⚽Trentaquattro⚽

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—¡¿Entrenador Hillman?!

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—¡¿Entrenador Hillman?!

Mis piernas flaquearon en un segundo, pero no llegué a caer gracias a los reflejos de Erik y su brazo.

Silvia nos observaba avergonzada, mientras con la mirada intentaba disculparse. No había podido hacer nada para evitarlo.

—Estaba esperando a que llegara este momento... Aunque suponía que tendría que pasar algo más de tiempo.

Parpadeé en lo que asimilaba las palabras del mayor. Erik se veía tan perplejo como yo, desviando su mirada de mí al entrenador y viceversa.

—Por cierto, ¿pretendéis quedaros mucho más tiempo? —Negué como acto reflejo. Con lo que estaba ocurriendo lo único que quería era encerrarme y maldecir lo estúpida que había sido—. Mejor, porque me gustaría que vinierais a un sitio.

Miré a Silvia y a Erik. Ambos se veían dudosos, pero no fue mucho lo que tardó el castaño en aceptar la invitación. Tras él Silvia se incorporó a la expedición.

—Bueno, no me queda más remedio...

Suspiré rendida antes de comenzar a andar tras el mayor. Erik se situó a mi lado, aprovechando la cercanía para susurrarme con cuidado:

—Lo siento... No pretendía que esto pasara.

Hice un gesto de negación con la cabeza en lo que cruzaba la carretera, con la vista puesta en todo momento sobre el señor Hillman.

—No te preocupes. A fin de cuentas he accedido.

Seguimos andando en absoluto silencio. Ya el cielo estaba adquiriendo tintes oscuros debido a la hora, y eran menos las personas que circulaban por aquella parte de la ciudad.

—¿Nos está llevando al instituto? —Silvia se situó a mi derecha en cuanto reconoció el muro del Raimon a un par de calles de distancia. Aquello no lo había esperado.

—Vamos, que pronto cerrarán.

Todos asentimos en lo que cruzábamos la entrada. El entrenador nos instó a ir al campo de entrenamiento Centella; así que aprovechamos el camino para explicar a Erik qué era aquel sitio.

Fue cruzar la puerta y los ojos del chico se abrieron de la impresión. Reacción similar a la nuestra cuando lo vimos por primera vez.

—Os preguntaréis por qué estamos aquí.

—Vaya al grano entrenador. ¿Qué quiere que haga?

Me crucé de brazos en lo que combatía al mayor con la mirada. Este se veía muy seguro con aquello, pero lo único que se me ocurría con respecto a lo sucedido era simplemente imposible.

—Que entrenes, recuperes forma y ayudes al Raimon en la final.

Tragué con fuerza. Esperaba que me pidiera unirme al equipo, pero no que jugara la final del torneo.

Cara [Inazuma Eleven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora