"Buenos" días cap 12

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El sol me calentaba la piel cuando me acerqué al balcón, al ser las siete y media el sol ya estaba fuera quemando todo a su paso y tan solo fui capaz de posar una mano en la barandilla, no tenía el valor para asomarme en busca de problemas desde tan temprano.

Hay un cadáver y no uno cualquiera si no el de Daniel en su mayor parte cubierto de sangre seca de un marrón oscuro en la ropa y mas rojizo y escamoso en la piel.

¿Qué pasara si por culpa de esto no podemos terminar el concurso ni conseguir la llave?

El pulso me retumba en los oídos.

¿Me quedaré aquí encerrada?

Mi pulso aumenta aún más.

¿Encerrada?

El pulso acelerado no me dejó escuchar como Rezick se acercaba por lo que cuando habló pegado a mi oído sufrí un pequeño infarto. 

– ¿Qué ocurre? –preguntó asustado. 

– Ocurre que me has asustado, y además el cadáver de Daniel está ahí abajo ¿qué hacemos ahora? Podrían llamar a la policía y en el mejor de los casos nos retendrán como testigos y no podremos participar, tenemos que librarnos de eso, tenemos que salir de aquí –dije desesperada. 

– Eh eh tranquila –me dijo sujetándome por los hombros– vamos a solucionarlo. 

– Vale. 

– Bien, por ahora bajemos sin que nos vean los del servicio y cuando lleguemos abajo revisaremos la zona, veremos que podemos hacer. 

– Te sigo.

Rezick me echó una ultima mirada para comprobar que ya estaba tranquila, me cogió la mano y en un segundo ya estábamos atravesando la puerta de la habitación por lo que me callé sin rechistar para no hacer ruido aunque quería quejarme el ya caminaba cuidadoso en dirección a las escaleras traseras. Se detuvo un momento a mirar un mapa de los pasillos, pobre que mala orientación, tiré de la mano que le sostenía ya que yo sí me acordaba de en que dirección teníamos que ir, al principio se resistió un poco pero después de un par de señas en silencio entendió que tenía que seguirme aunque fue un poco cabezón.

Agradecí que las escaleras tuviesen moqueta ya que amortiguó mis pasos, pero no agradecí las muchas plantas que tuvimos que bajar, hice un ademán de soltar la mano de Rezick ya que empezaba a sudar pero en vez de eso apretó un poco más mi mano y después de que nuestros ojos se cruzasen un segundo me adelantó en las escaleras tirando de mi.

Después de esquivar por los pelos un par de limpiadoras y trabajadores solo nos quedaba una esquina y un recibidor que cruzar para llegar a la salida trasera, Rezick y yo dimos una ultima mirada y al no ver a nadie corrimos a la esquina del final del pasillo para llegar al recibidor de la parte trasera, tenía tantas ganas de salir de una vez y solucionar el problema que no vi que un chico cruzaba el recibidor con unas maletas aunque por suerte Rezick si le vio y me retuvo cogiéndome por la cadera y levantándome para soltarme en el pasillo de nuevo. 

– Por los pelos –susurro aún con sus brazos enrollados en mi cintura, notaba el calor perfectamente ya que todavía estaba en bikini y pantalón corto.

– Gracias –contesté con el pulso desbocado. 

– Ya bueno –me miró antes de soltarme y volver a coger mi mano, después de una mirada que no pude descifrar me dio un apretón para después seguir caminando– vámonos.

Una ultima carrera y por fin estábamos fuera, llené mis pulmones del aire frió que rodeaba el hotel, estaba amaneciendo y el cielo azul claro mezclado con naranja en la parte baja me atormentaba, el día empezaba y yo ya temblaba de miedo.

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