¿Qué ha pasado? cap 29

21 4 0
                                    

Abrí los ojos exaltado, y levanté mi vista para ver los ojos color caramelo que tanto había hechado de menos.

- Mizu -susurré feliz levantandome para abrazarla, pero no pude.
Desapareció en mis brazos como humo, me levanté sin poder comprender nada y al girarme lo vi, bueno más bien me vi, a mi mismo.
Esta viendo desde fuera el momento en el que conocí a Mizu, vi como ese otro yo se acercaba a ella, la tocaba, y puedo prometer que por encima de mi confusión tuve ganas de golpearlo y apartarlo de ella.
Ahora entiendo porqué algunas personas se enfadaban tanto con mi actitud, es posible que si sea insoportable al empezar a conocerme.
Y observé, resignado, como se iban juntos, totalmente confundido los seguí sin saber que otra cosa podría hacer.

Parandome a pensarlo no recuerdo porqué me caí del edificio esa vez, tampoco con quién luché, será posible que todo sea parte de este extraño...
¿Bucle?

Y así continué viendo de nuevo como Mizu me miraba con odio al matar a esa chica, seré honesto, sigo sin tener remordimientos por aquello, tan solo es un sueño. Cuando pensé que me vería a mi mismo saliendo del instituto y acabando en la playa para más tarde salvar a Mizu no fue así, comencé a desaparecer junto con ella y observé con curiosidad cómo Mizu peleaba con habilidad contra un profesor, después cómo se agobiaba con el agua, cómo veía a ese muchacho ahorcarse...

Y finalmente, estábamos de nuevo en la playa y allí estaba mi otro yo de nuevo siendo un idiota, contemplé con impotencia como Lisa nos engañaba a Mizu y a mi, soporte no poder ayudarla cuando casi la matan, si en ese momento tuviese la oportunidad sería más cruel con Lisa de lo que fui al deshacerme de ella.
Llegó el momento del concurso, malos recuerdos se recopilaron en mi mente, y cuando dejaba ir a Mizu, cuando mi otro yo la besaba, yo crucé la puerta junto con ella, y la vi llorar, gritar por mi, y una parte de mi se quedó en aquel momento, quería con todo mi ser abrazarla pero por mucho que lo intentaba mi mano no podía alcanzarla, como si fuera un fantasma yo tan solo la atravesaba.
Me quede en el suelo sentado delante de ella, sin alejarme aunque no supiera que estaba allí sufriendo verla llorar, pero aunque sé que es cruel también siendo tan feliz de ver lo mucho que significaba para Mizu.
Un pinchazo en mi estómago me recordó no solo que hacía tiempo que no comía, sino también que en algún momento este sueño se acabaría, y no volvería a verla jamás.

Mientras me contagiaba de la tristeza de Mizu ella se levantó rápida, cogió sin dudarlo demasiado una maleta cerca de ella y empezó a caminar con actitud segura, esa chica se parecía mucho más a la Mizu que conozco. Al igual que hice durante todo el tiempo la seguí a paso ligero, comenzamos a acercarnos a una zona que podía fácilmente reconocer como un campamento, fue en ese momento cuando el dolor en mi estomago se hizo mayor, mucho mayor, tanto que tuve que detenerme en el camino y ver como Mizu se alejaba sola hacia una multitud. El dolor era insoportable, mi piernas empezaron a temblar y tuve que tirarme de rodillas al suelo, y unos minutos más tarde me desmayé golpeando mi cabeza contra el pavimento.

Se esta acabando el tiempo, Rezick, y también mi paciencia.

- ¿Quién eres? -pregunté asustado.

Rezick viejo amigo ¿cómo puedes haberme olvidado? A aquél que te metió aquí, aquél que te concedió las aventuras que has vivido, aquél que te dio una MISIÓN.

- Aer...

EXACTO, ¿recuerdas también porqué estás aquí? No saldrás hasta que encuentres a la persona que busco, no es muy complicado de entender, y no creo que quieras quedarte aquí para siempre, y si así lo deseas te meteré en la peor de tus pesadillas.

- No se nada de la persona que buscas, no soy ningún adivino aún espero que me digas que esperas que haga -grité exasperado.

Te dije que notarías quien es la persona indicada, ENCUENTRA A ESE SER O ATENTE A LAS CONSECUENCIAS.

Y de un golpe me levanté, lo que me mareo tanto que tuve que volver a acostarme, había despertado en una camilla de enfermería, pero no sabía como había llegado aquí, miré a mi alrededor buscando un espejo, cuando localice uno en la pared me levanté para observar mi espalda, concretamente el hombro derecho, ahí estaba, una pequeña estrella verde que me demostraba que seguía en el sueño.
Cuando iba a volver a la cama queriendo dormir más vi las marcas en mi cara, en mi labio, en mis brazos, los golpes, los cortes y moratones, estaba hecho un completo asco.
En ese momento alguien abrió la puerta:

- No deberías estar de pie -me regaño, aunque con una gran sonrisa, un joven de pelo negro que vestía una bata de médico y unas gafas, tenía un aspecto de erudito muy notable.
- Quería comprobar si seguía siendo guapo -contesté sonriente tocando mi cara, volví a meterme en la cama.
- Tranquilo aún podrás ser un atractivo actor de cine.
Reí ante su ocurrencia pero tarde solo unos segundos en ponerme serio de nuevo.

- ¿Dónde estoy? -le pregunté confundido.
- En la enfermería del campamento.
- ¿Campamento? -entonces me trajeron aquí al desmayarme.
- Si -continuó revisando sus papeles sin ver mi notable confusión.
- Noto el cuerpo entumecido...
- Es lo normal con la clase de heridas con las que llegaste y teniendo en cuenta los días que has pasado durmiendo y conectado al suero.
- ¿Días?
- Si -finalmente levantó la vista para mirarme por encima de sus gafas- has estado durmiendo durante 9 días.

Materia de sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora