⚽Due⚽

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Me levanté con el sonido estresante de mi reloj, que acabó muerto sobre el suelo de madera segundos después de hartarme

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Me levanté con el sonido estresante de mi reloj, que acabó muerto sobre el suelo de madera segundos después de hartarme. Levanté un poco la cabeza y un fuerte rayo de sol golpeó mi rostro.

¿Cuándo se me tuvo que ocurrir la genial idea de quedarme la habitación con ventanales?

Ahora entendía la lógica de Gero al dejarme la hermosa habitación. Ver la ciudad desde esas ventanas de inmaculados cristales era un regalo para los ojos, pero despertar con la luz que se filtraba desde el exterior no lo era tanto. Así que me puse unas pantuflas, y arrastrando los pies como un zombi corrí las cortinas; acostumbrando mis ojos a la luz más leve. «Gran inteligencia la mía de no correrlas en la noche».

Al segundo recordé que aquel era mi primer día en el Raimon, y cogí mi recién comprado uniforme para encerrarme en el baño. Una falda de tablas grises, camisa blanca, mocasines negros con unos calcetines azules y una corbata del mismo color.

En la hoja se pedía un gran moño, pero cabía la posibilidad de usar corbata; cosa que sinceramente no dudé. Nunca me pondría unos de esos lazos, parecería un regalo hortera.

Recogí mi cabello oliva en una cola alta, dejando que los mechones oscuros y claros se mezclaran en suaves y brillantes ondas. Siempre he cuidado mi cabello, logrando este aspecto la mayoría de los días.

Y con ese pensamiento en mente avancé hasta la cocina, en la que Gero cocinaba unas ricas tostadas con mermelada de fresas y mantequilla. Me senté en unos de los taburetes de la isla y remangué la camisa hasta mis codos, evitando así que las mangas se mancharan y logrando un look que me agradó bastante.

- ¿Nerviosa? -Mi padrastro me señaló con un cuchillo de untar, que más tarde usó para pringar de mermelada las tostadas recién salidas del tostador.

-Hasta hace un segundo estaba bien, pero ahora que lo has mencionado no puedo evitar temer por que algo salga mal... -Cogí mi cabeza con ambas manos, y cerré los ojos evitando pensar en lo que pudiera pasar.

-No creo que pase nada de lo que crees. Eres una gran estudiante y muy amigable; seguro que haces montones de amigos. -Gero sonrió cómplice y se sentó a mi lado, tomando de su café solo y degustando sus tostadas con mantequilla-. No hace demasiado que comenzó el curso así que no será algo muy relevante. Ánimo y suerte.

Justo cuando Gero dijo las últimas palabras la alarma de mi móvil me aviso de que quedaban solo quince minutos, así que me despedí de él al segundo.

-Puede que hoy no vuelve hasta la noche, dejaré cosas para que te hagas lo que te apetezca. Que pases un buen día Cara. -Le sonreí alegre y salí del departamento como el rayo.

Corriendo recorrí las mismas calles que el día anterior, y antes de que pudiera darme cuenta estaba entrando en las instalaciones del centro. Numerosos alumnos hablaban entre ellos, y los jugadores de diferentes clubes guardaban las cosas para el comienzo de las clases.

Cara [Inazuma Eleven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora