Un grupo ruidoso cap 18

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Repito.
¿Mascaras?
¿Baile?
Los acampados comenzaron a gritar emocionados y Marissa tomó mi mano con emoción y comenzó a zarandearme, su energía era agotadora pero, también contagiosa.
- Que ganas, que ganas, ¿Cómo puedo querer que el campamento dure para siempre y a la vez que acabe ya?
- Te contradices a ti misma -le aseguré entre risas.
El monitor continuó con su charla durante algunos minutos más y nos mando a nuestras habitaciones, ya era por la tarde así que nos dejó tiempo para deshacer la maleta empezar a conocer a nuestro grupo, ese tipo de cosas. Marissa bajo conmigo de la mano las escaleras de la mansión y se quedo de pie pensativa en el recibidor.
- Mizu decide tú ¿Llamamos primero a los chicos en la puerta izquierda o en la derecha? - me preguntó dudosa.
- ¿Qué tal la derecha por que soy diestra? De todas maneras los conoceremos a los cuatro antes o después ¿no?
- Por supuesto, vamos.
Tengo el presentimiento de que Marissa nunca soltará mi mano.

"Mizu"

Me paré en seco al oír esa voz tan familiar llamarme.
Era Rezick.
Solté a Marissa y miré con desesperación a mi alrededor, la voz sonaba muy lejana, casi como si me llamase fuera de este sueño.
Este sueño, madre mía ¡había perdido tanto la noción del tiempo! ¿Cuánto tiempo llevaría aquí dentro? Mi objetivo siempre ha sido despertar, terminar el sueño pero me había distraído, con concursos, con locas, con cadáveres, con Rezick...

- ¿Estás bien? -escuché a Marissa la cuál me miraba preocupada, seguro que al final de este día pensaría que estoy loca.
- Si lo siento me había parecido olvidar algo importante -" y tan importante" pensé "he olvidado volver a la realidad".

Pasé el resto de la tarde con mi grupo, Marissa por supuesto, un chico moreno muy alto que parecía jugar al baloncesto, no recuerdo su nombre así que le llamaré Farola, Farola vivía en su parte de la casa de nuestro grupo con un chico muy bajito lo cual me pareció cómico, a este chico le llamaremos...
- Jon deja los chistes malos -se rió Marissa golpeando el hombro del chico bajito, vaya parece ser que no necesitaría mote.
Estabamos los seis sentados en la mesa del comedor, una enorme y preciosa mesa color caoba por cierto, decidimos sentarnos a conocernos más, fue idea de Marissa por supuesto.

- Bien la siguiente eres tú Mizu -me dijo Marissa animandome a hablar- los chicos quieren conocerte.

Me puse un poco mas recta en la silla los contemplé a todos por unos segundos, una gama de colores de ojos se encontraba ante mí observando expectantes esperando oír... ¿Qué? ¿Mi vida?

Los ojos azules de Marissa tras sus gafas y rodeados de esos espesos rizos rubios, los ojos de Jon de un tierno color marrón de un tono parecido a su flequillo levantado, los dos chicos a los que aún ni siquiera había escuchado los cuales seguro eran hermanos ambos de pelo negro y ojos azules, y por último Farola con un flequillo negro y desigual que caía sobre sus ojos grises.
¿He mencionado lo mucho que me gustan los ojos grises?
Bien, todos esos ojos y sus colores me observaban ansiosos.

- Bien pues soy Mizura pero por favor llamadme Mizu, tengo 17 años y esto parece una reunión de alcohólicos anonimos.
Todos rieron con mi chiste, yo también pero fue una risa nerviosa.
No sabía que más decir.

- Bueno no sé que deciros así que si queréis saber algo sobre mi adelante, preguntad -dije dudosa.
- Yo tengo una pregunta -dijo Farola levantando la mano- ¿Tienes novio?

Toda la mesa se rió ante la atrevida pregunta pero yo solo pude sonrojarme aunque luego palidecí, de nuevo Rezick rondaba en mi cabeza y el recuerdo de su beso me hizo dudar.
¿Acaso ahora éramos algo? No sabía que sentía eso por mí fue algo que me pilló desprevenida, era posible que ni siquiera volviésemos a vernos, aunque eso pensé la primera vez y él me rescató de ahogarme...

- ¿Mizu? -Marissa me llamaba por que de nuevo, sí, de nuevo, yo me había perdido en mis pensamientos. Rezick me estaba afectando demasiado, mental y emocionalmente, más de lo que imaginé.
- Lo siento no sé qué me pasa hoy -tiré de las comisuras de mis labios, desechando toda tristeza me obligué a sonreír y conteste- no, no tengo novio.

Sentí una punzada en el pecho al decirlo.

Pasamos el resto del día en grupo, dimos una vuelta para ver parte del campamento, Farola al parecer se llamaba David, y los hermanos James y Mein, Marissa no se apartó de mi lado cosa que agradecí ya que no sabía muy bien que hacer, no era yo misma con la duda y la culpabilidad.
- Esta noche podríamos hacer algo todos juntos antes de ir a dormir -propuso Marissa.
- ¿Cómo qué? -preguntó Mein, se diferenciaba en su hermano poco, era mas moreno, con el pelo algo mas corto y los azul océano, mas oscuros que su hermano.
- ¿Qué tal una película? -propuse con la intención de integrarme en mi propio grupo, cosa que debería haber hecho antes, y así no parecer una marginada y amargada.
- Pues sí, chicos decidid vosotros de las que hay ahí en el estante, nosotras iremos a hacer palomitas y coger dulces -todos nos reímos con la expresión de hambre de Marissa.

Los chicos comenzaron a rebuscar en el estante las carcasas de películas mirando cual podríamos poner ¿Que cómo era posible que hubiese un montón de películas en el salón de las habitaciones de los hermanos? Facil, Ni Idea.
Bueno en realidad esto era un sueño si a Mein o a su hermano de un momento a otro le saliensen alas no me extrañaría, de hecho, le quedarían bien si lo imagino.

- ¿Palomitas dulces o saladas? -preguntó Marissa.
- Dulces, no lo dudes.
- ¿Chocolate o vainilla?
- ¿De verdad lo preguntas? -le dije extrañada entre risas.
- Vale chocolate -asintió sonriendo, cambió si sonrisa por una seriedad digna de una actriz y preguntó- ¿Lacasitos o M&Ms?
- ¿Qué tal los dos?
- ¡Si! Listo volvamos al salón a ver que pelicula han elegido los chicos.

Cogí las palomitas cuando estuvieron echas y también los Lacasitos, me encamine al salón mientras Marissa cogía el resto de las cosas, antes de salir de la cocina de los hermanos me detuvo cogiendome del brazo.
- ¿Te a gustado alguno de los chicos del grupo? Confiesa Mizura -me preguntó con una sonrisa pícara.
- ¡Llámame Mizu! Y la verdad es que no.
- Bueno vale, pienso interrigarte a fondo esta noche, esto no ha acabado.

Las entramos en el salón riéndonos y nos encontramos a Farola, quiero decir, a David peleando con uno de los hermanos por qué película poner.
El otro hermano y Jon observaban entre risas el espectáculo sentados en el sofá, el hermano que estaba con Jon se giró y vi que era James, de un salto pasó por encima del respaldo del sofá y se acercó a mi y a las palomitas.

- Justo a tiempo, venid creo que no necesitaremos película -y con una sonrisa de oreja a oreja regresó al sofa.

Chicos... ¿Porqué son tan escandalosos?

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