3. Llamada

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Elizabeth's POV

Mis días de grabación en Vancouver habían terminado hasta nuevo aviso, así que de momento me encontraba en mi casa en Nueva York. Me la había pasado todo el día tirada en el sillón con un libro sobre las piernas, leyendo algunas páginas de tanto en tanto; estaba en uno de esos días en los que no tienes ganas de hacer absolutamente nada. Venía siendo una semana complicada, estaba teniendo problemas para dormir y me sentía bastante angustiada. Era algo que iba y venía, en un momento me sentía bien y al otro estaba en mi cama, llorando. Cuando hablé con mi mamá por teléfono se dio cuenta de que algo pasaba y no paraba de preguntarme si estaba bien, lo cual hacia que me sintiera peor. Lo último que quería era preocuparla, pero una madre nunca deja de hacerlo.

Me levanté para prepararme un té y volví al sillón, con la esperanza de que él liquido caliente me hiciera sentir mejor. Luego de un momento, me quedé mirando la taza, absolutamente en blanco. Una llamada me hizo volver a la realidad. Un número que no conocía.

—¿Hola?

—¡Hola! –contestó una voz alegre. Una voz que conocía, una voz con la que había soñado en los últimos días—. Soy Grant.


Grant's POV

Set de The Flash.

—Ey, Danielle. ¿Tienes un minuto? –la llamé.

—Seguro, ¿qué pasa?

—Sabes que estuve en Nueva York este fin de semana. Tuve una fiesta y me encontré con Elizabeth —le dije sin darle muchas vueltas.

—¿De verdad? Wow, que coincidencia –dijo sorprendida y con una gran sonrisa.

—Si... Quiero pedirte algo. —No sabía cómo hacerlo, lo que si sabía era que al instante en el que lo hiciera, Danielle no lo iba a dejar pasar tan fácilmente.

—¿Que me quieres pedir?

—Prométeme que no me vas a molestar al respecto —le pedí, mirándola seriamente.

—Te lo prometo.

—Quiero pedirte su número de teléfono. –Vi como su cara se iluminó al instante.

—¡Lo sabía! Sabía que este momento llegaría –dijo dando pequeños aplausos, con alegría.

—Lo prometiste –le recordé.

—Lo siento, lo siento.

Buscó el número en su celular y me lo envió.

—¿Vas a invitarla a salir? –me preguntó, interesada.

—Quizás. Y esa es toda la información que obtendrás. Gracias por el número.

Me alejé antes de que pudiera decirme algo más.

Llegué a mi casa, agotado. Les di agua y comida a Nora y a Jett y me fui a dar una ducha. Pensaba en si llamar a Elizabeth o no. Sé que la primera vez que Dani me habló de ella le dije que no iba a invitarla a salir, y lo decía en serio, quería que la próxima chica con la cual saliera fuera por decisión propia y no porque Danielle me obligó a hacerlo. Que ella me la haya presentado hacia las cosas más difíciles.

Ese día no la llame, ni al día siguiente, ni al siguiente. Al tercer día empecé a pensar en ella más de lo normal. Pensaba en nosotros, cantando, en como conectamos. Me sentía un idiota por poner esa excusa de no invitarla a salir porque Danielle quería que lo hiciera, yo quería hacerlo. Y eso era lo único que importaba.

Agarré el teléfono y marqué su número. Era, al fin y al cabo, decisión mía.

—¿Hola? –contestó. Sonreí al instante.


Elizabeth's POV

—Hola, Grant –lo saludé, realmente sorprendida de que me hubiese llamado —¿Cómo va?

—Muy bien, ¿y tú?

—Aburrida —dije con un suspiro—, y sorprendida por tu llamada –admití.

La verdad es que lo estaba. Pero también estaba contenta.

—Sí, bueno... —Se lo escuchaba nervioso—. Honestamente, no sabía si hacerlo o no. Pensé en mandarte un mensaje, pero preferí llamarte. ¿Está bien? ¿No te parece raro, no?

Me reí.

—No, para nada, es solo que no lo esperaba. Principalmente porque no recuerdo haberte dado mi número, aunque puedo imaginar quién te lo dio.

Lo escuché reírse.

—Se lo pedí a Danielle. –Se quedó en silencio, yo esperé a que dijera algo, pero no lo hizo.

—Entonces... —le dije—. ¿Querías decirme algo?

Ahora sí que la situación me parecía rara.

—Sí, lo siento. Esto... quería preguntarte si, y lo entiendo si no quieres o te parece raro que te lo pregunte... –Otra vez con lo de lo raro, él estaba siendo raro.

—¿Sí? –le insistí.

—¿Quieres ir a tomar algo conmigo? Un café o lo que quieras. –Lo dijo tan rápido que casi no le entendí. Tampoco me dio tiempo para procesarlo.

Grant Gustin, preguntándome si quería tomar algo con él. ¿Como en una cita? No, seguro que no... ¿No? Digo, solo lo había visto dos veces en mi vida... no tenía por qué ser una cita. Mi día pasó de ser extremadamente aburrido a ser extremadamente raro.

—Me encantaría –le dije finalmente.

—¿De verdad? Perfecto –me contestó sorprendido, pero claramente más tranquilo.

Instantáneamente me di cuenta de algo. La distancia. Grant estaba en Vancouver y yo seguía en Nueva York hasta septiembre. ¿Me esperaría un mes hasta que estuviera nuevamente allí?

—El único problema es que estamos un poco lejos el uno del otro, ¿no crees? Por lo menos hasta dentro de un mes.

—Entonces en un mes será –me dijo sin más.

Arreglamos que cuando llegara a Vancouver se lo haría saber y nos quedamos hablando un rato más, de cómo había sido nuestra semana, de lo que íbamos a hacer la próxima... Después Grant empezó a quejarse de lo cansado que estaba y yo le dije que se fuera a dormir; me dijo que no quería, que le agradaba hablar conmigo porque lo hacía desconectarse absolutamente de su trabajo. No podía parar de sonreír al escucharlo decir eso. Después de muchos intentos logré convencerlo de que lo hiciera.

Mi humor había cambiado radicalmente. La angustia que venía teniendo ya no estaba. Ahora no había nada más que sorpresa, felicidad y expectativa.

La luz en mi vida [Grant Gustin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora