La tormenta cap 26

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El enfado por parte de Marissa me parecía infantil, de acuerdo no le había hablado de ningún chico y de repente aparecía con Rezick y demasiado cariñosa para mi gusto, pero no tenía que ponerse como una furia, admito que le tenía algo de miedo.

En el momento en el que Marissa, e incluso James, quien escuchaba la conversación desde hace un rato, y yo esperábamos impacientes la respuesta de Rezick un rayo cayó con intensidad al lado de una de las ventanas del salón, provocando los gritos de muchas chicas y las risas de algunos.

- Eso ha sonado alarmantemente cerca -aseguré alejándome del grupo en dirección a la ventana más cercana.
- No intentes desviar el tema -me pidió Marissa, mi amiga no sabía que yo era la primera que deseaba saber su respuesta.
- No es lo que pretendo -le digo mirándola con seriedad durante unos segundos antes de volver mi atención al exterior- por el tiempo que ha pasado entre el sonido y la luz del rayo ha caído al lado de la ventana, podría ser una tormenta eléctrica, si es fuerte las luces podrían irse en cualquier momento...

Y todo se volvió oscuro antes de que puiera terminar de hablar, volteé los ojos pensando que podría haber permanecido callada, me han dicho que así estoy mejor.
A los segundos de apagarse todo dos rayos cayeron de nuevo en el exterior alrededor del salón, iluminando muchas caras aterradas por tan solo unos segundos, la sala se inundó de gritos, advertencias y pánico si soy sincera, cualquier movimiento o baile se detuvo en la sala.

- Por favor, por favor un poco de calma -se escuchó la notable voz de un monitor adulto- parece ser una tormenta eléctrica pronto comenzará a llover, os pedimos paciencia y sobretodo calma, en un tiempo habrá acabado y podréis volver a vuestras casas correspondientes a dormir.
Se escuchó algún que otro abucheo por mandarnos a dormir tan pronto pero nadie parecía estar muy animado para bromas.
- Podéis iros a dormir cuando queráis pero sin electricidad no tenéis demasiado que hacer.
- ¿Hasta cuándo estaremos sin luz? -se escuchó preguntar a un acampado en algún lugar de la sala, la cual solo era iluminada por una poca de luz de luna en el exterior.
- Por lo que hemos comprobado, al ver el tiempo meteorológico de esta noche y teniendo en cuenta las instalaciones del campamento -meditó haciendo una pausa para finalmente decir- hasta mañana por la tarde.
Mas quejas y abucheos.
- No podemos hacer nada salvo esperar, con este tiempo ningún técnico puede llegar hasta aquí ni siquiera desde el pueblo más cercano, volved a vuestras habitaciones cuando podamos salir de aquí y continuad esperando, las actividades de mañana quedan canceladas hasta las seis de la tarde por ahora, eso es todo.

Comenzaron conversaciones entre los acampados, contemplé el rostro de mis compañeros, cualquier interes por lo que Rezick iba a decir desapareció en segundos.

- Genial, es justo lo que necesitábamos el último día -dijo Marissa con la desesperación plasmada en su rostro.
- Bueno por ahora no podemos hacer nada ¿Qué tal si jugamos a algo? -preguntó James.
- Lo apoyo -aseguró Mein uniéndose a la conversación con el brazo por encima de los hombros de un chico rubio que seamos honestos, estaba para comerselo, Mein era tan solo un poco más alto que el pero se veían adorables- siempre y cuando no sea el típico, yo nunca.
- No iba a proponer eso -dijo James rascando su cabeza pensativo.
- Ya, claro.

Reí ante la escena de los gemelos, quiero decir, hermanos, y me acerqué un poco a Rezick añorando su perfume, tengo que admitirlo podría morir tranquila con él cerca y ese aroma, era tan relajante y aún así masculino a su estilo.
- ¿Estás cansada? -susurró acercando sus labios a mi pelo.
- No, no te librarás de mi tan fácilmente.
Soltó una suave risa, algo ronca, y enfoqué de nuevo mi atención en el grupo, todo mi grupo, salvo David, discutía a qué jugar sin luz ni electricidad y con un grupo numeroso. Siendo sincera la mirada que vi antes en David cuando me miró agarrada a Rezick aún me presiona el estómago, me pone nerviosa, me hace desconfiar un poco de cómo pueda actuar.

- Se acabó no se me ocurre nada -dijo con desesperación James.

He de admitir que estaba aburrida, así que cuando una canción se me vino en mente comencé a tararearla bajito todavía apoyada en el hombro de Rezick.

"Mmmmm
Mmmmm
Esto es amor, esto es...
Amor"

Rezick comenzó a mirarme cuando me escuchó cantar en voz baja.
- ¿Cuál es? -preguntó con una sonrisa.
- Esto es amor, de cenicienta -y continué cantando un poco más alto pero tomé la mano de Rezick y me separé de él, para después volver a su lado y movernos al ritmo de lo que cantaba.

"Hechizo de la ensoñación,
Por que el milagro aquél,
Que tanto
Yo soñé..."

- Creo que la letra no era así -me dijo Rezick sonriente mientras me giraba sobre mi eje.
- ¿Qué importa? Queda bien.

Eramos los unicos sonriendo en todo el salón y por eso destacábamos un poco, puede que también por haber empezado a bailar sin música. Mi grupo seguía tan concentrado en su discusión que no me escuchó cantar, así que quedaría entre Rezick y yo.

- ¿Sabes lo que me vais a comer?

Mis ojos se abrieron como platos al escuchar a una chica gritar eso al otro lado del salón.
Una pelirroja de espesos rizos movía las manos de manera muy expresiva y exagerada, parecía discutir con un chico el cual miraba alrededor como todos observábamos la escena.

- Vale tranquila, ya me voy -dijo el chico para después irse lejos de la pelirroja.

La chica se dio la vuelta y comenzó a reir con un grupo de amigas, al parecer no eramos los únicos positivos ante la tormenta, aquella chica tenía una risa muy escandalosa.
Rayos cayeron de nuevo en el patio y bastantes, se hizo un silencio tenso, todo el mundo estaba con la mirada fija en el exterior hasta que aquella pelirroja volvió a reir.

- ¿He oído por ahí un pedo o es que os habéis cagado? -y continuó riendo, tanto que comenzaba a faltarle el aire- deberíais haber visto vuestras caras.
Puedo asegurar que el salón entero estalló en risas, me alegró ver a una chica así tanto que me dirigí a Marissa con una idea en mente:
- No sé qué es lo que haréis vosotros, pero yo quiero conocer a esa pelirroja.

Y de la mano de Rezick me dirigí a ella.

- Encantada -le dije al llegar a su lado sin perder un segundo- me llamo Mizu.
- ¿Cómo el agua en japonés?
- Pues si, digamos que si.
- Encantada, llámame Panda.

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