La luz del sol entraba por las rendijas de la persiana en la habitación de Liz. Tanto ella como Grant aún se encontraban dormidos, su espalda contra su pecho, entre sabanas que habían sido testigo de su primera vez juntos.
Era un Domingo frio en Vancouver, ya se podía sentir como el Otoño iba dejándole paso al Invierno. Medio dormida, Liz escuchó a los pájaros cantar, haciéndole saber que ya era de mañana. Sin querer despertar a Grant, tomó los brazos que rodeaban su cintura y los separó lentamente. Se sentó en el borde de la cama y volteó a verlo, recordando todo lo de la noche anterior, con una sonrisa bobalicona en el rostro. Podía sentir como ardían sus mejillas al recordar las manos de ese chico que estaba frente a ella por todo su cuerpo. Estando de esa forma con él, se dio cuenta verdaderamente de lo enamorada que estaba, se dio cuenta de que por más que intentara, no podía evitar sentir lo que sentía, y lo que sentía era que lo amaba, que lo amaba perdidamente.
De lo mismo se dio cuenta Grant cuando la vio desde atrás, su espalda desnuda absorbiendo los mínimos rayos del sol en la habitación. La observó, sin decirle nada, sin hacerle saber que estaba despierto; la observó también recordando cada segundo de lo que había pasado, cada centímetro de su piel. Grant se había enamorado de ella, casi sin darse cuenta, desde el momento que cantaron juntos por primera vez; la amó cada día un poco más, y verla allí frente a él, lo hacía amarla completamente.
-Hey -la saludó, no pudiendo esperar un segundo más por escuchar su voz.
Liz se volteó a verlo y la sonrisa volvió a aparecer en su rostro.
-Hey.
-Te ves hermosa esta mañana. -Y era verdad, había algo en Liz que hacía que irradiara energía pura, había algo diferente en ella-, y feliz.
-Lo estoy -respondió ella-, tuve una buena noche -dijo picara.
Grant levantó una ceja, sonrió y, rápidamente, la tomó por las muñecas y la recostó sobre la cama.
-¿Ah, sí? -le preguntó divertido, haciéndole cosquillas; Liz no paraba de reír-. Yo también tuve una buena noche... La mejor en mucho tiempo.
-Para, para -le pedía ella entre risas.
Después de un minuto, Grant cesó el ataque y la dejó ir. Liz se sentó una vez mas en el borde de la cama y él observó nuevamente su espalda desnuda; vio como se movía al agacharse para tomar algo del piso y cómo se estiraba al ponerse una remera que no le pertenecía a ella sino a él. Luego se paró y se dirigió a la cocina; Grant observó cada movimiento, deslumbrado ante su belleza. No quería nada más en su vida, nada más aparte de despertar cada día junto a la mujer que amaba, la mujer que lo hacía feliz y que el quería hacer feliz.
Pasaron la mañana desayunando en lo de Lupe, quien se puso muy feliz ante la noticia de la mudanza, y la tarde desempacando y ordenando. A Liz la hacía muy feliz el tenerlo allí con ella, contando con su apoyo en lo que sea que quisiera hacer, ayudándola en todo lo que estuviera a su alcance. Y a Grant lo hacía feliz el estar allí con ella, lo hacía feliz el saber que Liz había dejado de lado sus miedos para estar con él y que había permitido que el la ayudase a afrontarlos. En las dos semanas que estuvieron lejos el uno del otro, Grant cayó en la cuenta de que no podía estar alejado de ella ni un día mas, que la extrañaba como a nada en el mundo, y decidió el pedirle finalmente de que fuera su novia. Su idea inicial era pedírselo en Navidad, pero sabía que no iba a poder esperar tanto tiempo, de modo que se decidió por pedírselo dos semanas antes, diez días a partir de aquel día.
Grant se encontraba muy concentrado acomodando todos los libros de Liz en una biblioteca, así que cuando escuchó el sonido de vidrios al romperse, se sobresaltó. Se volteó hacia donde había venido el ruido y vio a Liz inmóvil, con la mirada fija en su brazo (sin estar viendo realmente, más bien como si estuviese en blanco), que estaba cubierto por líneas de sangre que caían a lo largo.
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La luz en mi vida [Grant Gustin]
FanfictionPor primera vez desde que Liz llegó a Estados Unidos, sentía que era cien por ciento feliz. No más noches llorando, no más pensamientos negativos. Es increíble cómo puede cambiar tu estado de ánimo solo por conocer a una persona. #12 en Flash [27/0...