34. Vienen.

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-ELYZA-

Teníamos que salir de allí de cualquier forma. Alicia estaba muy débil como para andar, y a penas se sostenía sobre sus piernas. Entre Lindsay y yo la sacamos de la cama. Se había desatado el caos. Marie la había cagado pero bien. -¿Has visto a mi madre?- pregunté a Lindsay mientras cargábamos con Alicia. Negó. No me hizo falta esperar mucho.

Abby apareció por el pasillo, con el chaleco antibalas y una pistola en la mano –Tenéis que bajadla al sótano-negué –Nos vamos, eres libre de quedarte o venir, pero si Marie se va nos vamos con ella- mi madre miró a Alicia de arriba abajo -¿Qué pasa con ella? ¿La vaís a llevar por ahí en ese estado?- asentí- Es fuerte, es independiente y la quiero. Punto. Ahora tú haces lo que quieras –Le hablé en un tono que jamás había usado con ella. Metió su mano libre en uno de los bolsillos laterales de su pantalón y saco unas llaves, de coche. -¿Qué es esto?- pregunté mientras tendía la mano a la llaves que me estaba extendiendo mi madre. –Es el todoterreno rojo, la otra llavecita es del armario de medicinas de la enfemería, coged lo que necesitéis –el alma se me calló al suelo -¿No vienes?- negó –Pero mamá... Por favor, ven- lágrimas empezaban a resbalar sin control por mis mejillas, no se me hacía fácil sujetar a Alicia. La espabilé un poco y se sostuvo sobre sus pies, Linds la agarraba del otro lado.

Fui hacia mi madre y la abracé –Nos volveremos a ver- le dije en un susurro, apreté aún más el abrazo y me separé. Comenzó a sonar una alarma leve, pero que avisaba de que algo no iba bien –Viene- dijo mi madre apartándose rápidamente –Salir por la escalera de incendios, el coche está en la otra calle, asentí. Guardé las llaves y revisé mi arma, la desenfundé. -¿Dónde está Marie?- Linds se encogió de hombros -¡Aquí estoy!- venía fatigada –Bien, entra a la enfermería y coge cosas para Alicia, volví a sacar las llaves de mi bolsillo –Es la peuqueña- asintió -¿Y esta?- preguntó señalando la del coche –Luego te explico ¡Corre!- no teníamos mucho tiempo, en poco tiempo romperían las barreras y entrarían en el edificio, arrasando con todo lo que encontrasen a su paso. Tras unos minutos Marie salió con una funda de almohada llena de medicamentos –Era solo para Ali- protesté. Giró la cabeza sin hacerme caso y siguió el pasillo hacia la salida. Desenfundó su arma y nos encaminamos a las escaleras de emergencias. Entre Lindsay y yo llevábamos a Alicia, que poco a poco iba ayudándonos un poco más en su carga. Pero era una forma incómoda.

Le tendí a Linds mi arma, ya que ella solo disponía de un cuchillo, el resto estaba en la bolsa de munición y armas que llevaba Linds, pero no podíamos estar abriéndola cada dos por tres. Nos abrimos paso por las escaleras, bajaban y subían caminantes, pero con Marie en vanguardia y Lindsay y retaguardia conseguían mantenernos a salvo. 

Caían como fichas de dominó. Disparaban a uno y detrás iban dos o tres... Estábamos rodeadas de gruñidos, chirridos, disparos, golpes, respiraciones, gritos... Era realmente terrorífico. Pero lo que mas miedo me daba era no poder con Alicia, no tenía fuerza suficiente y tenía que ayudarla, tenía que mantenernos, al menos, a las dos con vida. -¡Vamos!- gritó Marie cuando despejó las escaleras del piso inferior. 

Empujó la puerta de salida. En cuanto lo hizo calló al suelo -¡Lindsay!- grité, enseguida se giró y vió la que pasaba -¡la pierna!¡Hijos de puta! ¡La necesito!- gritaba Marie. Lindsay le ayudó a ponerse de pie. Saqué mi arma y Linds la suya y comenzamos a disparar a los camiones estacionados en la puerta de la torre, que apuntaban hacia nosotras. Por suerte, demasiada, los coches que había parados en la calle nos sirvieron como escudo, res guardándonos de las balas que atentaban contra nosotras. -¡Ese es el coche!- apunté con mi mano a un todoterreno rojo, lleno de barro -¡Las llaves!- las busqué -¡Las tiene Marie!- estábamos a un coche de distancia, resguardándonos del fuego enemigo. -¡Subid, ahora vamos!- Senté a Alicia en el suelo -Cariño, eh, despierta- di golpecitos en sus mejillas. Tenía una cara indescriptible -Amor... Vamos, por favor- gruñó algo y tendió el brazo sobre mí. -¿Vamos?- asintió. 

Apocalipsis. Soulmate. #Lexark.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora