Después de planear una, según Mark, infalible forma de conseguir el cuaderno de su abuelo; me encontraba en el último piso del instituto. Contemplando al equipo en su totalidad en lo que estos buscaban signos de vida por los alrededores.
—Chicos, ya vimos como el director salía hace unos minutos. Esto es innecesario —susurré con ligereza mis palabras, evitando que alguna sonara más de lo requerido. Tampoco buscaba meterme en líos, por más que lo pareciera viendo la situación.
—Entonces vamos. —Mark empujó un poco la puerta, y al no avisar a nadie de aquello todos los que antes estaban apoyados en ella acabaron por los suelos.
En ese instante comprobé que Axel no estaba entre el tumulto. Mientras el capitán se quejaba de dolor, y los demás le callaban con gestos; pude ver al chico pasar con tranquilidad al lado de la montonera de gente.
Me encogí de hombros en el sitio, y decidí entrar al despacho junto al resto del equipo. Era la única chica del lugar, así que de mí dependía que no la liaran... O eso había dicho Silvia. Solo me hizo falta dirigir la vista al capitán para saber que tenía demasiadas esperanzas puestas en mí.
Esta última junto con Celia había decidido no venir porque se tenía que poner al día con los deberes; aunque dijeron que estarían a la hora de entrenar.
No podía negar que ese tiempo para estudiar me habría venido bien, pero tenía demasiada intriga por lo que pudiera suceder. Ya me había perdido suficiente.En lo que fantaseaba Mark ya se había acercado a una caja fuerte apostada a un lado del despacho, y mientras hacía el intento de abrirla posé la mirada en las grandes ventanas del lugar.
Desde aquella altura se podía ver casi todo el instituto, y entre la aglomeración de personas pude ver a una chica que llevaba un uniforme algo distinto. Estaba subiendo las escaleras, y por su rostro fruncido pude suponer que no iba contenta.Mi mente no me explicó nunca el porqué de fijarme en ella, pero aun con eso sabía que no era una chica cualquiera. Solo tenía que preguntar para asegurarlo.
—Oid, chicos —Me giré, buscando llamar la atención, y logré que la mirada de algunos se dirigiera hacia mí—, ¿conocéis a una chica del instituto con el uniforme completamente rosa?
Los ojos de los más pequeños se abrieron del asombro, mas Nathan fue el que se atrevió a hablar:
—¿Y esa pregunta, Cara? —El chico se veía nervioso, pero no más que el resto del equipo. Jack, que sin duda era el más alto de todos temblaba cual ramita en una ventisca y hasta a Kevin parecía habérsele presentado un fantasma.
El único que seguía a lo suyo era Mark, que sudaba a botones, y cuya frente estaba surcada de arruguitas del esfuerzo por abrir aquella caja; ajeno a nuestra conversación.
«Muy importante ha de ser esa libreta para que la hayan guardado en una caja fuerte...».
—Bueno, es que acabo de ver a una chica así subiendo las escaleras. —Me encogí de hombros y aparté la mirada del cristal, perdiendo de vista a la susodicha—. Me ha parecido inusual ver que llevara una falda rosa, pero vaya; sería normal que no supierais quién es.
De repente oí un estruendo, para instantes después encontrar a Mark en el suelo; pataleando y con la mano algo roja. Frente a él la caja fuerte permanecía impoluta.
—A este paso nos van a descubrir... —Kevin suspiró abatido, y en aquel instante una voz desconocida; al menos para mí, se hizo lugar en la sala.
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Cara [Inazuma Eleven]
FanficUna italiana en busca de un futuro, y que tuvo que dejar de lado su pasión por el fútbol; se encuentra de bruces con un equipo lleno de pasión y afecto por este deporte. ¿Qué será de la vida de Cara ahora que ha vuelto a tener relación con el fútbol...