Cara [Inazuma Eleven]

⚽Dodici⚽

—¡Ganamos! —Todos los del equipo saltaron eufóricos al oír el pitido final, y Mark dolorido se quejó al momento; para luego reír junto al resto.

—Fue un partido muy duro, me alegra que hayan ganado. —Felicité a todos con una gran sonrisa, y choqué palmas con Silvia y Celia; todas estábamos animadas por aquel partido.

—Al final Jack logró superar su miedo, pero nunca pensé que lo haría así. —Axel palmeó la camiseta del defensa, que tenía una descarada marca de sus botas en el centro.

—Ha sido espectacular... —Mark tenía estrellas por ojos, y nos miraba a todos con la emoción del momento—. ¡Vayamos a celebrarlo!

—¡Sí! —Todos gritamos al unísono, algunos más fuerte que otros; pero todos con la misma alegría.

[...]

—Un hurra por Blaze y Wallside —Kevin levantó la botella que tenía en la mano. Ya había ido al hospital y no tenía nada serio, así que podría jugar el próximo partido.

«¿Blaze?... Espera no será qué...»

—Celia —llamé a la chica frente a mí, y en un susurro logré que desviara su atención del resto del equipo—, ¿quien es Blaze?

—Axel, quien iba a ser si no. —La chica se giró tras responderme, y volvió su vista al equipo. Todos estábamos en la ribera, con refrescos y algo de comida; celebrando la primera victoria de los preliminares.

—Chicos, mañana debemos comenzar a entrenar duro; no podemos dejar que nadie nos gane a partir de ahora. —Mark levantó su mano en un puño, aguantando con la otra una bola de arroz a medio comer.

—Eh, Mark, creo que me tengo que ir yendo ya... —El capitán, junto a todos los del equipo me observaron mientras me levantaba, algo confundidos por lo que había dicho.

—¿Ya? Pero si acabamos de llegar. —Nathan se hizo oír, destacando lo raro de mi marcha apresurada y logrando un asentimiento por parte del resto.

—Lo siento, he recordado que debía hacer algo importante. —Desvié mi mirada a un lado, pues sabía que si la cruzaba con cualquiera de ellos notarían la mentira.

—Bueno... Mañana te veremos entonces. —Mark me sonrió, agitando su mano en la ahora llevaba una nueva bola de arroz.

—Sí, pues eso, adiós...

Intenté marcharme lo más rápido posible sin levantar sospechas, y cuando perdí de vista el campo corrí como desesperada hasta el hospital.

Tenía que comprobar algo.

—H...Hola —Apoyé mis manos sobre la mesa de recepción, y mientras recuperaba el aire sentí la mirada compasiva de la enfermera frente a mí.

—Hola, buenas tardes, ¿ha ocurrido algo? —Negué levemente con la cabeza, tranquilizando a la chica tras la barra. Esta no parecía muy mayor, era de esas enfermeras jóvenes y amigables.