⚽Ventinove⚽

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Me había imaginado unos cuantos posibles desenlaces de aquel partido, mas lo sucedido y el resultado final me dejaron —sin exagerar— estática; con la boca seca y sin poder articular palabra

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Me había imaginado unos cuantos posibles desenlaces de aquel partido, mas lo sucedido y el resultado final me dejaron —sin exagerar— estática; con la boca seca y sin poder articular palabra.

Cuando el árbitro pitó el inicio Byron y sus jugadores comenzaron a correr; robando a David el esférico en un tiempo récord.
Los pases que conectaban los futbolistas iban con tanta potencia que toda persona en su trayectoria salía disparada por los aires.

Uno tras otro, sin tregua ninguna, fueron entrando balones en la portería de un Joe que desde mi posición se veía; a tan solo veinte minutos de comenzar, apenas incapaz de seguir en pie.

Mientras los minutos discurrían traté, en más de una ocasión, de cruzar miradas con Byron, mas su gesto —sumido en una fuerte aura de superioridad y ego— difería mucho con el que me dirigió hacía menos de media hora.

«Aquí hay algo que me huele mal, muy mal».

Contemplé como continuaba el baño por parte del Zeus al —hasta el momento— uno de los mejores equipos del torneo. No quise mirar el marcador, temerosa de comprobar a qué número había llegado; y a cambio dirigí mi mirada a Axel.

El chico no apartaba la vista del campo, manteniendo el ceño algo fruncido y su mano derecha cerrada en puño sobre la rodilla.

—Simplemente... No puedo creerme lo que estoy viendo. —Traté de respirar acompasando el ritmo. Lo que ocurría en el campo no era normal, y mucho menos cuando no habían usado ni una sola súper-técnica de remate.

Como pude puse atención a los gestos del capitán del Zeus. Este parecía decidido a que todo aquello acabara, y tras pedir el balón avanzó sin problema alguno hasta colocarse frente a la portería —a bastante distancia, según pude comprobar—. Vi entonces que Joe se levantaba renqueante, pero mantenía como podía su orgullo, a la vez que miraba a los ojos a Byron.

Este rio, una carcajada que me traspasó el cuerpo y erizó mi piel; para a continuación lanzar el balón al cielo. Al instante él saltó, y mientras un par de alas de angel aparecían en su espalda se preparaba para lanzar la primera súper-técnica del partido.

El Remate Celestial viajó a una velocidad apabullante, levantando el césped a su paso; además de lanzando a los jugadores tirados en la trayectoria, hasta alcanzar la portería.
Joe no fue capaz de mantener el balón en la mano siquiera un instante, y el remate —de la fuerza con la que viajaba— acabó arrancando la portería de cuajo y llevándola con él metros de distancia.

Lo único que no se rompió en aquel disparo fue la red de la portería, pues hasta el balón acabó pinchado bajo la red de rombos. «El que inventara esas dichosas redes de portería tiene que ser millonario. Menudo aguante».

Aquel último gol provocó que Jude saltara en el banquillo. Por sus gestos ante su entrenador se veía su interés para entrar en el campo. Mas todos los espectadores sabíamos que era demasiado tarde para ello. Cuando fue a salir el árbitro pitó el final del encuentro, pasados únicamente 37 minutos desde el inicio, por incapacidad para continuar por parte de la Royal.

Cara [Inazuma Eleven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora