⚽Trentotto⚽

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—Cara, ¿estás mejor?

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—Cara, ¿estás mejor?

Asentí, para al momento coger la taza que Erik me tendía. El chico se veía bastante alegre; pero aún no quería contarme el porqué de ello.

—¿Me vas a decir ya qué vais a hacer esta tarde? —Vi al castaño reír en lo que sorbía un poco de su chocolate caliente.

Sinceramente, que hubiera llegado con una caja de galletas y chocolate a la taza había mejorado exponencialmente mi día. Porque quedarme recordando el ayer solo me daba dolores de cabeza.

—El entrenador nos ha dicho que vamos a hacer una concentración. Vendrás, ¿verdad?

Agaché la cabeza ante aquella pregunta. En mi regazo Celeste descansaba bajo una manta de color café, irradiando un calorcito que resultaba muy reconfortante. No quería salir de allí, mi pequeño espacio seguro.

—Cara, nadie te odia. No debes tener miedo por volver. Al contrario, te vendrá bien interactuar con los demás. —Erik dio una mirada rápida al salón, descubriendo mis zapatillas tiradas a un lado de la puerta y mi chaqueta de deporte colgada del perchero—. Por lo menos sí has salido. Aunque solo fuera a entrenar.

—No es que no quiera verles, es más bien... Vergüenza. Lo de ayer fue un espectáculo sin pies ni cabeza. No puedo volver y actuar como si nada.

—¡Claro que sí! —Antes de asimilarlo Erik ya se había sentado a mi lado, posando sobre mis hombros su brazo y zarandeándome con suavidad—. ¿Crees que te van a guardar algo de rencor? ¿Quién? ¿Mark? ¿Jude? Bien sabes que no.

Suspiré ante sus palabras. Me quedaba sin excusas para no tener que ir. Sabía que Erik no me obligaría, pero también tenía que admitir que me picaba la curiosidad por saber qué harían esa noche. No podía negarme rotundamente a ir.

—No sé Erik...

—Cara, no sigas con eso. No le des más vueltas. No merece la pena. Se ha acabado y ya está. Déjalo.

Podía sentir que el americano comenzaba a enfadarse, pero no tenía intención de evitarlo. Si quería enfadarse que lo hiciera. Estaba harta.

—Vamos a coger tus cosas; te voy a llevar.

—Erik...

—No me interesa, te vienes. —El chico suspiró, cogiendo la primera mochila que encontró y metiendo mi móvil y llaves—. Entre Mark y tú no sé cómo va a acabar la tarde.

Erik no me dejaba llevar la maleta grande, y en su lugar llevaba una pequeña bandolera con algunas cosas de Erik mientras él llevaba el resto. Me abroché la chaqueta nada más salir del coche de su padre, quién amablemente nos había acercado a ambos hasta el instituto. Estuvimos recordando los años juntos durante aquel ínfimo trayecto, y aquellos recuerdos se marcharon tan pronto como mis pies tocaron el cemento.

Cara [Inazuma Eleven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora