⚽Uno⚽

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Todas las luces de la sala apuntaban sobre mí, y la lente de la cámara captaba todos mis movimientos frente al telón blanco

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Todas las luces de la sala apuntaban sobre mí, y la lente de la cámara captaba todos mis movimientos frente al telón blanco. El vestido esmeralda que llevaba danzaba con el aire que despedían los ventiladores apostados a ambos lados de mí, y el fotógrafo no paraba de elogiarme y darme indicaciones de cómo posar cada cinco minutos.

Cuando dieron las dos salí de la zona de fotografía y me cambié por algo más sencillo, y obviamente más barato que lo que había vestido hacía unos minutos. Frente al espejo observé mi reflejo, descubriendo pequeñas ojeras bajo mis ojos marinos tras quitar todo el maquillaje que me habían embadurnado.

Esa era sin duda la cosa que más odiaba del mundo de la moda, que todo estuviera tan maquillado que perdiera la credibilidad; la pureza.
Intenté sacar esos pensamientos de mi cabeza y salí del vestuario, para encontrarme de frente con el fotógrafo que me había pagado por la sesión.

-Ha sido espectacular, que digo espectacular. ¡Grandioso! -Las manos del hombre abanicaban su sudoroso rostro, y no pude evitar esbozar una expresión de asco al verle en semejantes condiciones-. Sería estupendo si hiciéramos unas pocas más de fotos... Ya sabes: tú, yo y poca ropa.

Las arcadas estaban a punto de salir de mi garganta, pero las retuve para denegar la petición del hombre. Este no pareció tomárselo muy bien, pues comenzó a apretar con fuerza mi muñeca derecha. Por suerte no estuvo mucho tiempo así.

- ¡Suéltala! -La voz profunda de mi padrastro ahuyentó al fotógrafo, y al segundo corrí hacia él como toda hija que añora a su padre.

- ¡Gero! -El mencionado me cogió por la cintura y me llevó fuera del estudio, mientras mantenía bajo su brazo un sobre marrón y miraba seriamente al asustadizo dueño del local-. ¿Cómo está mi hermosa chica?

-Pues genial, ya acabé la última sesión con ese tío y no tendré que volver a ver su cara. Además de que logré más dinero... -Le enseñé el pequeño fajo de billetes y sus ojos brillaron al saber para que lo utilizaríamos.

-Vamos a casa. Tengo que darte una gran noticia. -Mi mirada se llenó de incertidumbre, y los castaños rizos de mi padrastro se agitaron al son de sus carcajadas-. La espera será leve, no te preocupes.

[...]

Gero abrió la puerta con más lentitud de la normal, provocando que me hartase y entrara a la casa como un huracán. Dejó las llaves junto a la puerta y se colocó a mi espalda, apoyando sus manos en mis hombros.

-Toma Cara. -Mi padrastro me pasó el tan intrigante sobre, y cuando lo abrí no pude disimular mi alegría. Salté en todas direcciones y grité a los cuatro vientos el contenido del sobre.

- ¡Entré! ¡Entré en el Raimon! -Mi ataque de alegría duró unos segundos más, tiempo en el que fui observada desde lejos por mi padrastro/guardaespaldas/mánager.

Cara [Inazuma Eleven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora