pie. Se curaría en un par de días. Miraba el reloj una y otra vez, esperando que el tiempo pasara más rápido para que Elyza llegara a casa... ¿A casa? ¿Era este nuestro hogar? El caso, quería que ella llegara para poder hablar de lo que fuera que nos pasara. Pero no llegaba. Tampoco debería tardar tanto en coger cuatro cosas, cargarlas en el coche y venir. 

Vale. Me estaba empezando a preocupar. Salí a la terraza, cojeando. Era más molestia que dolor lo que sentía en el pie. Me senté en uno de los sillones y puse una nueva botella entre mis piernas. Tomé de nuevo un cigarrillo entre mis labios y lo encendí. Me quedé un rato con la mente en blanco, mirando en dirección a la calle por donde se supone que debería de aparecer Elyza. Pero nada.

-ELYZA-

Bajé la mirada a la quemazón de mi brazo. Una raja... -Joder...- comencé a llorar. No estaba segura si era del caminante o de la esquina de la balda ¿Que iba a hacer? Me levanté, presionando la herida. El caminante seguía ahí, tenía que re-matarlo. Cogí el carro y le di la vuelta al pasillo, para quedar donde estaba el maldito bicho. Paré el carro, cogí la pala y golpeé la parte trasera de sus piernas, haciendo que cayera arrodillado ante mí. 

Me separé un poco, y con un golpe seco le arranqué la cabeza del cuerpo, llenándome completamente de sangre. -Y no tengo más ropa, Alicia se alegrará...- no pude evitar reírme ante esto último que pensé. Me senté en el suelo, al lado del cadáver, manchándome aún más de sangre con el charco que se hacía alrededor de su cuello rebanado. Encendí un cigarro y me quedé ahí hasta terminarlo. 

Me levanté y rasgué mi camiseta. Con la tira de tela envolví mi brazo. Que fuera lo que tuviera que ser. Llegaría a la habitación, le diría a Alicia lo que pasaba y juntas tomaríamos una decisión. Tendría que ser así. Cogí el carro y di algunas vueltas más por el almacén, quería hacerme con alambre de espino y mallas de verjas. Intenté imaginar que toda esta mierda jamás había sucedido. En parte no quería ir a la habitación. Debía disculparme con Alicia, debía darle explicaciones, también quería hacerlo. Pero tenía miedo, siempre tengo miedo. Es lo que tiene ser una cobarde.

Subí las cosas al coche. Y me puse en marcha al hotel. Ya era de noche. Aparqué debajo de la escalera y antes se salir del coche me quedé pensando en que iba a decirle, en cómo iba a decirle 'Oye, Alicia. Igual en unos días, quizás mañana, puede que me convierta en un caminante. Lo siento.' Negué al pensar eso. Salí del coche y subí las escaleras. Mañana subiría las cosas, ahora necesitaba descansar.

Al llegar arriba me encontré a Alicia en una de las butacas de la terraza. Un cigarro consumido colgaba de su mano y una botella de whiskey por terminar en su vientre. Me acerqué a ella. -Ali...- susurré. No respondía. -Alicia- empujé su hombro. Movió la cabeza y emitió un gruñido, no abrió los ojos. -Venga, vamos a la cama- la cogí con mi brazo izquierdo, el sano. Y puse su brazo sobre mi cuello. 

La llevé hasta el interior de la casa, se despertó. -Has...Llegado- intentó decir, a penas la entendí, estaba muy borracha. -Vamos, pon de tu parte, tengo que llevarte a la cama- le susurré. Ella levantó la cabeza y se quedó mirándome. -No me vas a tocar...- dijo levantando un dedo señalándome -Me has hecho daño- siguió y se comenzó a reír. Suspiré. Comenzó a murmurar algo, que no logré entender.

-¿Que has dicho?- le digo dejándola caer sobre la cama, intenta levantarse, pero se queda de nuevo tirada en la cama, con los brazos y las piernas extendidos por completo. -Eres una cobarde...- me mira mientras le quito los zapatos. -Lo sé- digo sin mirarle, sigo desabrochándole los cordones del otro zapato. -¿Me vas a desnudar?- me mira incorporándose, yo asiento. -No te dejo- la miro -¿Puedes hacerlo tu sola?- le dijo fríamente, ella niega, dejándose caer de nuevo sobre el colchón -Pues entonces te vas a aguantar, por que te voy a desnudar- dicho esto me senté en la cama junto a ella y la incorporé para quitarle la chaqueta y la camiseta, en la cual ayudó más bien poco. -No me hagas nada- susurra cerca de mi boca, el aliento le huele a alcohol. 

-No te voy a hacer nada- hago una mueca de sonrisa. Termino de quitarle los pantalones y el sujetador, para que esté más cómoda y la dejo sobre la cama. Me dirijo al baño y empapo una toalla en el agua de la bañera. Me dirijo de nuevo a la habitación. -¿Que haces?- Alicia estaba de pie, enfrente de la cama. Mirándome. Se acercó hacia mi lentamente. -Ali, metete en la cama, voy a lavarte-le cogí del brazo y la senté en la cama -¿No me deseas?- dijo cabizbaja, con un gesto triste en su rostro -Claro que si boba- le sonreí, poniendo mi mano sobre su mejilla. -¿Por que a penas me has tocado hoy?- vuelve a bajar su mirada -Mierda...- susurra -¿Que te ha pasado?- me pregunta señalando al brazo.

Suspiré. -Mañana hablaremos de eso- ella niega -No...-unas lágrimas brotaron tímidas de sus ojos. -Ey, estoy bien- le susurré, limpiando sus lágrimas -¿Que pasa?- le pregunto -No quiero que te conviertas en uno de ellos, no quiero que me dejes, quiero que estés conmigo -Vale, esta claro que Alicia esta borracha -Yo te necesito ¿Sabes? Me gusta estar contigo -se recuesta sobre mi hombro- Me gustas tu, desde que te vi contra esos zombies... -la abracé -Lo siento- susurré - Hablamos mañana, ahora te voy a lavar -Ella asintió. Manos a la obra. 

Apocalipsis. Soulmate. #Lexark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora