⚽Diciannove⚽

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—¡Achú! —Volví a estornudar por decimonovena vez mientras pasaba el plumero por todos los libros que teníamos en el salón.

El tener una sala con tantas ventanas daba muchísimas ventajas, pero un inconveniente bastante molesto era la cantidad de polvo que entraba por las mismas.

—Tengo que encontrar esas mascarillas que usan aquí… —Continué con mi labor, intentando evitar acercarme demasiado aquella vara llena de plumas.

Estuve dejando las tareas de limpieza atrás, y después de los últimos sucesos pensé que comenzar sería la mejor forma de olvidarme de todo aquello.

Aún me daba mala espina acercarme a la nota que me dejó la chica extraña…

Tampoco había vuelto a tener contacto con Axel desde la celebración en el Rai-Rai. Cuando salimos del restaurante era bastante tarde, por lo que el chico habría vuelto ya a su casa.

Más de una vez estuve tentada en llamarle, pero luego recordaba que no me había dado su número en ningún momento y pensaba en otra cosa.

Dejé el plumero en la mesa de la sala, y tras agarrar escobón y recogedor deseché todo el polvo y otros objetos de dudosa procedencia que había ocultos entre los muebles. Solo somos dos en casa, comenzamos a vivir aquí hace no más de un mes; y ya parece un estercolero.

Mientras me quejaba de todo aquello pude ver a lo lejos como Celeste se acercaba, agarrando entre sus dientes un peluche; peluche que iba soltando polvo y tierra a medida que el animal se acercaba.

—Y Cara, ahí tienes la respuesta… —Suspiré ante la escena, y después de una ardua tarea para despojar a Celeste de aquella ranita en vías de desintegración, limpié toda pista de lo ocurrido.

Nunca, y repito, nunca había llenado una bolsa solo con pelusa y polvo.

—Tanto dinero, pero nada de contratar a alguien para que limpie de vez en cuando —Volví a suspirar ya agotada, y regocijándome por el trabajo bien hecho me tiré en bomba al gran sofá que presidía mi salón.

Ni siquiera pude disfrutar un minuto de paz antes de que mi teléfono comenzara a sonar.

—Merda... —Corrí como loca por todo el apartamento, buscando el origen de la cancioncilla que se escuchaba con fuerza por todos lados.

Eufórica agarré el dispositivo nada más verlo sobre mi cama, y al segundo contesté a la llamada:

—Pronto, Chi parla? (Diga, ¿quién habla?).

—"Cara conmigo será mejor que hables japonés". —Al otro lado del teléfono Nelly comenzó a recriminarme el haber respondido a la llamada en mi idioma natal—. "Bueno, a lo que iba. He reunido a todos los chicos y al entrenador en el instituto. Hay algo que debo decir".

—¿Y es extremadamente necesario que yo vaya? —Pude oír un soplido por parte de la gerente; pero nada de eso me importó. Estaba muy cansada  para aquello.

—"Si quieres perderte lo que suceda allá tú, yo al menos te he avisado" —sonreí al comprobar que la chica era flexible.

«Si ha avisado a todos es porque tiene su número... Por probar no pierdo nada».

—Oye Nelly, no tendrás el número de Axel... —La chica se calló abruptamente. Hasta ese momento me había estado soltando una sarta de palabras a las que no había prestado ninguna atención.

—"Sí lo tengo, ¿por?"

—Porque el otro día se fue sin decir nada. Me resultó algo extraño así que me parecía bien preguntarle, a poder ser antes del partido. —Nelly asintió con un monosílabo, y en la lejanía pude oír lo que supuse era un cajón abrirse.

Cara [Inazuma Eleven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora