⚽Trentuno⚽

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Estornudé varias veces antes de poder coger el pañuelo que Celia me tendía

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Estornudé varias veces antes de poder coger el pañuelo que Celia me tendía. Agradecí el gesto en silencio, para al fin sonar mi nariz; deshaciendo el atoro durante unos minutos.

-Al fin puedo respirar. -Inspiré captando todo el aire que pude, para al momento dirigir la mirada a los chicos.

Hacía media hora comenzaron el entrenamiento, y no fue hasta ahora que habían culminado la ronda de calentamientos. Miré a Nelly. La chica parecía muy interesada en la información que Celia le enseñaba. Lo más seguro es que estuvieran esperando a ver el resultado de los demás partidos.

-¡Chicas! ¿Podéis traer el carrito con los balones? -Ambas gerentes me miraron. Pillé al momento lo que pretendían, y tras levantar los brazos tomé rumbo a la caseta.

Abrí la puerta, y tras buscar el carrito metálico tiré del mismo arrastrándolo conmigo. De repente, un sonido metálico me hizo temblar. Busqué con la mirada de dónde provenía, y al no encontrar origen alguno me decidí por volver a mi labor.
Sin embargo, cuando fui a arrastrar de nuevo el carro este se dobló.

Miré al suelo, donde vi rodando dos de las ruedas del carrito. Maldije en mi interior, y cuando comprobé si podría llevarlo a falta de ruedas me detuve. Pesaba demasiado.

Suspiré. Cogí todos los balones que pude, dejando unos pocos en el suelo y acumulando los demás entre mis brazos. Aspiré aire por la boca, para, tras localizar el primero de los balones; levantarlo con el pie y lanzarlo a la parte superior de mi montón.
Me moví un poco para colocar el balón, repitiendo el proceso con los otros cuatro que había situado.

Sonreí cuando los tuve todos en mi poder. A pasos lentos pero seguros logré salir del club, cerrando la puerta con el pie. Ya luego pediría a Silvia cuando llegase que cerrara con llave.
Avancé a velocidad de procesión hasta divisar el campo, estirando el cuello y evitando que mi vista fuera cubierta por todas las pelotas que cargaba.

De repente sentí que quería estornudar, mas tuve que tragarme las ganas para no tirar todos los balones. Di otro paso, y mientras fruncía la nariz para aguantar las ganas fui acercándome al campo.
No vi a ningún jugador entrenando, lo que me resultó extraño.
Sin embargo, intenté no preocuparme por ello, y solo dar un paso tras otro sin acabar en el suelo. Continué.

Ya podía oír a todos hablando en grupo. Mark por encima, pero no entendí del todo sus palabras. Parecían conversar con alguien, pero vamos; que personas éramos de sobra.
Intenté contener mis ganas de estornudar. Avancé un paso más, y ya no pude aguantar.

-¡Achús! -Muchos de los balones que llevaba salieron volando por los aires. De los doce que traía solo uno quedó en mis manos, los demás botaban a mi alrededor.

Bueno, dos cayeron cerca del corro de gente que había formado el equipo. No veía nada, quizás culpa de mis ojos llorosos por intentar mantener los estornudos a raya. Dejé caer el balón que aún reposaba entre mis manos, para frotarme los ojos y ver al fin nítido.

Cara [Inazuma Eleven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora